
la peor crisis
de hambre en décadas
Un millón de niños y niñas pierden la vida cada año por culpa del hambre. Y el hambre es la consecuencia directa de los conflictos, las crisis económicas y el cambio climático. Es el efecto catastrófico de unas acciones en las que la infancia no participa y, sin embargo, es su mayor víctima.
El hambre no solo pone en peligro las vidas de los niños y niñas, también las anula por completo. Sin los nutrientes necesarios un niño no puede estudiar, jugar o dormir. En vez de explorar con sus amigos o aprender en el colegio, muchos niños y niñas solo piensan en cuándo será su próxima comida o si su hermano pequeño sobrevivirá a la desnutrición que sufre.
Nos enfrentamos a la peor crisis de hambre en décadas, pero sabemos que actuando a tiempo podemos salvar muchas vidas.
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