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Recuperando la leche materna en el campo de Za´atari

El campo de refugiados de Za´atari, en Jordania, acoge ya a más de 130.000 personas sirias refugiadas. Allí comenzamos con el Programa de Alimentación para lactantes y niños pequeños a principios del mes de diciembre para atender a los niños y niñas menores de cinco años, a las mujeres embarazadas y a las madres lactantes.

Ofrecer a los bebés leche materna durante una emergencia es la forma más segura de proteger a los pequeños frente al enorme riesgo de infección y frente a la permanente amenaza de la desnutrición."

Con el apoyo adecuado, las madres pueden continuar amantando a sus hijos reforzando así su oportunidad para sobrevivir. En un entorno de emergencia, las instalaciones donde esterilizar los biberones y preparar la leche, los servicios sanitarios apropiados, el almacenamiento seguro de agua, la privacidad para dar el pecho… pueden ser entornos de muy difícil acceso, lo cual puede provocar un impacto tremendamente negativo en la nutrición de los bebés cuando no existe una intervención a tiempo.

El programa ha establecido tres caravanas en el campo, que ofrecen un lugar seguro y privado a las madres para dar el pecho a sus bebés en la intimidad. Las mujeres que vienen a las caravanas reciben alimentos y agua y, tanto ellas como los padres de los bebés reciben sesiones sobre lactancia materna que ofrecen nuestras compañeras.

La historia de Zada

Zada tiene 25 años y es madre de cuatro hijos. Llegó al campo de Za’atari hace tres meses donde vive en una pequeña caravana con sus hijos. Cuando llegó aquí, su hija pequeña, Alaa, tenía cinco meses. Zada le dio el pecho durante el primer mes y medio pero tuvo que pasarse después a la leche de fórmula a causa del estrés que le producían los conflictos continuos en su pueblo de Siria.

Cuando una trabajadora de Save the Children nos visitó a mi y mi familia por primera vez, mi bebé tenía cinco meses y yo me sentía todo el tiempo frustrada y me irritaba continuamente. Ella me habló de los beneficios de la leche materna y el peligro de preparar la leche de fórmula sin las mejores condiciones de higiene, especialmente en un ambiente como el del campo. También hablamos de la posibilidad de reiniciar la lactancia y decidí intentarlo de nuevo llevando a Alaa cerca de mi pecho cada vez que podía, especialmente durante la noche. Me enseñaron cuál es la postura adecuada y el patrón del apego, empecé a beber más líquidos y también a beber usando una taza en lugar de la botella – ya que apenas hay agua limpia-, todo, para facilitar que me volviese a salir la leche.

Apenas una semana después, y siempre con la ayuda y los consejos de vuestra compañera, empecé a reducir la cantidad de leche de fórmula que le daba a Alaa, al tiempo que controlábamos su peso y su orina. Y en solo un mes mi bebé se alimentaba completamente de mi leche otra vez.  Me siento mucho mejor ahora que vuelvo a dar el pecho y se que es todo un logro para mi y lo mejor que puedo ofrecer a mi bebé en estas circunstancias.