rs90955_6s5a6421-lpr.jpg

Un año después del tifón Haiyan en Filipinas

Un año después del paso del tifón Haiyan, que impactó en la vida de 6 millones de niños, y a pesar de la ayuda recibida, muchas familias tienen aún dificultades para subsistir, no tienen ingresos regulares, un hogar seguro o acceso a alimentos nutritivos.

Alrededor de 14 millones de personas se vieron afectadas por el tifón, que destrozó casas y barcos, arrancó árboles del suelo e inundó cosechas, en una zona donde muchos de los hogares tenían ingresos por debajo del 75% de la media nacional antes del paso de Haiyan.  

El impacto del Haiyan no tiene precedentes en Filipinas. Muchas vidas quedaron destrozadas. La recuperación es un gran trabajo. Los niños nos contaban que tenían miedo, hambre o estaban enfermos en las primeras horas tras el tifón y ya entonces sabían que sólo podrían recuperarse a través de los servicios sociales y de trabajo para sus padres. Un año después nos hacen la misma petición y Save the Children continuará trabajando para conseguirlo.

 

Fuimos una de las primeras agencias humanitarias en actuar en terreno cuando Haiyan tocó tierra, proporcionando ayuda de emergencia a pesar de que las carreteras, los aeropuertos y demás infraestructuras estaban dañadas. Hemos llegado ya a 800.000 niños y adultos en terreno proporcionando comida, agua potable, medicinas, servicios de educación y de salud, reparando aulas, instalaciones médicas y sistemas de agua, y proporcionando refugio y materiales básicos para las familias.

Más que alegrarnos por el trabajo bien hecho, es hora de que todos los actores nos volvamos a comprometer con una recuperación completa e igual para todos. Es importante que promovamos políticas públicas para proteger no solo a los niños afectados sino a todos los niños filipinos. Ellos nos han dicho cuáles son sus prioridades, ahora nos toca a nosotros hacerlas realidad.

Los niños afectados por el tifón nos han contado que, a pesar de estar relativamente contentos con la ayuda recibida en la primera fase, aún queda mucho por hacer y será imposible que se recuperen por completo sin comida ni trabajo para sus padres.

 

Trabajaremos durante los dos próximos años para ayudar a las comunidades a crear medios de vida sostenibles y a prepararse y adaptarse de cara a futuros desastres. Para evitar que el tifón deje una estela de pobreza, Save the Children pide colaboración al gobierno filipino, a los donantes internacionales y a la sociedad en general.