Que no se repita la historia

En los últimos años 100 niños y niñas han muerto por la violencia en España. Pero no son un número, detrás de estos 100 nombres hay una historia dura e injusta.

Miriam era un bebé de 16 meses cuando se convirtió en víctima de la violencia de género. Alejandro tenía 10 cuando su padrasto le propinó una brutal paliza que acabó con su vida. Arancha con 16 años se suicidó porque no podía soportar el acoso escolar que estaba sufriendo. Vanessa fue asesinada tras un intento de agresión sexual. 

Ningún niño o niña debería vivir en un ámbito de violencia ni ser víctima de ella. Los niños y niñas víctimas de violencia sufren graves secuelas físicas y psíquicas en su desarrollo, y en los casos más graves mueren a causa de la violencia que han sufrido.

No queremos que haya ni una más

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