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Los rastros del terremoto

Cinco años después de terremoto de Haití muchos niños todavía tienen secuelas psicológicas

Hace cinco años que Lovely perdió lo que más quería bajo los escombros. “Si mi madre y mi padre estuvieran vivos me sentiría protegida. No me dejaría vivir así”, explica. Hoy Lovely tiene 14 años y es trabajadora doméstica en Puerto Príncipe.

Desde la muerte de sus padres en 2010, Lovely se ha visto obligada a trabajar para sobrevivir y a menudo recibe palizas y es maltratada. Tristemente, la historia de Lovely es el reflejo de los aproximadamente 225.000 niños con edades entre 5 y 17 años que se encuentra económicamente atrapados como trabajadores domésticos, con pocas o ninguna oportunidad de escapar de sus duras condiciones de vida.

Muchos niños como Lovely todavía tienen acceso limitado a la educación y algunos sufren explotación y violencia sexual después de que el ya frágil país se viese sumido en el caos tras el desastre natural. Muchos niños haitianos todavía muestran signos de estrés emocional y psicológico, y continúan necesitando ayuda y protección urgentes a día de hoy.

Su malestar continuado, junto con sus esperanzas para un futuro mejor son lo que Riccardo Venturi, ganador del premio World Press Photo en 1997 y 2011, ha intentado capturar en su visita a nuestros programas de emergencia en Haití. Las imágenes de Venturi son un humilde homenaje a todos aquellos involucrados en la reconstrucción de Haití de que la respuesta internacional al desastre está dejos de haber terminado.

Los niños que han perdido a uno u ambos padres, no tienen familia, o todavía están viviendo en los campamentos para personas desplazadas, se enfrentan a un mayor riesgo de explotación, ya que la violencia sexual contra los niños en dichos asentamientos es común. 

No me siento segura aquí porque la gente no se respeta la una a la otra. Hay muchos casos de abuso”

*Marie Darline, una niña de 15 años, ha estado viviendo un campamento de refugiados internos en Haití durante cuatro años.

Las secuelas del desastre en las imágenes de los niños

Lovely*, Marie*, y otros niños que aparecen en la serie de fotografías de Venturi ilustran los miedos y esperanzas el futuro de los niños de Haití.

“Cuando me dirigí a Haití en 2010, justo después de terremoto, vi el miedo y el shock de la población y, especialmente, de los niños”, explica. "Los niños tienen una capacidad increíble de sonreír y de vivir cada día al máximo. Los niños de Haití están siempre llenos de energía positiva, pero hoy, bajo la superficie es fácil ver los signos del sufrimiento y el estrés emocional que todavía experimentan a causa del terremoto y de las dificultades a las que se enfrentan en su día a día.Muchas de mis imágenes intentan capturar su mirada de melancolía velada manteniendo siempre su sentido de la dignidad”. 

Bajo la superficie es fácil ver los signos del sufrimiento y el estrés emocional que todavía experimentan a causa del terremoto y de las dificultades a las que se enfrentan en su día a día"

Riccardo Venturi, fotógrafo

Kevin Novotny, Director de País de Save the Children en Haití, explica que los retratos de Venturi también muestran la voluntad de los niños de ser activos en el proceso de recuperación, participando más que aceptando de forma pasiva lo que no les funcional. “Desde Save the Children, animamos a los niños a que desarrollen sus propias capacidades a través de todos nuestros programas en términos de educación y protección. Este enfoque también contribuye a incrementar la capacidad de recuperación de las familias y de la comunidad construyendo mejores oportunidades para el futuro”.

Nuestro trabajo en Haití en estos 5 años

Tras el terremoto pusimos en marcha una estrategia de recuperación y desarrollo multianual con la que hasta la fecha hemos ayudado a más de 1 millón de niños y adultos haitianos. 

Refugio, suministros, construcción y reducción de riesgos en desastres

El refugio ha sido y será uno de los mayores retos a los que se enfrenta Haití. En el inicio de la respuesta de emergencia, estuvimos distribuyendo suministros y material para construir refugios temporales. Después se puso el foco en la seguridad de las construcciones, especialmente en la reconstrucción de escuelas en Puerto Príncipe, Léogane y Jacmel. Nuestro equipo utilizó técnicas de diseño y construcción innovadoras para asegurar que las escuelas pueden soportar futuros huracanes y terremotos moderados, como parte de las estrategias de reducción de riesgos en desastres y adaptación al cambio climático.

Alimentación y sustento

Proporcionar alimentos a las familias que vivían en los asentamientos que se crearon de forma espontánea fue una de nuestras primeras prioridades. Distribuimos comida para casi 300.000 niños y adultos. Después pusimos en marcha programas de becas y vales para ayudar a las familias más vulnerables a hacer frente a la compra de alimentos.

Salud y Nutrición

Haití tiene una de las tasas de mortalidad infantil y maternal más alta del hemisferio oeste y ya resultaba difícil atender las necesidades sanitarias y nutricionales de su población incluso antes del terremoto. Trabajamos conjuntamente con el Ministerio de Salud , otras organizaciones del grupo de salud y socios locales e internacionales para abrir 80 clínicas y centros de nutrición en las áreas más afectadas por el terremoto. Nos centramos en proporcionar servicios sanitarios en clínicas móviles rurales, en los campos de desplazados y en las comunidades. Mejorar el acceso al agua potable, ayudar a los haitianos a adoptar hábitos de higiene como lavarse las manos han sido nuestras prioridades en el área de salud. Este trabajo se hizo más urgente con el brote de cólera.

La epidemia de cólera

En octubre de 2010, todavía tambaleándose del terremoto, Haití sufrió un brote de cólera. La enfermedad se extendió rápidamente y al final de ese año había matado a más de 3.300 personas. Hoy en día, el cólera es una de las amenazas sanitarias que más amenaza a los haitianos, con 14.000 casos en 2014. Nuestros trabajadores de salud siguen realizando actividades de prevención y educación para informar a las familias.

Agua, saneamiento e higiene (WASH)

La mayoría de los haitianos no tenían acceso a agua potable después del terremoto. El primer año, llegamos a casi 348.000 personas con nuestros programas de agua, saneamiento e higiene. En los campos de desplazados, donde los niños son los más vulnerables, proporcionamos agua potable, construimos letrinas, duchas y puntos para lavarse las manos. En los campos, las escuelas y las clínicas enseñamos a los niños a lavarse correctamente las manos con agua y jabón, una simple acción que puede prevenir enfermedades.

Descarga en PDF el informe en inglés Haití, cinco años: resultados y lecciones aprendidas

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