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Tres años sin Aylan

Aylan Kurdi tenía solo 3 años cuando murió. Él era un niño refugiado sirio y la imagen de su pequeño cuerpo hallado sin vida en la costa de Turquía estremeció a toda una sociedad. Sin embargo, Aylan no ha sido el único y desde 2014 al menos 640 niños migrantes o refugiados han muerto en el Mediterráneo.

Esta cifra seguramente sea mucho mayor ya que muchas de las desapariciones que se producen no están certificadas ni documentadas. Sin ir más lejos, en lo que llevamos de 2018, 1.549 personas han muerto tratando de llegar a Europa, de las cuales 64 eran niños y niñas.

Una situación que también se vive en España

Durante el mes de agosto, España ha recibido por vía marítima el doble de llegadas que Grecia y más de cuatro veces Italia. Los niños y niñas migrantes y refugiados, especialmente los que viajan solos, son los más vulnerables en estos desplazamientos por mar y tierra por el riesgo que tienen de sufrir explotación, violencia y tráfico de personas.

Por eso es necesario que el Gobierno lidere un cambio de políticas migratorias que permita a los niños y niñas refugiados buscar protección en Europa a través de vías legales. No podemos permitir que más niños sigan poniendo en riesgo sus vidas en el mar o en manos de las mafias. Es necesario también que se mejore el procedimiento de asilo.

Vías seguras y legales

La mitad de las personas que requieren protección internacional son hoy niños y niñas; de lo que hagamos con ellos dependerá, en buena medida, el futuro tanto de sus países de origen, si algún día pueden y quieren volver, como de las propias sociedades de acogida. 

Por eso en Save the Children pedimos que se establezcan vías legales y seguras para que los niños migrantes y refugiados puedan solicitar asilo en los países de origen o tránsito, evitando así que tengan que poner en riesgo sus vidas en el mar.

Apoya nuestra petición con tu firma.

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