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Carta abierta sobre la crisis de los refugiados

Post de Gillian Moyes, Líder del equipo de búsqueda y rescate a bordo del Vos Hestia, Save the Children

¿Cómo ha llegado hasta aquí? Es una pregunta que no puedo dejar de hacerme cada vez que rescatamos a un niño del mar. Ali* (nombre ficticio para proteger su identidad) tiene unos 17 años y ahora se encuentra en la clínica que tenemos dentro del barco, tras haber sido rescatado en el mar cuando su vida corría peligro. Tenía calambres a causa la desnutrición que sufría. Apenas podía hablar. Conforme le fuimos dando algo de comer poco a poco, empezó a susurrar. Se había hecho daño en un pie y me lo intentaba decir por gestos. Me di cuenta de que estaba intentando describirme cómo sucedió todo. Sus heridas eran el resultado de la tortura que sufrió en Libia. Todo esto nos hace entender los motivos por los cuales Ali y personas como él han llegado hasta aquí.

"Creo que estoy viendo algo", dijo un miembro del equipo cuando estaba amaneciendo. En el horizonte, se apreciaba un punto negro microscópico. Aparecía y desaparecía. Eran las 7:15 de la mañana y habíamos estado recorriendo la zona desde el primer momento del día. No estábamos seguros de lo que habíamos visto y le pedimos una segunda opinión a nuestro capitán, pero él, al igual que nosotros, no sabía con certeza qué era lo que se apreciaba a lo lejos. A medida que nos acercabamos a investigar, distinguimos el contorno de una barca de goma. Estaba en muy malas condiciones para seguir flotando. Empezaba a desinflarse y nadie llevaba chaleco salvavidas.

Un cuarto de los rescatados son niños

Después de notificar al guardacostas italiano y obtener su aprobación nos acercamos y encontramos en aquel bote a más de 100 personas, todas ellas muy apretadas. Desplegamos rápidamente nuestras lanchas de rescate para poder ponerlos a salvo lo más pronto posible a bordo del Vos Hestia. Más del 25% de las personas rescatadas eran niños. Ese mismo día, rescatamos a otras 100 personas más que venían en otro barco. Fue ahí donde encontramos a Ali*.

Esta es otra de las muchas historias vividas, todas igual de tristes. Sin embargo, creo vale la pena compartirlas, ya que en los últimos días se ha cuestionado mucho la forma en la que las ONG trabajamos en el Mediterráneo. La gente cuando ve las fotos de refugiados y migrantes en los barcos de rescate, se preguntan cómo todas esas personas llegaron hasta ahí. Nos han llegado a decir que somos parte del problema, incluso nos acusan de estar ayudando a los mismos contrabandistas a arrojar gente al mar en las costas del norte de África. Esto es totalmente falso. Ven cosas donde no las hay.

El viaje más letal

Nunca nos hemos relacionado con traficantes o contrabandistas de personas y sólo operamos en aguas internacionales. Gracias a la colaboración con otras ONG y los guardacostas italianos, nos encargamos de encontrar y rescatar a refugiados y migrantes en peligro. 2016 ha sido el año con más muertes de personas que intentaban cruzar el Mediterráneo registrado hasta el momento. En total, más de 5.000 refugiados y migrantes han perdido la vida. Este año, cerca de 1.000 personas han muerto intentando cruzar el mar.

La tripulación del Vos Hestia de Save the Children lucha cada día para reducir las probabilidades de que los refugiados pierdan su vida en el Mediterráneo. Nunca sabemos cuándo nos llegará una llamada. Mi equipo se va a la cama cada noche sabiendo que podrían despertarles en cualquier momento. En el último fin de semana nos hemos visto desbordados en tas tareas de búsqueda y rescate.

Nuestra única misión es salvar la vida de las personas, en particular la de los niños, que están escapando de la violencia, la persecución y la pobreza extrema. Rescatamos a todas aquellas personas que corren el riesgo de ahogarse en el mar y protegemos a los niños que traemos a bordo. Sin los esfuerzos en el trabajo de búsqueda y rescate de ONGs como la nuestra, la cifra de personas que pierden la vida en el mar aumentaría aún más.

El hecho de que se reduzcan las misiones de búsqueda y rescate no implica que el número de personas que intentan cruzar el Mediterráneo vaya a disminuir. Nuestra presencia tampoco provoca que haya más personas decidas a cruzar, simplemente que aquellos que lo hacen tienen más probabilidades de sobrevivir.

No deberíamos de ser el único medio por el cual estas personas encuentran seguridad para no perder sus vidas en el mar. En cambio, esta es la situación en la que nos encontramos. Los contrabandistas saben perfectamente que ponen en peligro las vidas de las personas que buscan un futuro mejor por costes exorbitantes y condiciones extremas.

Miles de niños siguen en riesgo

Ninguno de los miles de niños que cruzan el Mediterráneo con el fin de buscar un futuro mejor debería de estar expuesto a la posibilidad de ahogarse en el mar. Hasta que la UE no proporcione rutas seguras y legales a Europa, tanto para aquellos que necesitan protección internacional como para otros migrantes, la gente seguirá arriesgando sus vidas para llegar a Europa. Analizar y cuestionar el impacto que conllevan todas nuestras acciones es vital en nuestro trabajo. Nuestro principio fundamental es proteger y no provocar ningún tipo de daño a estas personas.

¿Cómo llegaron aquí? Seguimos preguntándonoslo todos los días. La respuesta es: debido a la violencia, la pobreza y la explotación que sufren en sus países de origen. Es evidente que nuestro trabajo hace más probable que Ali* y otros niños como él sobrevivan.

 

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