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María no es la única con problemas en el colegio

Esta semana pasada presentamos el informe Iluminando el Futuro que habla de la importancia de invertir en educación para luchar contra la pobreza infantil. El informe da evidencias que demuestran que, pese a que tengamos una educación universal y gratuita, no todos los niños se encuentran en condiciones de igualdad a la hora de cursar unos estudios.

Uno de los casos que figuran en el mismo informe es el de María* que tiene 10 años y cursa 5º de primaria. Vive junto a sus padres y su hermano de 18 años. Su madre percibe una prestación de desempleo que mantiene a toda la familia porque su padre ni trabaja ni percibe prestación alguna. María tiene un buen rendimiento académico, y siempre se muestra participativa e implicada en sus estudios. Su familia está preocupada ante la imposibilidad de no poder ayudar a su hija en sus estudios en secundaria:

Me gustaría que mi hija tuviera las mismas oportunidades que otras niñas de su edad, y si quiere estudiar que pueda estudiar lo que ella quiera. Guardamos un pellizcito cada mes para poder hacer frente al gasto de libros y material. Nos resulta muy complicado comprar todo. Este año ha sido muy duro”.

Hacer frente a los gastos escolares ha sido una gran hazaña para la familia. Este curso escolar ha supuesto un total de 300€ los libros de texto, sin contar el material escolar o las actividades extraescolares. Una librería del barrio se los ha prestado hasta que pudiera costear los libros poco a poco. Supone una gran frustración para la familia la imposibilidad de poder hacer frente a los gastos en educación de su hija, cuando además esta muestra una gran capacidad para los estudios. Les preocupa que se desmotive y acabe abandonando sus estudios.

Por no hablar del gasto de gafas y ropa de mi hija. Menos mal que contamos con la beca de comedor para que coma en el colegio, y eso nos lo podemos ahorrar”.

El padre cuenta cómo la situación económica que viven les ha hecho quitar tiempo para disfrutar del ocio en familia. Ya nunca salen al cine juntos o invitan a los niños a cenar en cualquier sitio. Priorizan la educación de sus hijos por encima de todo. Cuentan que a pesar de todas las dificultades a su hija nunca le falta el almuerzo aunque hay días que lo tengan más complicado.

Sabemos la importancia de que la niña lleve cada día su almuerzo y merienda pero a veces solo podemos poner una pieza de fruta o poco más. Siempre intentamos que lleve algo”.

Los centros escolares detectan cada vez más la falta de almuerzo o merienda en las niñas y niños, algo que les preocupa enormemente. La directora del centro escolar de María cuenta cómo ellos no pueden permitir que las niñas y niños de su centro no tengan una buena alimentación:

Algunos vienen incluso sin desayunar. Observamos que empiezan a cansarse más rápidamente. Que les duele la barriga o la cabeza, y no pueden concentrarse en clase. Observamos cómo esta problemática está muy presente en muchos centros”

Factores asociados a las carencias materiales de las familias influyen de manera directa en los procesos de aprendizaje de los niños, dando lugar a situaciones de abandono, absentismo, bajo rendimiento escolar, tristeza, etc.

Invertir en educación es invertir en infancia, y creemos que sólo invirtiendo en infancia será posible romper el ciclo de la pobreza. Por eso te pedimos que te unas a nuestra petición para que el Gobierno de España y los Gobiernos de las Comunidades Autónomas desarrollen y apliquen políticas con medidas e inversiones efectivas que luchen contra la pobreza infantil en nuestro país.