Una madre de acogida con un chico menor de edad

FAMILIAS ACOGEDORAS
¿CÓMO SER UNA DE ELLAS?

La Convención de los Derechos del Niño determina que vivir en familia es la medida de protección más eficaz para garantizar el adecuado desarrollo de los niños, niñas y adolescentes y ofrecerles los cuidados, la educación y la estabilidad que necesitan. Para todos esos niños y niñas que no viven con sus familias, existen las familias de acogida, una oportunidad que garantiza a esos pequeños y pequeñas que su derecho fundamental a vivir en familia sea una realidad.  

Charlamos con nuestra compañera Celia Limpo, especialista en incidencia en Canarias, para hablar de la infancia migrante y de cómo su acogida en familias es especialmente relevante porque favorece su inclusión en la comunidad, les da una red de apoyo, desarrolla su autonomía personal minimiza su sentimiento de abandono.  

¿Qué niños y niñas pasan al sistema de protección de la infancia y la adolescencia?  

Todos los niños o niñas a los que se les imponga una medida de desamparo pasan al sistema de protección. Esto sucede cuando se detecta una situación de desprotección de un niño o niña, tanto nacional como extranjero. En este último caso, cuando llegan a España solos sin ningún referente familiar, son declarados en desamparo y son las comunidades autónomas las que asumen su tutela.  

¿Todos los menores de edad en el sistema de protección son susceptibles de ser acogidos por una familia?  

Sí, cuando se realiza la declaración de desamparo del niño y niña, la entidad pública que ostenta su tutela tiene qué determinar qué régimen de guarda se impone. Los regímenes de guarda pueden ser dos: acogimiento residencial o acogimiento familiar. Es decir, se puede ingresar al menor de edad en un centro de protección donde en este caso el director del centro tendrá el rol de guardador o podrá proponérsele para ser acogido en familia donde será la familia quién ostente la guarda. En ambos casos, la tutela será de la dirección general de infancia de la Comunidad Autónoma.  
 

¿Por qué desciende el número de menores de edad acogidos en familias y ascienden los que viven en centros y residencias?  

En general, vemos una descompensación en las medidas de guarda que se imponen para niños y niñas nacionales versus extranjeros. Hay más probabilidad de que un menor de edad nacional vaya a un acogimiento familiar que uno extranjero. Los menores extranjeros pueden presentar realidades más complejas por lo que encontrar una familia idónea puede ser más complicado. 

Además, el proceso para llevar a cabo un acogimiento familiar es más largo y costoso, por lo que muchas veces esto desincentiva su promoción. También a nivel social hay desconocimiento de que esta práctica es posible y de las implicaciones que ello conlleva, por eso desde Save the Children queremos sensibilizar en que esta posibilidad existe y en los numerosos beneficios que la vida en familia tiene para cualquier niño y niña, pero especialmente para aquellos que han pasado por una experiencia migratoria siendo niños.  

¿Qué supone el modelo residencial frente al de familias? ¿cuál es mejor para la infancia y por qué? 

El acogimiento residencial supone vivir en un centro de protección junto con otros menores de edad y los profesionales del centro. Aunque cada vez se está apostando más por un modelo desinstitucionalizador, es decir, centros que se asemejen más a hogares y de menos plazas, n ningún caso puede sustituir lo que supone disfrutar de una vida en familia durante la infancia.  

En los últimos años ha habido un incremento en el número de familias y personas que se ofrecen a acoger. ¿Por qué si hay un aumento de familias interesadas ha bajado el número de acogidas familiares? 

Llevar a cabo un acogimiento familiar es un proceso, puedes estar interesado, pero posteriormente no pasar el estudio de idoneidad, o desistir a lo largo del proceso. Estar interesado e iniciar los trámites no implica que automáticamente todas esas familias vayan a pasar a formar parte de la bolsa de acogimiento autonómica.  

La problemática principal es que no se suele proponer a niños, niñas y adolescentes migrantes para acogimiento familiar, a no ser que lleguen muy pequeños. Se tiende a proponer para el acogimiento a los niños y niñas más pequeños, tanto nacionales como extranjeros, por lo que los más mayores son los que suelen estar en centros. Y teniendo en cuenta que el perfil que llega a España suele ser adolescente, con edades entre los 15 y 17 años, explica la cifra tan baja de acogimientos de estos chicos y chicas.  

Por eso, es importante sensibilizar a las familias en que el perfil adolescente también tiene derecho a vivir en familia, sobre todo porque cuando cumplen 18 años pueden seguir manteniendo el vínculo con ellos cuando el sistema de protección a la infancia deje de ampararles.  

¿Se enfrentan a muchos requisitos las familias que quieren acoger?  

Tienen que pasar por un proceso, que dependiendo de la comunidad autónoma tiene unas fases y una duración. Lo más importante es que las familias o personas interesadas en acoger tienen que pasar por un proceso de idoneidad, es decir, realizarán diferentes entrevistas psicológicas, entrevistas sociales y visitas domiciliarias, estudio de las dinámicas y organización de vuestra familia, las condiciones de vuestra vivienda, vuestro entorno, la estabilidad económica familiar, entre otros.     

¿Cuál es el tiempo medio que dura la acogida? 

La duración depende de la modalidad de la acogida, en Canarias es: de urgencia hasta 6 meses, temporal hasta dos años y permanente hasta que el niño o niña cumpla 18 años.  

Si quiero ser familia de acogida, ¿dónde puedo encontrar más información? 

En Save the Children hemos elaborado una guía en la que aportamos información clara y sencilla sobre cómo es el proceso de acogimiento para aquellas personas o familias que puedan estar interesadas y que cuenten con toda la información para que decidan si quieren iniciar un proceso de acogimiento.