
frena la desnutrición
en afganistán
Bombas, las semillas del hambre
Sólo en 2023 el mundo ha sido testigo directo de la devastación en Ucrania, Gaza o Sudán, pero sin que conflictos como el que asolan Yemen, Siria o Somalia hayan llegado a su fin. Por ello, y aunque la crisis alimentaria mundial ha sido causada por múltiples crisis superpuestas, los conflictos y la inseguridad siguen siendo el principal motor. En 2021, más del 70% de las personas que padecían hambre crítica vivían en países afectados por conflictos.
Afganistán es uno de esos lugares donde más claramente se aprecia los impactos que se retroalimentan. Llevamos trabajando en ese país desde 1976, pero la magnitud y gravedad de la crisis actual no se parece a nada que hayamos visto antes.
Décadas de conflicto, pobreza, sequía prolongada y falta de servicios sociales, así como la interrupción de la mayor parte de la ayuda exterior tras la recuperación del poder por los talibanes en agosto de 2021 han empujado a la población hacia una catástrofe humanitaria sin precedentes. Este cúmulo de circunstancias está situando al límite de la supervivencia a una población que no puede más.

Dos gemelas al borde de la muerte
Sajida es una mujer afgana que tiene cuatro hijas y tres hijos. Su marido, Ali, trabaja como mecánico, pero casi no tiene clientes. La vida es una pesadilla cuando no sabes si podrás alimentar a tus pequeños. Lo único que se pueden permitir comer es arroz hervido.
Nos ha contado que hijos e hijas siempre están enfermos, y que Nahida y Nadira, sus gemelas, están muy delgadas y siempre lloran. A ambas les han diagnosticado desnutrición aguda grave. Sajida a menudo no puede dormir por la noche porque le preocupa cómo podrá mantener a su familia.
Las gemelas Nahida y Nadira han salvado sus vidas. Además de la desnutrición, tenían neumonía y fiebre. En la remota aldea del norte de Afganistán en la que viven no hay hospital, así que nuestra clínica móvil ha sido su gran esperanza.
“El médico de Save the Children nos ha dado alimento terapéutico. No soy la única familia con niños delgados. Todos nuestros vecinos llevan a sus hijos a esa clínica y les dan medicinas y alimentos”.


Un Fondo de Emergencias que salva vidas.
Calculamos que casi 30 millones de personas necesitan ayuda humanitaria este año, seis millones más que en 2022. En ese año, conseguimos ayudar a más de 35 millones de niños y niñas mediante intervenciones relacionadas con el hambre.
Gracias a las numerosas donaciones que conseguimos movilizar conseguimos salvar un número incalculable de vidas. Sin embargo, nuestro trabajo hoy ha de ser aún mayor ante la magnitud de la emergencia.
Por ello, te pedimos que dones a nuestro Fondo de Emergencias. Gracias a ello, podremos salvar las vidas de niñas como Nahida y Nadira y contaremos con los recursos suficientes para destinarlos de la forma más rápida posible a atender a la infancia más vulnerable frente al hambre.
Con cada 60€ que dones podemos ofrecer alimento terapéutico a 10 niños o niñas como Nahida y Nadira durante una semana