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República Centroafricana: los niños se refugian en el bosque

Ntiba, en la región de Nana-Gribizi, es un pequeño y bastante alejado poblado en la República Centroafricana. Algún día disfrutó de una comunidad unida y vibrante pero hoy, Ntiba está desierta.

El 14 de abril, alrededor de las 3 de la tarde, los rebeldes llegaron buscando venganza tras un altercada que había tenido lugar por la mañana entre uno de los soldados y un miembro de la comunidad. Armados con machetes y pistolas, atacaraon y quemaron todo el poblado. Muchos murieron, mientras que otros logaron huir hacia el bosque. Ocho meses después, todavía no han podido regresar a sus casas.

La historia de Thierre

Encontramos a muchos jóvenes visiblemente exhaustos deambulando por una de las casas destrozadas. Nos confirmaron que viven en el bosque. A Thierry, uno de los jóvenes más mayores, con una camiseta rota del Chelsea y una cuerda sujetando sus pantalones, le está costando mucho mantenerse tranquilo. “Estoy completamente desmoralizado”, nos cuenta, “no tengo dinero y no puedo comprar comida”. Apunta a una estructura totalmente destrozada. “Esa era mi casa…” y con el mismo dedo apunta después a otro edificio quemado, “y esa era mi escuela. Solía ir a al escuela todos los días y tenía una vida normal en casa, pero ahora vivo como un animal en el bosque…estoy desesperado”.

La historia de Monatchu

Montatchu es uno de los pocos niños que hablan francés; parece muy maduro e inteligente. Al contrario que Thierre, Montatchu habla de un modo calmado. Apenas tienen acceso a limitadas raciones de chikwange (una raíz similar a la mandioca), unas pocas patatas y al agua sucia del río. Ocasionalmente, se acercan a los poblados más cercanos para asegurarse alguna ración de comida por parte de alguna familia. “Nos has encontrado aquí hoy porque el bosque no es un buen luar para estar todo el día”, explica Monatchu, “por eso venimos a los poblados de alrededor, para buscar comida y algo de información”.

El problema para nosotros es muy simple: ¿cómo se espera que sobrevivamos en estas condiciones?”.

El golpe de Estado inicial este año y la continua violencia en República Centroafricana han forzado a muchas comunidades a huir en masa hacia el bosque. Muchos han muerto por enfermedades totalmente tratables como malaria y diarrea; la mayoría de las víctimas son niños y niñas.

Cientos de miles de niños y niñas desplazados por el conflicto

La reactivación del conflicto el jueves pasado no ha hecho más que empeorar la situación de la población desplazada. Muchos de los niños y niñas que han tenido que dejar sus casas ya sufrían desnutrición, lo que les hace tremendamente vulnerables frente a las enfermedades. Solo en la capital, Bangui, más de 10.000 personas han huído al aeropuerto buscando la protección de las tropas francesas que llegaron el viernes. Las estimaciones apuntan a que hasta 30.000 personas permanecen refugiadas en campamentos improvisados por la ciudad.