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Cuando Iraq significa seguridad

La siguiente entrada ha sido escrita por nuestra compañera en Iraq, Tue Jakobsen.

Es difícil imaginar lo desesperada de la situación en Siria. Pero dice mucho del nivel de seguridad  el hecho de que los padres decidan coger a sus hijos e hijas y huir sin nada hacia la relativa seguridad de Iraq. Durante toda mi infancia solo se mencionaba “Iraq” en las noticias seguida o precedida por la palabra “guerra”. Tras ella, los iraquíes huyeron a Siria a buscar seguridad. Ahora la situación es la contraria. Hasta ahora, más de 160.000 sirios han entrado en Iraq huyendo de la violencia y las atrocidades que se están cometiendo en su país.

Antes de la guerra mucha gente en Siria vivía una vida normal y moderna, no demasiado diferente a la vida que yo vivo en Oslo: muchas familias tenían hogares, casas, ordenadores…ropa…vidas normales. La vida en un campo de refugiados no es una vida normal, por mucho que el tiempo y la capacidad del ser humano de adaptarse a las circunstancias ayuden a encontrar la normalidad."

Las altas temperaturas dentro de una tienda de campaña

Alrededor de 55.000 sirios se enfrentan actualmente a una vida –dura- en tiendas de campaña en el campo de refugiados más grande de Iraq, Domiz. Cuando hace unos días visitaba el campo, había mucha arena y el calor se hacía insoportable, con temperaturas por encima de los 40º a la sombra. Encontrar sombra se hace casi imposible por lo que mucha gente permanece en sus tiendas durante todo el día; eso, sí eres uno de los afortunados que ha recibido uno de los ventiladores que reparte la ONU, de otro modo, permanecer dentro de la tienda se hace totalmente imposible. Y de todos modos, sin embargo, permanecer dentro de una tienda de campaña sin nada que hacer, no es una tarea fácil.

La falta del agua, el mayor problema en el campo

Todo el mundo con el que hablo está de acuerdo en que la falta de agua es el mayor problema en el campo. Apenas hay agua potable y el agua para lavar es casi imposible de encontrar. El único agua claramente visible en el campo es la de los charcos estancados, agua completamente negra y con un olor insoportable. Charcos de agua que representan el campo de cultivo perfecto para las bacterias, lo que ayuda entender porque enfermedades respiratorias, enfermedades en la piel y otras enfermedades como la diarrea, están tan extendidas entre los habitantes del campo. Muchas familias se enfrentan a la presencia constante de ratones y escorpiones, también dentro de sus propias tiendas.

A pesar de todo, la vida sigue en Domiz

Al mismo tiempo, a pesar de las horribles condiciones de vida aquí y a pesar de toda la violencia y el miedo que las familias han experimentado en Siria, el campo de Domiz cuenta con el vibrante ambiente de cualquier ciudad. Una vez que cruzas la puerta principal, te sientes en medio de una enorme y transitada calle. Los niños y las niñas corren por todas partes, se puede escuchar constante el sonido de la risa y dentro de las tiendas de alimentación, un grupo de mujeres habla sobre la vida.

En esta calle puedes elegir entre una lista de restaurantes. En uno puedes elegir kebabs, en otro la terraza está llena de cojines en la sombra. Son incontables las pequeñas tiendas de comestibles que han ido creciendo y en las que se venden botellas de agua, comida y verdura fresca. Hay también barberías y peluquerías, una clínica facial, varias tiendas de ropa, establecimientos con móviles y hasta almacenes con material de construcción. Algunos de los quioscos cuentas con tentadoras máquinas de hacer helados. Y puedes ir al fotógrafo y sacarte una foto con tu familia de la mano de un profesional. En resumen, es increíble todo lo que puedes comprar dentro de Domiz, siempre que cuentes con el dinero necesario. Porque mucha gente no tiene dinero, muchas de las familias ya se han gastado todos su ahorros.

Hay mucha gente joven en el campo que quiere casarse. ¿Y por qué no deberían hacaerlo? La gente no puede esperar a formar una familia hasta que se produzca una vuelta segura a Siria."

Mi tienda favorita, sin embargo, es la tienda de vestidos de novia. Nyzhim es la dueña y está situada en una –en otra- de las calles rodeada de tiendas de campaña. No es la única, en el campo hay otras dos tiendas de novia, pero la Nyzhim, es la más antigua. Nyzhim fue una de las primeras personas que llegó al campo de Domiz junto con sus cuatro hijas.

“Hay mucha gente joven en el campo que quiere casarse. ¿Y por qué no deberían hacaerlo? La gente no puede esperar a formar una familia hasta que se produzca una vuelta segura a Siria. Solo Dios sabe cuando sucederá. La vida sigue. Aquí las novias pueden alquilar un vestido, encontrar maquillaje y arreglarse el pelo para la boda. Este es un buen trabajo. Las chicas siempre están contentas cuando entran para preparar su gran día”, explica Nyzhim.

Cuando nos vamos de las tienda de novias mi guía, Sara, me muestra el restaurante donde todos los chicos y las chicas quedan para tomar algo cuando cae el sol. “Todas las noches se llena. La gente viene para pasar un buen rato, relajarse y dejar a un lado las preocupaciones.”

Para mi todo esto –la tienda de novias, las cosas que siguen- dice mucho de la capacidad de resilencia de la gente. La vida en el campo no es solo una lucha por la supervivencia, es también el camino en busca de la normalidad.

“La gente está intentando llevar la vida más normal que puede . Aunque muchas cosas son difíciles, la mayoría de nosotros estamos felices de estar aquí, en la región kurda de Iraq. Porque aquí nos sentimos seguros”, añade Sara.