Escuela en campo de refugiados de Siria

años de derechos violados:
la dramática situación por
la guerra en siria Y Yemen

  

Los niños y las niñas en zonas de guerra están sufriendo situaciones que no deberían vivir jamás. En el mes de marzo se cumplieron dos tristes aniversarios: 11 años de guerra en Siria y 7 en Yemen. Muchos menores no conocen otra cosa que los bombardeos, la necesidad de huir y la imposibilidad de llevar una vida normal. Sus hogares, escuelas y lugares de juego se han convertido en campos de batalla desde hace años.

La infancia de toda Siria sigue en condiciones catastróficas, viviendo en campamentos insalubres e inseguros, expuestos a bombardeos y ataques aéreos. Además, padece hambre, enfermedades y desnutrición. 

Y en Yemen hasta el 60% de los niños y las niñas conocen a alguien que ha resultado herido durante el conflicto que vive el país y una cuarta parte tiene un familiar herido.

La situación dramática de Siria

El conflicto en el norte de Siria todavía está causando víctimas civiles y obligando a las familias a abandonar sus hogares. En 2021, documentamos 15 ataques contra escuelas en el noroeste del país. En octubre, tres niños y un maestro fueron asesinados en un ataque cuando se dirigían a la escuela. 

En todo el país, 6,5 millones de niños y niñas necesitan asistencia humanitaria, 2,5 millones de niños no asisten a la escuela y cerca de 800.000 menores están desnutridos. 

El país también se encuentra en medio de una crisis económica, con la pandemia de la Covid-19, la devaluación de la moneda y la escasez de productos básicos que incrementan las dificultades financieras de las familias, sobre todo en el norte de Siria.  

Alrededor de 12 millones de personas, el 55% de la población, sufre inseguridad alimentaria. Las familias están reduciendo significativamente la cantidad de alimentos que comen y la mayoría depende por completo de la asistencia humanitaria. 

Algunas familias han recurrido a mecanismos de supervivencia perjudiciales para la infancia, como el trabajo infantil, que, según la ONU, prevalece en el 22% de las comunidades de Siria.

La importancia de no olvidar a la infancia siria

A pesar de que la guerra en Ucrania esté provocando, según ACNUR, el mayor número de personas refugiadas y de más rápido crecimiento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, desde Save the Children hacemos un llamamiento para que las personas que han huido de Siria no sean olvidadas, así como pedimos a los Estados que protejan y defiendan los derechos de todas las personas refugiadas.  

En el noreste de Siria, las comunidades están lidiando con una creciente crisis de agua debido a la sequía, los bajos niveles de agua en los ríos y la falta de acceso a la infraestructura dañada de las estaciones de agua. 

Debido a la falta de agua corriente limpia, muchas madres se quedan sin alimentos para priorizar el gasto en agua potable. En un estudio reciente que realizamos en cinco comunidades en el noreste de Siria, casi un tercio (30%) de las mujeres que amamantan dijeron que no podían producir suficiente leche materna para sus bebés y, cuando podían, a menudo era de mala calidad. El mismo estudio recoge que el 7% de los niños y las niñas entre 6 y 59 meses tenían desnutrición aguda severa y el 13% desnutrición aguda moderada. 

Pedimos a todas las partes en el conflicto pongan fin a la violencia para garantizar un entorno seguro para la infancia. Además, la comunidad internacional necesita aumentar la financiación y la entrega de suministros y servicios que salvan vidas y que son esenciales para que todos los niños y niñas sobrevivan, estén protegidos contra daños y prosperen. Las personas refugiadas que han huido de Siria deben ser protegidas.   

Yemen: no hay lugar seguro

Según los datos de nuestro último informe, No Place is Safe (No hay lugar seguro), lanzado en el contexto de los siete años de guerra en el país, casi el 80 % de los niños y las niñas están constantemente preocupados por su seguridad y la de sus familiares y amistades, y la mayoría asegura que le tomaba mucho tiempo procesar cualquier tipo de conmoción o estrés. Más del 70% de los niños y las niñas narran que su escuela ha sido atacada al menos una vez, y casi la mitad informó de que su centro de salud local había sido atacado en al menos una ocasión en los últimos siete años.

Este informe, para el que se realizaron una encuesta a 400 niños y niñas de ocho de los 21 gobiernos de Yemen, es un claro recordatorio de que la infancia y sus familias están pagando el precio más alto por esta guerra brutal.

En un lugar donde los patios de las escuelas están en la línea de fuego de los francotiradores y los patios de recreo se convierten en cementerios, los niños y las niñas se están retirando lentamente del espacio público y no pueden jugar al aire libre ni relacionarse con sus compañeros y compañeras. Esta situación está socavando su capacidad para desarrollar su personalidad y los está privando del mecanismo principal para hacer frente al estrés.

Los testimonio de Isaac y Saeed

Isaac es un niño de 14 años del suroeste de Yemen al que un francotirador disparó mientras jugaba al fútbol en la escuela. “Supuse que el francotirador me perdonaría cuando vio que simplemente estaba recogiendo el balón. No suele dispararnos, pero esta vez lo hizo. Me disparó en la pierna”, cuenta. “Incidentes como este hacen que mis amigos y yo nos sintamos inseguros en la escuela. No son solo los francotiradores, sino también los ataques aéreos y los bombardeos. La escuela definitivamente ya no es segura”, añade.

En este vídeo a continuación, Saeed cuenta su historia. Él solo cuida a sus 10 nietos porque todos sus hijos murieron en un ataque aéreo:

Según Rama Hansraj, directora de Save the Children en Yemen, “durante los últimos siete años, hemos visto cómo un conflicto implacable está ocasionando en los niños y las niñas unas consecuencias que se extienden más allá del hambre y la enfermedad”. 

Desde Save the Children tenemos constancia de cientos de casos en los que la infancia ha sufrido directamente los efectos de la guerra: niños y niñas han sido atacados mientras jugaban al fútbol, estando sentados en sus pupitres escolares, en sus camas en los hospitales, en sus casas y en el mercado… Están siendo asesinados por miles, mutilados, desplazados y traumatizados y la mayoría de ellos ahora vive con miedo y ansiedad constantes.

NUESTRO TRABAJO EN SIRIA Y Yemen

Hemos estado trabajando en Siria desde 2012, llegando a más de cinco millones de personas beneficiarias, incluidos más de tres millones de niños y niñas en todo el país. Gracias a tu ayuda, nuestra respuesta combina intervenciones de emergencia con actividades de recuperación temprana que apoyan la restauración de los servicios básicos, incluida la protección infantil, la educación, la respuesta a emergencias, la seguridad alimentaria, los medios de vida y el saneamiento del agua y la higiene, entre otros.  

Llevamos trabajando en Yemen desde 1963, implementando programas en educación, protección infantil, salud y nutrición, agua y saneamiento y respuesta a emergencias en la mayor parte del país. Con el apoyo de personas como tu, nos aseguramos de que la infancia tenga suficiente comida, distribuyendo alimentos a los niños, las niñas y a las mujeres embarazadas y lactantes. Además, hemos establecido ‘Espacios Seguros para la Infancia’ donde los niños y las niñas pueden jugar e interactuar y desarrollar sus habilidades cognitivas. Hemos habilitado espacios de aprendizaje temporales donde las escuelas han sido destruidas para que los niños y las niñas no tengan que abandonar sus estudios. 

Muchas gracias por permitirnos llegar e millones de niños y niñas en Siria y Yemen.