Madrid, 6 de octubre de 2016. La ciudad iraquí de Mosul está a punto de vivir un inminente ataque que pondrá en peligro a más de medio de millón de niños. Por ello, Save the Children pide que se establezcan rutas seguras y otras medidas de protección civil.
Tras dos años de ocupación, las fuerzas iraquíes y de la coalición intentarán retomar la ciudad en una última ofensiva programada para finales de octubre. Ante esta situación, familias enteras quedarían atrapadas en el fuego cruzado. Sin vías de escape seguras, los que intenten huir podrían enfrentarse a francotiradores, minas terrestres y a ser capturados o ejecutados por los combatientes del ISIS.
Se calcula que en la capital de facto del ISIS en Irak hay actualmente entre 1,2 y 1,5 millones de personas y, de ellos, al menos la mitad de la población son menores.
Una madre que recientemente huyó de la ciudad ha contado a Save the Children cómo ella y sus tres hijos, entre ellos un bebé de cuatro meses, esquivaron las balas cuando atravesaron la línea de combate. Otros dos jóvenes que son hermanos también relataron cómo huyeron corriendo descalzos hacia las afueras de la ciudad, dejando a su madre en avanzado estado de gestación atrás.
Maurizio Crivallero, director de Save the Children en Irak, denuncia la grave situación en la que se encuentra la población: “Para las familias es imposible tomar una decisión. Si se quedan, sus hijos pueden quedar atrapados en medio del conflicto y llegar a quedarse sin comida y medicinas. Y si deciden huir tendrán que enfrentarse a los disparos de los francotiradores y a las minas terrestres”.
“Si solo contásemos el número de niños que están en grave peligro en este momento, estos llenarían una ciudad del tamaño de Manchester. Todas las partes deben asegurarse de que se establezcan rutas seguras para que puedan escapar del combate. Ahora la prioridad es asegurar que las familias estén a salvo mientras huyen y que estén adecuadamente protegidos si logran salir con vida”, continúa Crivallero.
La ONU y las agencias de ayuda humanitaria se están preparando para un éxodo repentino de la ciudad de hasta un millón de personas, una de las respuestas humanitarias más difíciles en los últimos años. Sin embargo, la ayuda humanitaria es insuficiente, del llamamiento de ayuda que ha hecho Naciones Unidas, solo se ha cubierto el 48%.
Las unidades de respuesta rápida de Save the Children están en estado de alerta en Irak y la región iraquí del Kurdistán, y están listos para distribuir agua potable, asistencia alimentaria de emergencia, artículos de primera necesidad y ayuda de especialistas en protección de infancia. La organización proporcionará atención psicológica inmediata a los niños e identificará a aquellos que han sido separados de sus familias o han huido solos.
Durante las próximas semanas, Save the Children proporcionará apoyo educativo y asistencia psicológica, así como ayudará a reunificar a los niños con sus familias. Durante seis meses está previsto que puedan llegar a atender a unas 200.000 personas. Save the Children hace un llamamiento urgente para conseguir más fondos para proporcionar ayuda esencial y garantizar que la primera ola de respuesta se centre en la infancia.
“Mosul es una ciudad llena de niños y la comunidad internacional debe hacer mucho más para asegurarse de que están seguros. Si ignoramos esta tragedia, cientos de miles de niños pagarán por ello”, concluye Crivallero.
Sobre Save the Children
Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja en más de 120 países salvando vidas, proporcionando seguridad y protección a los niños y las niñas y defendiendo sus derechos en el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas.
En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.