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Preparándonos para el monzón

Las primeras lluvias ya han caído sobre Cox's Bazar, el campo de refugiados Rohingya donde cientos de miles de niños y niñas rohingya están viviendo. Desde hace meses nos hemos ido preparando poco a poco, sin embargo, los efectos de las lluvias ya han afectado a los campamentos de refugiados rohingya, inundando las carreteras, dificultando el acceso y haciendo que la situación sea aún más desesperada.

Listos para las lluvias

El dispositivo para preparar el campamento para el monzón ya está en marcha. Estamos preparando y distribuyendo materiales de primera necesidad como arroz, lentejas y aceite. También proporcionamos a todos los niños menores de cinco años un cereal especial de alto contenido nutritivo que les ayuda a crecer de forma saludable.

Asegurando la higiene dentro del campo gracias a la instalación de letrinas y a la distribución de kits con jabón, detergente, barreños y toallas para que, cuando las lluvias comiencen, podamos frenar la expansión de muchas enfermedades.

Mejorando las instalaciones y preparando a los niños y niñas para que sepan cómo actuar en caso de que se produzca la emergencia. Hemos creado canales y puentes para evitar que el agua desborde el campo de refugiados. También hemos colocado carteles en todo el campo con instrucciones claras que refuerzan lo que han aprendido en la escuela.

No podemos olvidarnos de los refugiados rohingya

Actualmente hay 370.000 niños y niñas viviendo en el campo de refugiados, lejos de casa, con temperaturas muy elevadas, en cabañas endebles hechas de bambú y plástico. Ellos han huido recientemente de la terrible violencia en Myanmar, siendo testigos de una violencia generalizada y extrema. Muchos niños también sufrieron heridas graves durante la violencia en Myanmar, que los dejó marcados permanentemente. Algunos perdieron a sus seres queridos, padres, hermanos y amigos.

Esta crisis afecta en muchos aspectos a la infancia ya que corren el riesgo de contraer enfermedades mortales, perder el acceso a la educación, y no tienen más remedio que jugar en la tierra y el barro. Además, nos encontramos rozando una crisis alimentaria. En los campamentos donde casi 700.000 personas rohingya se han refugiado desde agosto de 2017, muchos apenas tienen suficiente comida para hacer tres comidas al día. Todos los refugiados rohingya dependen de las raciones de alimentos de organizaciones como Save the Children para sobrevivir. 

Nosotros estamos preparándonos para la emergencia. Pero esto solo es posible con tu ayuda.