Los niños y las niñas relatan la desgarradora violencia de los últimos desplazamientos masivos de Darfur del Norte, en Sudán

- Casi 500.000 personas, entre ellas 260.000 niños y niñas, fueron desplazadas del campo de Zamzam entre abril y mayo de 2025

- Save the Children habla con más de 450 de niños y niñas desplazados de Zamzam, que ahora viven en Tawila, para su informe “Infancia atrapada en el conflicto”

Informe: Infancia atrapada en el conflicto: escuchando las voces de los desplazados del campo de Zamzam, Darfur del Norte (junio 2025)

Tawila, Sudán, 10 de julio de 2025 - Cientos de niños y niñas han relatado desgarradoras historias de terror y pérdida después de que sus hogares en la región sudanesa de Darfur del Norte fueran atacados, y muchos han contado a Save the Children cómo perdieron el contacto con amigos y seres queridos. 

Los enfrentamientos se han intensificado en los últimos 12 meses y se recrudecieron en abril de este año, cuando el campamento de Zamzam, que albergaba a personas obligadas a abandonar sus hogares, fue atacado con saña. 

Casi 500.000 personas -entre ellas 260.000 niños y niñas- fueron desplazadas del campo de Zamzam entre abril y mayo, lo que equivale al 99% de la población del campo. Alrededor del 75% de las personas desplazadas fueron a parar al campo de Tawila, situado a unos 60 km al sureste de Zamzam. 

Save the Children y sus organizaciones socias hablaron con más de 450 de estos niños y niñas desplazados en Tawila para su informe “Infancia atrapada en el conflicto”, y describieron viajes traumáticos y expresaron miedo, dolor y una profunda sensación de incertidumbre sobre su futuro.

Testimonios del horror

Muchos fueron testigos de asesinatos y cadáveres en las calles, y algunos declararon haber presenciado cómo detenían o mataban a jóvenes, y más de la mitad de las niñas entrevistadas (53%) denunciaron incidentes de violencia sexual durante su viaje de Zamzam a Tawila.

Tres niños contaron que sus madres murieron durante el viaje a Tawila, mientras que otros cuatro dijeron que perdieron a un hermano, y cinco informaron de la muerte de sus padres. 

Algunos contaron que ayudaron a sus familiares ancianos a recorrer largas distancias en burro, y otros dijeron que se vieron obligados a dejar atrás a familiares exhaustos bajo amenaza de violencia.

Salma, de 12 años, originaria de El Fasher, fue desplazada dos veces, primero a Zamzam y luego a Tawila. Describió haber sido testigo de violaciones, asesinatos y saqueos a lo largo del camino. Su abuelo murió durante el viaje por agotamiento y falta de cuidados. Al llegar a Tawila, su familia no tenía comida ni refugio y dormía a la intemperie.

Talha, de 12 años, estaba recogiendo agua para su familia cuando el campamento de Zamzam fue atacado. Fue testigo de tiroteos y del pánico generalizado. Corrió a casa para buscar a su familia, pero descubrió que la casa estaba vacía. Buscó en las escuelas donde se escondía la gente, pero no pudo encontrarlos. Creyendo que su familia había huido a Tawila, Talha siguió a pie a la multitud. Cuando llegó, se quedó con una familia de acogida durante siete días antes de que ellos también se marcharan, dejándolo solo.

Talha dijo al equipo de realizaba la encuesta que su único deseo es regresar a El Fasher y reunirse con su familia, aunque no sabe si siguen vivos.

Aunque algunos niños y niñas dijeron sentirse relativamente seguros en Tawila, muchos -especialmente las niñas- expresaron su profundo dolor por la pérdida de familiares y el temor a la violencia continua. También citaron las malas condiciones de vida, como dormir en el suelo, el calor extremo, la escasez de alimentos y la presencia de personas armadas, como fuentes de angustia.

Ellas, las más afectadas

Las niñas informaron de altos niveles de miedo y vulnerabilidad, especialmente cuando utilizaban los retretes o recorrían largas distancias en busca de agua. Muchas contaron que sus amigas habían sido violadas durante el desplazamiento o en los campos. Tanto los chicos como las chicas reconocieron un aumento de la violencia sexual, siendo las niñas de entre 12 y 18 años las más afectadas. Los chicos también eran conscientes de los abusos sufridos por sus hermanas y compañeros.

Francesco Lanino, director adjunto de Programas y Operaciones de Save the Children en Sudán, declaró: "Los niños del norte de Darfur han estado en el infierno y han vuelto. Están profundamente afligidos, mientras contemplan un futuro incierto. Muchos perdieron a miembros de su familia antes y durante el desplazamiento, y no tienen herramientas adecuadas para procesar sus experiencias. Algunos han descrito a nuestro personal experiencias desgarradoras al separarse de familiares mayores en la ruta, a muchos de los cuales no han vuelto a ver desde entonces. Desde que comenzó el conflicto, la vida de los niños y niñas ha cambiado radicalmente. Ahora se despiertan con el sonido de los disparos y los bombardeos. Las familias cavan trincheras para protegerse, las escuelas están cerradas y el acceso a la atención sanitaria es limitado. Muchos niños y niñas informaron de que sus compañeros se han unido a grupos armados o se han visto obligados a contraer matrimonio a una edad temprana debido a las dificultades económicas. 

Lanino añade: "Los derechos de la infancia han sido completamente ignorados en Sudán. Se les separa de sus familias, ven cómo matan o mutilan a sus seres queridos y ya han perdido años de educación fundamental, con terribles consecuencias para su bienestar a largo plazo. Estamos increíblemente preocupados por el futuro de estos niños y niñas -y por el futuro de Sudán- si este conflicto no termina ahora".

Save the Children insta a la comunidad internacional a redoblar sus esfuerzos para exigir un alto el fuego en Sudán, que permita el acceso seguro y sin trabas de la ayuda humanitaria y un drástico aumento de la misma.

Save the Children en Sudán

Save the Children trabaja en Sudán desde 1983 y en la actualidad ayuda a los niños y niñas y a sus familias en todo el país proporcionándoles asistencia sanitaria, nutricional, educativa, protección infantil, seguridad alimentaria y apoyo a sus medios de subsistencia. Save the Children también apoya a los refugiados de Sudán en Egipto y Sudán del Sur.

Desde abril de 2025, Save the Children ha estado liderando una importante respuesta humanitaria en el norte de Darfur, abordando las necesidades urgentes de las poblaciones desplazadas tras el desplazamiento masivo del campo de Zamzam y El Fasher.

Con cientos de miles de desplazados internos en toda la región, Save the Children ha ampliado sus operaciones en El Fasher, Tawila y Darfur Central, prestando servicios que salvan vidas en materia de salud, nutrición, agua y saneamiento, protección y refugio.