Seguridad alimentaria, cuando conseguir comida es una tarea imposible

La agricultura ha sido uno de los mayores motores económicos de Honduras. En 2010, las exportaciones de productos agrícolas eran más del 50% de todos los productos exportados. El café era uno de los productos estrella con un gran ritmo de crecimiento. Esta situación ha cambiado. Desde que “El Niño” pasó por esa zona el gobierno tuvo que declarar el estado de emergencia nacional. A eso se le suma la plaga de roya, un hongo que afecta a granos de distintos cereales, como es el caso del café.

Según el programa Mundial de Alimentos, las pérdidas agrícolas están haciendo que miles de familias estén en riesgo de hambruna. Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios el número de personas afectadas por esta situación de la combinación de la sequía y la roya del café, es de 504.000.

El Gobierno de Honduras lanzó un programa específico, Early Alert System, con el objetivo de abordar esta situación de emergencia, mandando paquetes de comida a los pueblos que están sufriendo sequía. Aun así, la respuesta del gobierno no es suficiente para cubrir las necesidades de la población.

Hablamos con Kelyn, una niña de 13 años que vive en una comunidad en Siguatepeque, Honduras. Tiene ocho hermanos y su madre, Antonia. Su padre les abandonó hace tres años y Antonia es la única haciéndose cargo de la familia.

 

Con solo 13 años Kelyn está ayudando a traer ingresos a casa. Se lo ha tomado en serio. Cuando consigue trabajo en el campo se dedica a recoger café, cuando no consigue trabajo hace de niñera para otras familias de la comunidad. Básicamente busca trabajo donde puede.

Trabajo cuidando a una niña. Ella vive en el otro de la comunidad. Mi comunidad es montañosa y tiene muchos árboles, jardines y mucha gente. Todo tipo de gente. Hay gente buena y gente mala. La gente mala nos dio la espalda. Vamos buscando apoyo ayuda y ellos no nos ayudan. Nuestro tejado se desplomó y mi madre fue pidiendo ayuda a la comunidad y nadie la hizo caso. No estamos a su nivel porque somos pobres. Ellos tienen más cosas, ellos tienen trabajo.”

Kelyn parece más mayor de lo que es y respira la tristeza de su familia, la preocupación de conseguir llegar a final de mes. Se siente responsable de ayudar a su madre.

“No hay trabajo para nosotros y hay muchos días en los que no comemos nada. Veo como esto afecta a mis hermanos pequeños, lloran y eso me duele. Cuando tienen hambre pido ayuda a mis tías o juego con ellos para que se olviden de que tienen hambre. A veces soy yo la que no puede olvidarse de que está hambrienta.

El año pasado las cosas estaban mejor. Trabajamos recogiendo café y tomates. Ganábamos dinero y podíamos comer. Cuando la recogida del café era buena conseguíamos casi 40Kg. Cuando no era muy buena no llegabas a recoger 15Kg. Me despertaba temprano, hacia las 6 de la mañana y andaba por las montañas. Se tarda como hora y media. Es difícil recoger café cuando no hay demasiado café.”

Sobreviven día a día. Su madre está preocupada por no poder dar a sus hijos lo que necesitan. Conseguir comida no es algo tan sencillo en su situación, a veces tienen que ir a comer sin nada en el estómago. Todos los hijos tienen que dedicarse a recoger café, algo que no siempre es posible, no siempre hay trabajo y los campos están en mal estado. Los precios han subido.

“Mi madre tiene muchos dolores de cabeza porque no sabe como conseguir alimentos para mis hermanos y mis hermanas. Necesito conseguir un trabajo. Si no tengo trabajo no habrá comida.

El más pequeño de mis hermanos perdió mucho peso. No sé si yo también porque no me puedo pesar, pero mi ropa me queda de otra forma. Siento el estómago vacío casi todo el tiempo. Tenemos dolores de estómago. También nos sentimos llenos de aire. Estamos muy tristes porque mis hermanos y mis hermanas lloran mucho por la falta de comida. A veces yo también lloro.

Antes jugaba con otros niños. Me sentía libre. No me sentía ahogada. Ahora no duermo bien porque pienso mucho por las noches. Pienso en lo que va a pasar al día siguiente. Que no tenemos nada. Que no tenemos comida. No puedo parar.

No he pensado en qué quiero ser cuando sea mayor porque no hay hueco para pensar en esas cosas. A veces pienso en mis sueños, pero sé que no se harán nunca realidad. Para ser un médico o un profesional tienes que haber estudiado y yo no tengo tiempo para eso.”

Con 12 años tuvo que abandonar la escuela sin haber terminado la enseñanza primaria.

“Me gustaba ir a la escuela, aprendía y me lo pasaba bien. Jugaba al fútbol con mis amigos. Echo de menos a mis amigos. A veces les veo en la comunidad, pero no mucho. Me dió mucha pena dejarlo, me fui en quinto curso, pero puedes estudiar hasta noveno en mi escuela. Uno de mis hermanos llegó a sexto curso pero tuvo que dejarlo por la situación económica de mi familia.”

Save the Children pretende estar en terreno hasta diciembre de 2015. Durante ese tiempo trabajaremos con los departamentos de Comayagua y de Intubuca, llegando a 1.533 hogares, 7.665 personas de las cuales 4.451 son niños. Nuestra intervención se basa en:

  • Mejorar la seguridad de los alimentos y medios básicos. Queremos mandar fertilizantes a los productores de café y otras necesidades
  • Crear almacenes de grano comunales para almacenar, proteger y conservar la producción de granos básicos como los frijoles o el maíz
  • Promover costumbres saludables y de nutrición para las familias con niños menores de 5 años mediante una formación específica
  • Fortalecer las escuelas como un espacio de protección para los niños