Madrid, 7 de septiembre de 2017. Estos días los niños vuelven a las aulas tras las vacaciones de verano, pero no todos lo hacen en las mismas condiciones. La situación socioeconómica del niño determina cada vez más sus oportunidades educativas y su éxito escolar y el sistema educativo actual no tiene herramientas para borrar estas desigualdades, sino que, al contrario, las acentúa. Según la OCDE, el impacto que el nivel socioeconómico tiene sobre los resultados educativos ha aumentado en España un 24% de 2003 a 2012.
Las políticas de austeridad presupuestaria de los últimos años han tenido mucho más impacto en nuestro sistema educativo que en el de otros países y han afectado en particular a las familias en peor situación socioeconómica. En 2015, último año del que se tienen cifras, la inversión pública de España en Educación supuso el 3’66% del PIB, un porcentaje inferior a lo que se destinó en 2010 -un 4,1%-. Si la inversión pública disminuye, el gasto de los hogares aumenta, de forma que la calidad de la educación de los niños pasa a depender, aún más, de la renta familiar. El gasto escolar medio previsto por hijo para este curso oscila entre los 840 euros si el centro educativo es público y los 1.856 euros si el centro es concertado, según la última encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Por ello, el origen socioeconómico es cada vez más determinante en el éxito escolar. Las familias con rentas más altas pueden dedicar más recursos a la educación de sus hijos, mientras que los niños de los hogares más pobres están más expuestos al abandono escolar. Según datos del informe de Save the Children “Necesita mejorar. Por un sistema educativo que no deje a nadie atrás”, el 43% de los niños más pobres abandona prematuramente sus estudios.
Para las familias monoparentales en riesgo de pobreza, más de 800.000 en España y la mayoría encabezadas por madres solas, el inicio del curso escolar se hace aún más complicado debido a las dificultades que tienen para cubrir los gastos del hogar. Casos como el de Marta, que tiene cinco hijos y está desempleada, muestran las dificultades que viven para cubrir los gastos escolares: “Comprar los libros para todos, las mochilas, te dejan a cero”, explica. “Mi hija mayor me ha dicho que va a dejar sus estudios para poder ponerse a trabajar lo antes posible y ayudarme en casa”.
Para lograr un sistema educativo de calidad y equitativo, Save the Children pide, entre otras medidas:
- Aumentar progresivamente el gasto público en educación hasta situarlo en la media de la OCDE – un 4,8% del PIB - y protegerlo, por ley, de futuras constricciones de gasto.
- Reformar la política de becas, haciendo que en la mismas primen los criterios de equidad y asegurando que los niños de familias que se encuentran en situación de pobreza tienen cubiertos los costes de transporte, comedor, material escolar o extraescolar, cuando éstos no están pagados por fondos públicos.
- Creación de un plan de acceso a la educación infantil pública, aumentando las tasas de escolarización de 0 a 3 años en todas las comunidades autónomas.
Sobre Save the Children
Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja en más de 120 países salvando vidas, proporcionando seguridad y protección a los niños y las niñas y defendiendo sus derechos en el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas.
En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.