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La lucha por la supevivencia infantil es rápida, pero desigual

En muchos países del mundo, las posibilidades de que un niño llegue a cumplir los cinco años de edad han mejorado de forma espectacular en años recientes. En la actualidad, cada día mueren 17.000 niñas y niños menos que en 1990. Además, entre 1990 y 2013, la tasa de mortalidad de niñas y niños menores de cinco años en todo el mundo se ha reducido casi a la mitad, de 90 a 46 muertes cada 1 000 nacimientos vivos. Sin embargo, no todos los países conseguido mejorar las oportunidades de vida de los niños y, algunos de los países más pobres del mundo, muchos de los cuales han sido arrasados por conflictos e inestabilidad, se están quedando bastante atrás. Dicho esto, durante las dos últimas décadas, se ha logrado un progreso global sin precedentes en el aumento de las oportunidades de supervivencia infantil.

Pero esta buena noticia ha sido empañada por un hecho preocupante. Al estudiar más a fondo los promedios nacionales, descubrimos que existen considerables diferencias en las tasas de mortalidad de niños que viven en un mismo país. Con mucha frecuencia, determinados grupos de niños se ven expuestos a niveles de mortalidad constantemente altos, incluso en países que se han beneficiado de una rápida disminución general. Estos grupos de niños, que de por sí ya tienen muchas menos oportunidades de sobrevivir que sus pares, no solo se ven cada vez más rezagados, sino que quedan excluidos del progreso nacional y global. El reciente informe de “La lotería de la vida” se centra en estos sectores de la infancia.

¿Qué significa quedar rezagado en el progreso hacia la reducción de la mortalidad infantil? Ejemplos de países alrededor del mundo

  • En Níger, una niño nacido en la región con la tasa de mortalidad infantil más alta en 2012 tenía casi cinco veces más probabilidades de morir antes de cumplir los cinco años de edad que un niño nacido en la región con la tasa de mortalidad más baja. Estas desigualdades en las oportunidades de vida se han duplicado desde 1998.
  • En Indonesia, un niño nacido en los hogares que conforman el 40 % más pobre en 2012 tenía más de dos veces y media más probabilidades de morir que un niño proveniente de los hogares que conforman el 10 % más rico. Esta desigualdad se ha duplicado desde 2002.
  • En Honduras, en 2012, un niño nacido en la región de Islas de la Bahía tenía tres veces y media más probabilidades de morir un niño nacido en la región más favorecida del país. Esta desigualdad ha aumentado considerablemente desde 2006.
  • En Vietnam, los niños nacidos en el grupo étnico Kinh en 2010 tenían tres veces y media más probabilidades de morir que un niño o una niña no perteneciente a este grupo étnico.

Nuevas investigaciones demuestran que determinados grupos de niños y niñas están cada vez más excluidos del progreso

En informe de “La lotería de la vida” se centra en cuatro grupos sociales y económicos distintos sobre los cuales existen datos y donde se dan notables disparidades en las tasas de mortalidad de niños menores de cinco años según provengan de grupos privilegiados o grupos desfavorecidos. Los cuatro grupos están conformados por ámbito regional, zonas urbanas y rurales,  grupos étnicos y grupos económicos.

Nuestro estudio, que se basa en un análisis nuevo de datos provenientes de 87 países, revela que en la mayoría de los casos, determinados grupos de niñas y niños están cada vez más lejos de beneficiarse del progreso en la reducción de la mortalidad infantil. 

En el 78 % de estos países, al menos uno de los grupos sociales o económicos ha progresado más lentamente que los grupos más favorecidos. Ese grupo puede corresponder indistintamente a los sectores en mayor situación de pobreza de la sociedad, a las regiones desfavorecidas del interior del país, a las zonas rurales o a los grupos étnicos desfavorecidos.

En el 16 % de los países analizados, las desigualdades entre las oportunidades de sobrevivir de los niños aumenta en todos los grupos sobre los que tenemos datos.