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Mi experiencia como voluntaria en Save the Children

Esta entrada ha sido escrita por Birthe Tiemann, estudiante alemana que ha sido voluntaria en Save the Children durante su periodo de Eramus en la Universidad de Sevilla. Gracias Birthe, porque tu participación como voluntaria ha sido una gran lección de vida para los niños y niñas con los que has trabajado y para los profesionales que hemos tenido la suerte de acompañarte en este proceso.

  • Me llamo Bi, en realidad mi nombre completo es Birthe, pero en España todo el mundo me llama sólo Bi desde el principio, para no complicarse la vida. Fui a España, a Sevilla, el 24 de agosto de 2014 para realizar mi semestre de Erasmus. Asistí a clases en la Universidad de Sevilla y conocía todos los días un poco más de la cultura y mentalidad española. Me encantaba experimentar costumbres y tradiciones nuevas y aunque obtuve la beca de Erasmus, no estaba muy interesada en participar en las actividades de otros extranjeros porque sabía que así nunca iba a conocer cómo es realmente la vida en Sevilla.

Así que, en el segundo mes, cuándo recibí un correo electrónico de la Universidad de Sevilla informando sobre la posibilidad de hacer diferentes voluntariados, decidí sobre la marcha solicitar una plaza en Save the Children. ¡Y me la concedieron! Me alegré mucho. Después de hablar con mi universidad en Alemania y los profesionales que trabajan en Save the Children, tomé la decisión de aumentar mis horas. Así que finalmente trabajé de manera voluntaria desde el 13 de noviembre hasta el 11 de marzo todos los días de lunes a jueves de cuatro a seis de la tarde en Bermejales.

Al principio estuve con dos grupos de alumnos de Educación Secundaria, uno el lunes y miércoles y otro el martes y jueves. Y siempre junto con una profesional, Eli, que me cayó muy bien desde el primer momento y que me trataba todo el tiempo con mucha simpatía y alegría, como todos los profesionales a los que conocí. ¡Gracias por esto! ¡Me sentía bienvenida e integrada desde el principio y durante todo el tiempo de voluntariado!

Los primeros días los chicos y chicas estaban un poquito tímidos frente a mí, pero también con mucha curiosidad por la chica alemana rubia que venía de otro país para pasar tiempo con ellos y que aparte de esto, suele cenar a las 7 de la tarde. Pero bastante rápido empezaron a tener más confianza en mí y yo tambíen en ellos y pronto ya no tuvimos nada vergüenza.

El trabajo del voluntariado en Save the Children

Los primeros 90 minutos de las dos horas al día, solíamos hacer los deberes y también estudiar con los niños y niñas para preparar los exámenes bajo nuestra supervisión y ayuda. Yo les ayudaba sobre todo con matemáticas e inglés. Pero el tiempo de estudio cambiaba a veces según la cantidad del trabajo que tenían que realizar. El resto del tiempo lo dedicábamos a actividades de ocio y tiempo libre. Jugábamos a Tabú o al ajedrez, hablamos sobre temas actuales o sobre el significado de términos técnicos como sexismo, feminismo, machismo,… palabras que son importantes para la vida en una sociedad heterogénea.

Hacíamos ejercicios para aumentar su autoestima, para conocerlos mejor y para ver cómo se ven y se valoran a sí mismos y a sus compañeros y compañeras.”

Les preguntamos a los niños y niñas por su opinión ante diferentes situaciones, les animamos a reflexionar sobre su comportamiento y su actitud con el objetivo de ampliar su forma de pensar y el repertorio de sus valores y normas. Hacíamos ejercicios para aumentar su autoestima, para conocerlos mejor y para ver cómo se ven y se valoran a sí mismos y a sus compañeros y compañeras. Queríamos que se dieran cuenta de que tienen una personalidad especial y de que son tan importantes y únicos como otros.

Después de unas semanas cambié el grupo de martes y jueves para ayudar a otro profesional, Javi, con niños y niñas de Educación Primaria. El tiempo con este grupo me hacía experimentar otras cosas que eran diferentes a las que vivía con el grupo de Secundaria. Los niños y niñas de primaria necesitaban un tratamiento diferente con más cariño y atención. Son muy activos y sus motivaciones son otras, muchas veces están menos concentrados si tienen que hacer deberes, porque prefieren jugar.

 El voluntariado me ha ayudado mucho a a preocuparme por el entorno complejo en el que vive cada niño.”

En definitiva, el voluntariado en Save the Children fue un dar y recibir para mí. No sólo los niños se aprovechaban de mi presencia, sino que también yo pude reforzar mis conocimientos y mi forma de ser, gracias a ellos. Vivimos un proceso mutuo que me ha servido mucho para mi profesión futura como profesora, para darme cuenta de las diferencias entre las costumbres en España y Alemania y para tener una impresión de la juventud española. El voluntariado me ha ayudado mucho a mejorar mis habilidades a la hora de explicarles contenidos escolares a los niños y niñas, a mejorar mi paciencia y a preocuparme por el entorno complejo en el que vive cada niño. Varios días vi con mucha alegría que entendieron cosas nuevas y que supieron trabajar con ellas. Y también al revés, que los niños y niñas me enseñaban cosas nuevas a mí, sobre todo, para volverme un poco más sevillana. Usando expresiones como “Ojú chiquillo qué frío” y comiéndome todas las “s” al hablar, cada día un poco más.
Nos reímos mucho durante estos cuatro meses y os quiero decir ¡gracias por este tiempo increíble que nunca voy a olvidar!