Tocan presupuestos

Esta entrada ha sido escrita por nuestra compañera Virginia Rodriguez, Coordinadora de investigación y seguimiento de políticas en Save the Children.

Primer viernes de octubre y con él retomamos el “Blog de los viernes”, la sana costumbre de compartir con ustedes una revisión semanal del trabajo de Incidencia Política de Save the Children. Perdonen que después de tanto tiempo no haga más concesiones a la cortesía que desear sinceramente que hayan pasado un buen verano, pero el tiempo apremia porque viene un otoño repleto de novedades, iniciativas y muchas reformas legislativas de las que les daremos cuenta en este espacio.

Empezando, como señala el título de este primer post del curso, por los presupuestos. “Tocan presupuestos” es, para quienes nos dedicamos a hacer incidencia política, la frase indicativa de que en las siguientes semanas la agenda de reuniones en el Congreso será casi inexistente. Al contrario de lo que sucede con el resto de leyes, cuando anualmente la Ley de Presupuestos Generales del Estado llega a las Cortes, el grueso del trabajo de incidencia ya debe estar hecho, porqueel análisis y debate en las diferentes comisiones y en el pleno de la Cámara deja poco margen a sus señorías para reuniones. Comprueben ustedes mismos el volumen de la propuesta que hay que debatir línea a línea en unas semanas.

¿Cuánto se va a invertir en políticas de infancia en 2014?

El Proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2014se presentó este lunes al Congreso de los Diputados, por lo que hemos tenido que dedicar parte de esta semana a analizarlo. Debo confesar un primer momento de vértigo (la acumulación de números tiene ese efecto en mí). Tras superarlo siguió otro de euforia, ahí estaba: el plan de acción del gobierno para 2014, la decisión política más compleja e ilustrativa de sus prioridades, qué se va a hacer con el dinero público. También la euforia pasó en poco tiempo, porque una sencilla pregunta: ¿cuánto se va a invertir en políticas de infancia en 2014? Resulta casi imposible de responder. Quiero decir, la respuesta está ahí, pero resulta indescifrablepor varias razones.

En primer lugar por la dispersión de las políticas de infancia entre programas de diferentes ministerios que conducen muy fácilmente a que se pasen por alto actuaciones esenciales y los recursos que se les asignan. Les voy a poner dos ejemplos. Buscando la cantidad asignada a políticas de infancia acudí aumáticamente al programa de Atención a la infancia y a las familias del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (programa que, por cierto, ha sido recortado en 555.100€ de 2013 a 2014). Sin embargo la cuantía de este programa es una pequeña parte de lo que se destina a políticas de infancia. A esta cantidad hay que añadir la de muchos otros programas del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, o del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas entre otros. También del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, que instintivamente pensaríamos que se trata del Ministerio que gestiona la mayor parte de los fondos destinados a la política española de cooperación al desarrollo. Pues como señala la Coordinadora de ONG de desarrollo, esto no es así.

Un aspecto tan importante para el presente y futuro de la sociedad como la inversión en infancia requiere toda la claridad y transparencia posible. “

Además de esta dispersión entre diferentes programas y ministerios, no se desglosa en ellos qué parte está específicamente destinada a la infancia. Empleando de nuevo el ejemplo de la cooperación, ¿qué parte del dinero público de los programas de cooperación está dedicada a la infancia? No se detalla, como tampoco lo hacen los programas del resto de ministerios que les he señalado antes.

También hay que tener en cuenta (para dar una respuesta lo más rigurosa posible a la pregunta planteada) los recursos que las Comunidades Autónomas y Corporaciones Locales dedican en sus presupuestos a políticas y programas deinfancia, una parte esencial de esta inversión al ser titulares de las principales competencias en materia de bienestar infantil.

Un aspecto tan importante para el presente y futuro de la sociedad como la inversión en infancia requiere toda la claridad y transparencia posible. Especificar claramente qué parte de los diferentes programas se destinan a la población infantil, e impulsar la regulación de la forma de elaborar el informe de impacto en infancia (como el que se elabora en género) previsto en el II PENIA son dos pasos imprescindibles en este sentido. Esperemos que el año que viene, tras el vértigo y la euforia, venga el momento de la respuesta clara y contundente.

Encantada de volver a encontrarme aquí con todos ustedes y, por supuesto, feliz fin de semana.