El cuento de Gema

La semana pasada nos llegó el trabajo de una alumna de quinto de primaria del CRA LACIPEA de Puebla de Alcollarín (Badajoz). Su nombre es Gema Mellides Rayego, ella después de trabajar el material didáctico que enviamos a su colegio para realizar la carrera kilómetros de solidaridad, decidió escribir un cuento para hacernos reflexionar sobre la esclavitud, le damos las gracias al colegio por su trabajo de sensibilización, sobre un tema que pasa desapercibido y sobre todo a Gema, porque a pesar de su juventud, quiere que no nos olvidemos de los más vulnerables.

El Cuento de Gema

Esta historia sucede en Mali, un país de África en el que todavía existe la esclavitud. Carla, nació en una familia de esclavos junto con sus tres hermanos. Sus padres sabían que su futuro sería la esclavitud y eso les apenaba. Desde muy pequeña, comenzó a hacer trabajos que no debería hacer nadie, pero menos niñas de su edad, aunque ella se acostumbró a esa vida. Pasaba el tiempo, y la pequeña, al observar a sus dueños, y ver lo bien que vivían, imaginaba un futuro peor. Un día el amo vendió a los padres en un mercado de esclavos, sin embargo, Carla y sus hermanos siguieron con el mismo dueño. Carla y su dueño estuvieron hablando y decidieron que serían liberados si hacían feliz a la hija que este había adoptado, venía de España. Las dos niñas comenzaron a hacerse amigas. Sara, la hija del dueño, le contaba muchas de sus aventuras vividas en España. Un día, Sara le preguntó a su padre que por qué el dinero le había convertido en mala persona, el hombre, asombrado le dijo que a que venía esa pregunta. La pequeña respondió con lágrimas: -Mis padres sufrieron mucho por tener que darme en adopción, ellos padecían una enfermedad y no podían cuidarme, ellos creyeron que al estar aquí no sufriría, pero llevo ya un tiempo y sufro más por ver como tratas a los esclavos. El hombre, lleno de compasión le dijo: -Haré todo lo que me pidas con tal de verte feliz. -Yo solo quiero que Carla y sus hermanos puedan encontrar a sus padres, se lo que es perder a unos padres, contestó Sara. El hombre prometió que lo haría. Aquella noche fue la mejor para los cuatro hermanos y para Sara, pues durmieron todos juntos en la casa. Al día siguiente, los hermanos, Sara y sus padres, se encaminaron a donde les habían informado que estaban los padres de Carla. Al llegar a la casa, vieron que no había nadie, pero en la puerta se encontraba una nota en la que ponía que habían salido, “volveremos a las 17:30”, decidieron esperar e irse a comer a un restaurante. Cuando ya eran casi las 17:30 se encaminaron de nuevo hacia la casa, al llegar allí les dieron una buena noticia; “los padres de Carla acababan de ser liberados”. El padre de Sara también liberó a Carla y a sus hermanos y contrató a su padre para que trabajara para él, sin ser esclavo. La familia de Carla no volvió a vivir como esclavos y las chicas fueron amigas para siempre.

MI HISTORIA NOS ENSEÑA QUE HAY NIÑOS QUE LO ESTÁN PASANDO MUY MAL. AQUÍ, EN ESPAÑA NO PASAN ESTAS COSAS."