
11 años de
guerra en siria
Los niños y las niñas de toda Siria siguen en condiciones catastróficas, viviendo en campamentos insalubres e inseguros y expuestos a bombardeos y ataques aéreos. Además, padecen hambre, enfermedades y desnutrición. Así lo denunciamos en el día en el que se cumplen 11 años del inicio de la guerra.
El conflicto en el norte de Siria todavía está causando víctimas civiles y obligando a las familias a abandonar sus hogares. En 2021, documentamos 15 ataques contra escuelas en el noroeste del país. En octubre, tres niños y un maestro fueron asesinados en un ataque cuando se dirigían a la escuela.
La situación dramática de Siria
En todo el país, 6,5 millones de niños y niñas necesitan asistencia humanitaria, 2,5 millones de niños no asisten a la escuela y cerca de 800.000 menores están desnutridos.
El país también se encuentra en medio de una crisis económica, con la pandemia de la Covid-19, la devaluación de la moneda y la escasez de productos básicos que incrementan las dificultades financieras de las familias, sobre todo en el norte de Siria.
Alrededor de 12 millones de personas, el 55% de la población, sufre inseguridad alimentaria. Las familias están reduciendo significativamente la cantidad de alimentos que comen y la mayoría depende por completo de la asistencia humanitaria.
Algunas familias han recurrido a mecanismos de supervivencia perjudiciales para la infancia, como el trabajo infantil, que, según la ONU, prevalece en el 22% de las comunidades de Siria.
La importancia de no olvidar a la infancia siria
A pesar de que la guerra en Ucrania esté provocando, según ACNUR, el mayor número de personas refugiadas y de más rápido crecimiento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, desde Save the Children hacemos un llamamiento para que las personas que han huido de Siria no sean olvidadas, así como pedimos a los Estados que protejan y defiendan los derechos de todas las personas refugiadas.
En el noreste de Siria las comunidades están lidiando con una creciente crisis de agua debido a la sequía, los bajos niveles de agua en los ríos y la falta de acceso a la infraestructura dañada de las estaciones de agua.
Debido a la falta de agua corriente limpia, muchas madres se quedan sin alimentos para priorizar el gasto en agua potable. En un estudio reciente que realizamos en cinco comunidades en el noreste de Siria, casi un tercio (30%) de las mujeres que amamantan dijeron que no podían producir suficiente leche materna para sus bebés y, cuando podían, a menudo era de mala calidad. El mismo estudio recoge que el 7% de los niños y las niñas entre 6 y 59 meses tenían desnutrición aguda severa y el 13% desnutrición aguda moderada.
Pedimos a todas las partes en el conflicto pongan fin a la violencia para garantizar un entorno seguro para la infancia. Además, la comunidad internacional necesita aumentar la financiación y la entrega de suministros y servicios que salvan vidas y que son esenciales para que todos los niños y niñas sobrevivan, estén protegidos contra daños y prosperen. Las personas refugiadas que han huido de Siria deben ser protegidas.
NUESTRO TRABAJO EN SIRIA
Hemos estado trabajando en Siria desde 2012, llegando a más de cinco millones de personas beneficiarias, incluidos más de tres millones de niños y niñas en todo el país.
Nuestra respuesta combina intervenciones de emergencia con actividades de recuperación temprana que apoyan la restauración de los servicios básicos, incluida la protección infantil, la educación, la respuesta a emergencias, la seguridad alimentaria, los medios de vida y el saneamiento del agua y la higiene, entre otros.
