
¿CÓMO EXPLICAR A LOS NIÑOS Y NIÑAS
Lo QUE SUCEDE EN GAZA?
Cuando éramos pequeñas veíamos y escuchábamos el telediario que ponían nuestros padres y madres en la televisión. No reparaban en si podíamos ver ciertos contenidos violentos como la guerra de los Balcanes o la de Irak. Las imágenes y las historias de estos conflictos eran totalmente crueles, duras y sangrientas.
Hoy en día, las madres y padres suelen estar más concienciados con las posibles consecuencias de que los niños y niñas vean este tipo de imágenes y escuchen historias de violencia. Pero, ¿es conveniente esta protección? ¿debemos contarles lo que está sucediendo en Gaza? ¿cómo lo hacemos?
Nuestra compañera Irene Muñoz de la Nava, responsable de los programas de violencia, nos responde a estas preguntas.
¿Se tiene que explicar a los niños y niñas lo que pasa en Gaza?
Los niños y niñas que preguntan sobre lo que está pasando en Gaza siempre se les debe responder teniendo en cuenta sus necesidades (si es un niño sensible, si suele tener pesadillas, está pasado por un proceso de divorcio de sus padres y madres, etc.) y su edad. A un niño de 4 años no le vas a contar lo mismo que a uno de 11 años.
Es importante que no les engañemos ni les infantilicemos. El contenido que les transmitamos debe estar adaptado a su situación.
¿Qué palabras o cómo tenemos que contarlo?
Los niños y niñas deben entender lo que sucede, pero sin generales miedos o angustias. Algunas vídeos o noticias en las que destacan “tantos niños y niñas han muerto”, “ha habido muchas mutilaciones” o “su única esperanza es que terminen pronto las bombas” pueden ser crueles y demasiado violentas para algunos niños y niñas. Además, un niño de 7 u 8 años no necesita imágenes sino explicaciones claras y sencillas sobre lo que pasa. Una solución sería decir que las clases están cerradas, que los niños tienen los brazos rotos, que los hospitales no funcionan como nosotros lo conocemos, etc. Seamos conscientes de que a determinadas edades no conviene y no es necesario ese contenido.
La infancia en edades tempranas llega a interiorizar miedos que se externalizan en pesadillas, en el no querer ir a clase o salir a la calle. Nuestro trabajo como padres y madres es mostrarles que no es su culpa, sino qué podemos hacer para apoyar a los niños y niñas gazatíes.
¿Es importante que sepan lo que sucede en Gaza? O ¿es mejor una sobreprotección?
Para los niños y niñas más mayores es importante contarles lo que está ocurriendo. Explicarles que en otra ciudad hay niños y niñas que sufren hambre, que están en conflicto, que no van a la escuela, que no tienen acceso a los mismos servicios médicos… De esta forma, ellos y ellas conseguirán desarrollar su empatía, su visión crítica y formar parte de la sociedad civil.
La sobreprotección tampoco es la solución. Los más pequeños no viven en una burbuja: lo van a hablar en el cole, en la tele… pero, como hemos dicho, es esencial respetar la edad evolutiva del niño y sus necesidades.
¿Qué hacer si nuestro hijo o hija nos hace preguntas muy duras como “por qué matan a los niños”?
Lo más importante es generar un espacio de escucha activa, saber qué han escuchado, visto y que les preocupa. Obviamente debemos adaptar nuestra respuesta a la edad de nuestros hijos e hijas, y aunque es muy importante no mentirles, también debemos darles seguridad y tranquilidad. Respuestas como “hay situaciones injustas, pero también hay mucha gente que está trabajando para proteger a los niños y niñas y que crezcan felices” puede minimizar su incertidumbre.
Si alguno de nuestros hijos e hijas encuentra fortuitamente vídeos o contenidos violentos, es importante establecer un diálogo para entender el impacto emocional que haya podido tener en ellos y ellas, dar contexto a eso que han visto y ofrecerles seguridad.
¿Es positivo compartir con ellos nuestras propias emociones o debemos mantenernos neutrales?
Nuestros hijos e hijas captan nuestras emociones, así que hablar de ellas con transparencia les puede ayudar a verbalizar como se sienten. Es importante, eso sí, no generar miedo e incertidumbre, y saber adaptar nuestro lenguaje a la edad de nuestros hijos e hijas. La comunicación sincera es siempre una oportunidad, poniendo las necesidades de nuestros hijos e hijas en el centro.
¿De qué forma puede ayudarnos la escuela a tratar estos temas?
La escuela es uno de los espacios de socialización más importantes. En ella nuestros hijos e hijas se relacionan con adultos, con iguales y aprenden mucho más que contenidos curriculares. La escuela debe ser un espacio de crecimiento, de reflexión y de trasmisión de valores.
Además, compartir con las familias cómo se están trabajando estas cuestiones en el aula, y dar claves para acompañar desde casa las inquietudes de los niños y niñas favorece una integralidad en la educación y el desarrollo de nuestros hijos e hijas.
