La gran cantidad de víctimas ha colapsado los sistemas de salud. Los ataques a hospitales han reducido drásticamente la capacidad de atención, sobrecargando a los centros hospitalarios operativos. Hay una gran necesidad de aumentar la capacidad de camas, el personal sanitario y, especialmente, los suministros y equipos médicos.

Con el sistema sanitario de Gaza diezmado y las restricciones impuestas a la labor humanitaria, las mujeres se enfrentan a importantes riesgos durante todo el embarazo y el parto, y tienen dificultades para amamantar a sus recién nacidos debido a las deficiencias nutricionales, la falta de intimidad, los frecuentes desplazamientos, el estrés y los traumas.

El aumento de las tasas de desnutrición empeora el estado de salud general de la población, con especial riesgo para los niños y niñas, las mujeres embarazadas, las personas con enfermedades crónicas y los ancianos.

En nuestro mandato de proporcionar ayuda inmediata para salvar vidas, recientemente hemos logrado construir un nuevo centro de salud de atención primaria en Deir Al Balah (Gaza).