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Día 4 - Una infancia sin futuro

Soñar con ser maestro, con tener una oportunidad en la vida, con llegar a ser lo que realmente quieras ser. Un mundo de oportunidades que no está al alcance de cualquier niño o niña. Omar es un ejemplo.

Eso sí, para entender por qué huía o qué estaba buscando, hay que acercarse a su mundo. Saber cómo era su entorno y qué posibilidades reales tenía. Por eso Bruno y Unai hoy han conocido más de la vida de Omar, para entender por qué se jugó la vida siendo un adolescente.

Bruno: "Omar quería ser maestro"

Hoy hemos ido a visitar los cultivos de la familia de Omar. Nos ha contado que una de las razones por las que se fue de Senegal es que quería trabajar en España porque quería ser maestro.

Cuando hemos ido a casa de Omar a comer me he fijado en cómo una de las chicas con las que estuve ayudando a hacer la cena el otro día lavaba la ropa de toda la familia. Me ha parecido increíble la postura que tenía. Creo que yo no podría o me costaría mucho hacer ese trabajo tan duro. También me he fijado en cómo cogen agua de garrafas y la transportan en un carro tirado por un burro porque en la casa no tienen grifos. Cada día me sorprende más la amabilidad que tienen y la facilidad que tienen para hacerme sonreír.

Unai: "Hoy ha sido más duro"

La chica más joven de la familia, aparte de cocinar todas las comidas se pasa horas lavando la ropa. De pie, su cuerpo hace forma de A. Supongo que tendrá la espalda y el cuádriceps destrozados. Hoy, también ha llovido, pero los niños seguían en la calle. Ya llevamos 3 días comiendo lo mismo, arroz con verduras. Parece que ellos comen esto todos los días. 

También he observado a los más pequeños que nos hemos encontrado. Muchos tienen el ombligo salido para fuera (una hernia del cordón umbilical), y cómo sus panzas están hinchadas a veces como consecuencia de su mala nutrición. 

Ya no todo son sonrisas. Este no es el lado turístico que vemos de África. Ahora realmente comprendo la necesidad de Omar para marchar de aquí.