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"Quiero ser doctora de niños porque son los primeros que enferman en Zaatari"

Zaatari acoge a más de 85.000 refugiados sirios, de los que el 60% son niños como Asiya*. Asiya, tiene 12 años y quiere ser doctora.

Doctora de niños pequeños, que son los que primero enferman en Zaatari".

La casa de Asiya tiene un pequeño huerto donde su padre se esmera todos los días en que crezca la menta, y un techo a la entrada que ofrece sombra mientras fuera la temperatura se va acercando a los 40 grados. La casa de Asiya y de su familia representa un pequeño oasis en medio del desierto donde se ubica Zaatari, el segundo campo de refugiados más grande del mundo.

Issam*, el padre de Asiya, tenía un estudio fotográfico en Jabah, en el distrito de Quneitra. Los bombardeos fueron destrozando su barrio, su casa, su negocio, el colegio de sus hijos... Una mañana cerraron maletas y se echaron a la calle sin mirar atrás.

No pudimos recoger nada, ni siquiera las fotografías familiares".

Como otros muchos refugiados, las mafias se aprovecharon de su vulnerabilidad y todos los ahorros de la familia se quedaron en lograr llegar hasta Zaatari. En este campo de refugiados, la familia recibe la ayuda de Save the Children. Los niños acuden a nuestros centros educativos y Ibrahim, profesional de Save the Children, mantiene contacto diario con la familia para conocer de primera mano sus necesidades. La educación es fundamental en Zaatari y en Save the Children velamos para que, sobre todo las niñas como Asiya, no se queden descolgadas de las aulas.

A pesar de las dificultades, Issam no desespera y mantiene las fuerzas y la motivación cargadas para sacar a su familia adelante.

Algún día volveremos a Siria, nunca vamos a perder la esperanza de regresar a nuestro hogar, a estar de nuevo con nuestros familiares y amigos".

La vida en Zaatari no es fácil. Los refugiados sirios han agotado practicamente sus ahorros y en Jordania no pueden trabajar. El suministro de comida y de agua en el campo es posible gracias al trabajo de organizaciones que, como nosotros, trabajan en terreno. En Zaatari hace mucho frío y mucho calor, las temperaturas bajan de cero grados en invierno y en verano pueden llegar a los 45. No hay agua corriente y la electricidad funciona a ratos.

Por eso en este lugar tan inhóspito tiene mucho mérito que para las familias lo primordial sea que los niños continúen con su educación. Estamos ofreciendo un servicio de guardería para los más pequeños donde mujeres sirias ejercen de voluntarias y dan clases para los niños y niñas de hasta 12 años. En un radio de 500 metros hay un centro educativo de Save the Children para que los desplazamiento no sean largos.

La guerra en Siria ha cumplido ya cinco años. Zaatari cumplirá cuatro el próximo mes de julio. Y niños como Fátima*, Mohamed*, Alma* o Mojtar* seguirán cumpliendo años lejos de su hogar, de sus amigos, sin poder regresar ni tampoco con posibilidades de continuar junto a su familia viaje hacia Europa.

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El trabajo de Save the Children en la crisis de refugiados

Estamos presentes en el campo de refugiados de Zaatari con programas de educación, salud, protección y vivienda.

Nuestros equipos están trabajando en Siria, proporcionando comida, agua potable, ropa y refugio para los niños y sus familias. También estamos en Líbano, Jordania, Irak y Egipto para ayudar a los niños refugiados sirios e intentar que a pesar de vivir en los campos de refugiados tengan acceso a la escuela, a actividades de ocio y que reciban apoyo emocional para superar el trauma.

Sin un final de la crisis a la vista necesitamos urgentemente ayuda para ayudar a estos niños. Por favor, haz tu donativo.

Haz tu donación para los niños refugiados sirios.

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