Ramala, 7 de enero de 2024 – Más de 10 niños y niñas al día, de media, han perdido una o ambas piernas en Gaza desde que estalló el conflicto hace ahora tres meses, según Save the Children.
Desde el 7 de octubre, a más de 1.000 niños y niñas les han amputado una o ambas piernas, según Unicef. Muchas de estas operaciones en niños y niñas se realizaron sin anestesia, con el sistema de salud en Gaza paralizado por el conflicto y ante una gran escasez de personal sanitario y de suministros como anestesia y antibióticos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Si bien 13 de los 36 hospitales de la Franja de Gaza siguen funcionando, lo hacen de forma parcial y fluctuante, dependiendo de su acceso a combustible y suministros médicos básicos. Los nueve hospitales parcialmente funcionales del sur están al triple de su capacidad, mientras enfrentan una escasez crítica de suministros básicos y combustible. Además, según la OMS, sólo el 30% de los médicos de Gaza que había antes del conflicto siguen trabajando.
El director de Save the Children para el Territorio Palestino Ocupado, Jason Lee, cuenta que ha visto personal médico completamente sobrepasados cuando los niños o niñas llegan con heridas de explosión: "El impacto de ver a niños con tanto dolor y no tener el equipo, los medicamentos para tratarlos o aliviar el dolor es demasiado incluso para los profesionales experimentados. Aunque se trate de una zona de guerra, las imágenes y los sonidos de un niño pequeño mutilado por las bombas no pueden conciliarse y mucho menos entenderse dentro de los límites de la humanidad".
Los niños y niñas pequeños atrapados en explosiones son particularmente vulnerables a sufrir lesiones graves que les cambiarán la vida. Tienen cuellos y torsos más débiles, por lo que se necesita menos fuerza para provocar una lesión cerebral. Sus cráneos aún no están completamente formados y sus músculos no desarrollados ofrecen menos protección, lo que hace más probable que una explosión destroce órganos en su abdomen, incluso cuando no hay daños visibles.
“El sufrimiento de los niños y las niñas en este conflicto es inimaginable y más aún porque es innecesario y completamente evitable. Este sufrimiento, el asesinato y la mutilación de niños y niñas son graves violaciones hacia la infancia, y los perpetradores deben rendir cuentas", asegura Lee. "A menos que la comunidad internacional adopte medidas para cumplir con sus responsabilidades en virtud del derecho internacional humanitario y prevenir los crímenes más graves de importancia internacional, la historia nos juzgará a todos y debería juzgarnos a todos. Debemos prestar atención a las lecciones del pasado y debemos evitar que se produzcan crímenes atroces”, añade.
Save the Children considera que sólo un alto el fuego definitivo pondrá fin a las matanzas y mutilaciones de civiles y permitirá la llegada de la ayuda humanitaria que se necesita desesperadamente –incluidos medicamentos esenciales para los niños y las niñas heridos– en la escala y en los lugares necesarios.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, unos 22.000 palestinos y palestinas han muerto y otros 57.000 han resultado heridos en los tres meses transcurridos desde el 7 de octubre, con niños y niñas mutilados y asesinados a un ritmo devastador y familias enteras muertas a diario.
Save the Children ha estado brindando servicios esenciales y apoyo a los niños y niñas palestinos desde 1953. El equipo de Save the Children en el Territorio Palestino Ocupado ha estado trabajando las 24 horas del día durante los tres últimos meses, distribuyendo suministros vitales para ayudar a las personas necesitadas y trabajando para encontrar maneras de hacer llegar la asistencia a Gaza.