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Cuatro años de horror para millones de niños, Siria

Este domingo, 15 de marzo, se cumplen cuatro años desde el comienzo del conflicto armado en Siria. Cuatro años de horror para millones de niños y niñas y sus familias, atrapados en la violencia mientras su país es devastado por el conflicto. A pesar de que en 2014 el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara tres resoluciones con el fin de asegurar protección y ayuda para la población civil de Siria, en el último año la situación no ha hecho más que empeorar.

Los niños y las niñas en Siria nos cuentan que han perdido la esperanza. Han visto a amigos y familiares asesinados delante de sus ojos. Sus casas se han convertido en escombros. Muchos de ellos han sufrido torturas. Están hambrientos, a menudo enfermos, y no disponen de agua potable.

Además, muchos niños y niñas han tenido que interrumpir sus estudios, ya que las escuelas están siendo destruidas o dañadas, el viaje hasta las clases se hace cada vez más peligroso o están obligados a desplazarse a áreas donde no hay centros educativos. Cada vez que un niño es desplazado de una localidad a otra, las probabilidades de volver a matricularse disminuyen, y muchos corren el riesgo de no llegar a completar su educación.

Antes del conflicto casi la totalidad de niños y niñas en Siria estaban escolarizados. La tasa de alfabetización eran de más del 90% y Siria gastaba casi el 5% de su Producto Interior Bruto en la educación. Cuatro años más tarde, Siria ha pasado a tener la segunda peor tasa de escolarización en el mundo con casi 3 millones de niños que no van a la escuela.

El 75% de los niños en Siria vive en la pobreza, y 12.2 millones de personas, la mitad de ellos niños, necesitan ayuda humanitaria. A la vez que la situación de las familias empeora, un número siempre mayor de niños se ve obligado a dejar la escuela para trabajar.

Las escuelas son uno de los lugares más peligrosos en Siria, a causa de los continuos ataques y de los daños provocados por los combates. Casi un cuarto de las escuelas han resultado dañadas, destruidas, militarizadas o utilizadas como refugios desde que empezó el conflicto. Éstas incluyen varias escuelas apoyadas por Save the Children, que han sido obligadas a suspender temporalmente las clases porque el conflicto ponía en peligro las vidas de los niños o porque los edificios estaban demasiado afectados.

En este contexto, Save the Children quiere recordar la importancia de proteger las escuelas en situaciones de conflicto. En Marzo de 2014, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó una resolución solicitando a todos los Estados actuar para acabar con la utilización de las escuelas por grupos armados. España, como miembro del Comité de Seguridad de Naciones Unidas tiene la responsabilidad de impulsar la aplicación, por parte de los gobiernos, de esta resolución.

Además, como resultado de dos años de consultas con gobiernos, grupos militares, agencias de Naciones Unidas y sociedad civil, en diciembre de 2014, la Coalición Global para Proteger la Educación de Ataques (GCPEA), de la que Save the Children forma parte, presentó ante las Naciones Unidas en Ginebra las “Directrices para prevenir el uso militar de escuelas y universidades en conflictos armados”, un documento que será ratificado en junio en Noruega.

Desde Save the Children pedimos al Gobierno español que aproveche esta oportunidad para llamar la atención de los gobiernos sobre la necesidad de apoyar estas directrices para mantener a los grupos militares fuera de las escuelas y garantizar que los niños afectados por conflictos armados pueden continuar su educación.

Trabajamos en el norte de Siria, apoyando 59 centros escolares, y hasta ahora hemos ayudado a 34.500 niños, muchos de los cuales han tenido que abandonar los estudios durante meses o años, a acceder a la educación pre-escolar y primaria. Trabajamos reparando y reconstruyendo las clases dañadas, para establecer espacios seguros y aptos para los niños, además de facilitar a las escuelas agua y servicios sanitarios, y distribuyendo miles de bolsas, libros de texto, material para la enseñanza, equipos de seguridad y equipos deportivos, artísticos, además de juegos, instrumentos musicales y libros de cuentos.

Pero no podemos hacer esto solos.
 

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