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LECCIONES APRENDIDAS: INNOVACIÓN Y RESILIENCIA FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO

El cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad y su impacto es especialmente profundo en las comunidades más vulnerables, donde los niños y niñas se ven especialmente afectados enfrentando riesgos para su salud, su seguridad y su bienestar. Sin embargo, en estos contextos también emergen soluciones innovadoras para abordar estos desafíos. 

Gracias al apoyo de Ria Money Transfer, Save the Children desarrolla en Antipolo (Filipinas), el proyecto “SEED” (Educación y desarrollo sostenibles de la primera infancia) cuyo objetivo principal es promover una educación inclusiva y resiliente, empoderando a la infancia y a las comunidades locales para enfrentar los retos del cambio climático con soluciones adaptadas a su contexto y creadas desde el origen con un enfoque de participación. 

Desde su implementación, el proyecto SEED ha tenido un impacto significativo al mejorar el acceso a la educación y el desarrollo en el contexto del cambio climático para 1.000 niños y niñas de entre 3 y 8 años y 304 personas adultas, incluidos cuidadores y líderes comunitarios, que han sido capacitados en sostenibilidad y acción climática. Para llevarlo a cabo, se han aplicado herramientas educativas adaptadas para grupos minoritarios e infancia con discapacidad y conectadas con indicadores globales de acción climática para garantizar su medición y evaluación.  

Los materiales educativos se desarrollaron junto a niños, niñas y comunidades indígenas, integrando conocimientos ancestrales sobre el cambio climático. Los recursos didácticos fueron diseñados para ser accesibles y comprensibles para todos los niños y niñas, incluidos aquellos con discapacidades. El proyecto implementó metodologías innovadoras para enseñar sobre sostenibilidad, adaptándose a contextos locales. Este enfoque colaborativo no solo mejora el acceso a la educación, sino que también involucra a toda la comunidad en la búsqueda de soluciones sostenibles. 

Entre las lecciones aprendidas, la capacidad de ajustar los recursos y metodologías según las necesidades locales fue fundamental para garantizar la eficacia del proyecto. Más allá de los números, se integraron historias y experiencias que reflejan el impacto real en las comunidades. 

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SEED fomentó una cultura de colaboración entre todos los actores, mejorando continuamente los procesos y resultados. El éxito del proyecto radica en su capacidad para ir más allá de los métodos tradicionales: 

  • Empoderamiento comunitario: incluyó activamente a personas de comunidades indígenas, grupos minoritarios y personas con discapacidades. 
  • Conexión local-global: los aprendizajes del proyecto se alinearon con los indicadores globales de acción climática, ampliando su impacto más allá del ámbito local. 
  • Integración sostenible: los materiales educativos desarrollados se incorporaron a programas existentes, garantizando la continuidad del impacto. 

Esta iniciativa demuestra que, con un enfoque innovador e inclusivo, es posible construir comunidades resilientes al cambio climático desde la primera infancia

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