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Sudán del Sur: seis meses de lucha, una generación de niños en situación de riesgo

Hace seis meses una lucha brutal entró en erupción en Sudán del Sur.  Las cifras son desoladoras: más de 500.000 niños se han visto obligados a huir de sus hogares y ahora están dispersos en la selva, permaneciendo en comunidades sobredimensionadas o agrupados en campamentos; una vida en el limbo. Tres cuartas partes de los afectados por la crisis tienen menos de 18 años.

Hay 95 colegios que permanecen ocupados por grupos armados o por personas desplazadas; una cuarta parte de todas las escuelas del país están cerradas.  Las comunidades no tienen suministros y hay familias que viven sobre hojas y hierba. El hambre acecha. A menos que se tomen medidas urgentes, 2,5 millones de niños se enfrentan a una crisis de hambre y 50.000 son propensos a morir por desnutrición.

Más de 9.000 niños han sido reclutados por grupos armados desde el comienzo de los combates, mientras que al menos 22.300 han sido sufrido graves ataques en la escuela, violencia sexual o secuestros.  Los niños de Sudán del Sur llevan sufriendo seis meses. La pregunta es, ¿qué clase de futuro les espera?

Construyendo una paz y seguridad duradera

He visto niños que respondieron con valentía, esperanza y determinación. Todas las partes involucradas en los combates deberían seguir su ejemplo.  Estos niños valientes corren un grave riesgo, no sólo por la violencia, sino por el impacto psicológico por el que están pasando. Sin no reciben ahora apoyo psicosocial para ayudarles a recuperarse de las experiencias traumáticas, los acontecimientos de estos últimos meses les podrían dejar cicatrices de por vida.

La disminución de las reservas de alimentos, el aumento de precios y los estómagos vacíos

Muchas comunidades están atrapadas: completamente aisladas de cualquier ayuda. Si viajas por carreteras que cruzan la primera línea, “ahí se acaba tu vida,” me han comentado. Otras carreteras menos peligrosas se han vuelto intransitables ya que las lluvias las han convertido en lodazales de barro.

En otras zonas remotas, las familias que ya están comiendo hierba y hojas me han dicho que se quedarán sin suministro de alimentos para finales de junio. Además las lluvias serán demasiado intensas para poder cultivar la tierra.

Los niños quieren aprender

Estas personas necesitan desesperadamente semillas y herramientas para la cosecha de otoño. De lo contrario, la crisis del hambre se agudizará. Y además necesitan comida para poder salir adelante.  Sin embargo, con todas las dificultades, el hambre y la incertidumbre, los niños me dicen que quieren recibir educación por encima de todo. Tienen razón en quererla: cuanto más tiempo un niño esté fuera de la escuela, más atrás se quedará y más dificil será recuperarse. El futuro de Sudán del Sur depende de la posibilidad de ofrecer a sus hijos el derecho a aprender.

Tras seis meses del inicio de la crisis, la necesidad de actuar no puede ser más urgente. En Save the Children estamos haciendo todo lo posible para proporcionar a los niños protección, educación y tratamiento para la desnutrición. Necesitamos tu ayuda para llegar a más niños. Su futuro está en juego.