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¿Cómo sería la promoción siria 2017/2018?

Casi todas las escuelas reservan un día para que todos los niños y las niñas se hagan una foto grupal e individual. Ese día hay risas nerviosas, conversaciones en el pasillo y miradas curiosas frente a la cámara. Pocas semanas después todos los niños y niñas recibirán la orla para que sus familias puedan colgarlas en algún lugar de casa. Se repartirán copias entre orgullosas abuelas y abuelos y ese momento de la edad escolar quedará inmortalizado en los albumes familiares donde, con el tiempo, todos sonreirán al recordar aquel día.

Los niños y niñas en Siria este año no se van a poder hacerse esta fotografía, como tampoco han podido hacerlo los últimos siete años. Desde que la guerra comenzó, ellos perdieron su derecho a ir a la escuela

Siete años sin ir a la escuela

Para los refugiados sirios que ahora cumplen siete años la vida ha ido cambiando conforme la guerra avanzaba y han visto cómo todos sus derechos desaparecían. Nacieron en guerra y son muy pequeños para recordar cómo era su vida en Siria. Llaman "hogar" a los campos de refugiados y esa realidad es la única que muchos conocen. 

Hemos querido hablar con ellos, con los que han tenido que huir y ahora viven en campos de refugiados. Queremos saber más de su vida, qué recuerdan del poco tiempo que algunos vivieron en Siria y qué supone para ellos ir a la escuela.


  • Ali
    "Hace dos años que llegué al campamento de Azraq. En Siria recuerdo jugar al escondite. Tres de los amigos que tengo aquí son de la ciudad donde nací"

  • Reem
    "Lo único que recuerdo es jugar al pilla-pilla con mi hermana. Mi padre nos trajo a Jordania cuando tenía tres años"

  • Mushen
    "Teníamos gallinas y una oveja en Siria. Mi padre tenía una tienda pequeña. También teníamos dos coches, el blanco había que empujarlo siempre"

  • Alaa
    "No me acuerdo de muchas cosas de Siria. Solo que me gustaba vivir ahí. Me gustaba ir a la escuela y ayudar a mi madre. Mi abuela todavía vive ahí"

  • Radwan
    "Vine aquí hace cuatro años. En casa ya no hablamos de Siria. Ahora vivo cerca de la escuela. Me gusta jugar al fútbol y los coches. Los taxis son mis favoritos.

  • Shadia
    "Mis padres a veces me cuentan historias de Siria. Tengo muchos juguetes aquí"

  • Nasser
    "Voy a la escuela pero no estoy ahora mismo en una escuela. Me gusta jugar al fútbol con mis amigos. Nací en Siria"

  • Sarah
    "Mis hermanos pequeños han nacido en el campo. Lo único que recuerdo de Siria es mi colegio. No me gusta mi colegio aquí. No está mal, pero el colegio en Siria me gustaba más"

  • Tarq
    "Nací aquí. No sé nada de Siria. De mayor me gustaría ser dentista y así arreglar los dientes a mi familia. Nunca he salido del campo"

  • Mariam
    "Mis padres me han dicho que Siria es preciosa. Nuestra casa aquí es grande y bonita. De mayor quiero ser profesora. Me encanta ir a la escuela"

 

Una situación sin vistas a mejorar

La situación de los niños en Ghouta Oriental es terrible y necesitan toda nuestra ayuda. Según las últimas informaciones recibidas, al menos 100 personas, entre ellas decenas de niños, han muerto en los últimos bombardeos

Estamos poniendo el foco en los miles de niños y niñas que están atrapados en Ghouta donde la situación cada vez es más difícil para el trabajo humanitario que realizamos junto a nuestras contrapartes. Recientemente los cuatro hospitales, incluida una clínica de maternidad donde trabajamos, fueron alcanzados por las bombas.

Miles de familias están pasando la mayor parte del día escondidos. Trabajadores humanitarios de la zona informan de que unas 4.100 familias están viviendo en sótanos y refugios, la mitad de ellos sin agua y sistemas de saneamiento o ventilación. Ahora mismo más de 350.000 personas están atrapadas en toda la región. Actualmente en algunas partes de la región, los niveles de destrucción son incluso mayores que en el momento álgido de la crisis de Aleppo en 2016.

Sin un final de la crisis de Siria a la vista necesitamos urgentemente ayudar a estos niños.

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