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320.000 niños se han quedado sin casa en Nepal

Una semana después del terremoto de Nepal, advertimos de que 320.000 niños se enfrentan a meses de dormir en la calle, en duras condiciones, después de que sus casas quedaran destrozadas.

En las regiones más remotas, solo accesibles por helicóptero, niños y bebés están durmiendo a la intemperie sin ningún tipo de resguardo de las bajas temperaturas de la noche y las fuertes lluvias.

En áreas más accesibles, se han distribuido lonas, mantas y kits para bebés en los campos de desplazados temporales, pero los niños siguen siendo vulnerables a las enfermedades causadas por el frío y las malas condiciones en las que viven.

 

Kesang, una madre primeriza, está aterrada pensando en tener que llevarse a su bebé recién nacido a dormir a la calle.

Solo tenemos una sábana de plástico para cubrirnos y el suelo enseguida se inunda, tenemos que quedarnos de pie toda la noche”.

Las enfermedades se contagian fácilmente en estas condiciones. Los padres que duermen en la calle dicen que tienen fiebre, que hay brotes de diarrea y corren el riesgo de tener neumonía.

Una semana después del terremoto, la magnitud de la devastación no ha hecho más que empezar a dar la cara. Muchos de los 320.000 niños que se han quedado sin casa lo han perdido todo, su hogar, su ropa de abrigo y, en muchos casos, a sus familias. El riesgo de contraer enfermedades es muy alto, especialmente para los niños más pequeños. Esto es por lo que nos estamos moviendo rápido para entregar kits de higiene, lonas y sacos de dormir para todos los que lo necesitan.

Ridhma (7) y su hermana Garima (16) viven temporalmente en tiendas de campañas en un campo que se utilizaba para festivales en el centro de la ciudad. Cuando se produjo el terremoto toda la familia estaba en un sexto piso. Afortunadamente ese edificio estaba bien construido, era una casa nueva en Sundhara, en el centro de Kathmandu. Garima, cuando notó el temblor, cogió a su hermaan Rihma de la mano y la llevó escaleras abajo hasta una zona abierta. Sus abuelos las siguieron.

Cuando sucedió el terremoto Ridhima tenía mucho miedo, pero se sentía segura con su hermana mayor. Eso sí, cuando abandonaron su casa y vieron todos los escombros y las casas medio destruidas, el pánico se apoderó de ellas.

Ahora estoy en segundo, pero nunca me enseñaron nada de terremotos”

Después del temblor gritó “¿De qué planeta viene esto?”. “Esto no es algo de este mundo”, nos dice.

Su casa no está demasiado dañada, así que suelen ir a cocinar o recoger cosas. Pero prefieren quedarse en tiendas en un lugar abierto, es más seguro.

Hemos distribuido la mayoría del stock de emergencia que tenía en el país, llegando a miles de personas con kits para refugio, ropa de bebé, utensilios de cocina y más. Tres aviones y varios camiones se han llenado de material en India, Dubai y Filipinas y ya están comenzando a llegar a Nepal.

Estamos también poniendo en marcha espacios seguros para niños para que jueguen y estén seguros en los campos de desplazados que se han ido estableciendo en las áreas afectadas.


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