100 días de guerra en Ucrania: el doble de escuelas atacadas que durante los primeros 7 años de conflicto

 

Save the Children pide que los niños y las niñas refugiados procedentes de Ucrania estén plenamente escolarizados en España el próximo curso

Mariia

 

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Fotografías para medios (caso de Mariia)https://bit.ly/3taLQQY 

Kiev / Madrid, 2 de junio de 2022. Save the Children alerta de que más escuelas en Ucrania han sufrido daños y han sido destruidas en los últimos casi 100 días que en los primeros siete años tras el estallido de los combates en 2014.

Al menos 1.888 centros escolares han sido atacados desde que el conflicto se intensificó el 24 de febrero, según el Ministerio de Educación y Ciencia de Ucrania. Eso es más del doble de la cantidad de ataques de este tipo registrados en el este de Ucrania entre 2014 y 2021, cuando unos 750 colegios resultaron dañados, destruidos u obligados a cerrar.

Un total de 180 escuelas han sido totalmente destruidas, lo que equivale a una de cada 10 escuelas atacadas este año; y 1.708 han sufrido algún daño, encontrándose más de la mitad en el este de Ucrania.

La guerra ha interrumpido la educación de los 7,5 millones de niños y niñas que vivían en Ucrania a principios de este año.

“El hecho de que Ucrania se enfrente a ataques récord en las escuelas debería indignar a toda la comunidad internacional. El riesgo para las vidas y el futuro de los niños y las niñas aumenta con cada nuevo día de guerra”, asegura Andrés Conde, director general Save the Children en España. “Esta guerra debe terminar ya”.

El bombardeo implacable en Ucrania ha obligado a más de 6,8 millones de personas a huir del país en los últimos casi 100 días, alrededor de la mitad de ellos menores de 18 años, es decir, una media de 33.500 niños y niñas al día.

Sin embargo, muchos miles de niños y niñas ucranianos como Mariia, de 13 años, son desplazados internos y están utilizando las escuelas que siguen en pie como refugios ante la violencia. Mariia huyó de Donetsk con su madre, su hermano de seis años y su gato cuando se intensificaron los combates cerca de su ciudad natal. La familia viajó durante dos días en tren a Lviv y siguieron hasta encontrar una escuela donde pudieron refugiarse con seguridad.

“Cuando salimos de nuestra región de origen, me alegré de que no escucháramos [más] esas explosiones. Sin embargo, estaba triste porque nos íbamos de casa, de nuestro piso”, dijo Mariia. “Ahora vivimos en un ambiente diferente, hay mucha gente aquí. Todo ha cambiado”. Ella y su familia han estado viviendo en un aula y compartiendo baños con otras 60 personas en una escuela de Chernivtsí, al oeste de Ucrania, desde abril.

Si continúan los ataques a los centros educativos, los niños y las niñas como Mariia seguirán siendo las personas más afectados por la guerra. Un solo ataque no solo puede causar daños devastadores a la infancia, física y emocionalmente, sino también privar a cientos de estudiantes de la oportunidad de recibir una educación adecuada. En algunas ocasiones, se están destruyendo los únicos lugares de aprendizaje de una comunidad.

Aunque la educación es una prioridad para los niños, las niñas y sus familias, con demasiada frecuencia es el primer servicio que se suspende y uno de los últimos en reanudarse. Un informe de Save the Children publicado en 2019 para el cual se entrevistó a más de 1.200 niños y niñas en seis países afectados por conflictos armados determinó que casi uno de cada tres (29%) deseaba ir a la escuela por encima de todo.

Actualmente, todos los centros educativos en Ucrania están cerrados. Sin embargo, Save the Children ha ayudado a las autoridades ucranianas a mejorar el sistema de aprendizaje online del país para que niños y niñas como Lev, de 11 años, aún tengan acceso a educación a distancia.

“El hecho de que las escuelas en Ucrania hayan sido bombardeadas con el doble de frecuencia en los últimos 100 días que en los siete años de conflicto anteriores a esta escalada es muestra del nivel de violencia actual”, continua Conde. “Cada ataque a una escuela es un ataque hacia la infancia, al igual que todas las guerras son guerras hacia la infancia”.

LLAMAMIENTO A LAS PARTES

Los combates recientes han exacerbado una situación humanitaria ya grave, especialmente en las zonas orientales del país. Antes de la escalada de violencia, muchos niños y niñas en el este de Ucrania ya estaban demasiado asustados para asistir a clase y angustiados por la presencia de soldados armados en sus escuelas y sus alrededores.

Save the Children hace un llamamiento a todas las partes del conflicto para que cesen los ataques y las amenazas contra las escuelas y se abstengan de cualquier uso militar de las instalaciones educativas. La presencia de fuerzas militares u otros grupos armados en las escuelas daña las instalaciones, interrumpe la educación de los estudiantes y puede provocar ataques de las fuerzas opuestas. Las escuelas deben protegerse como espacios seguros que brindan refugio contra daños y la oportunidad de aprender y jugar.

En España, Save the Children ya ha recogido más de 130.000 firmas para pedir a las partes la resolución inmediata del conflicto e insta a seguir presionando aumentando esta cifra.  

LA TORMENTA PERFECTA

Según el análisis de Save the Children, el balance del impacto de la guerra de Ucrania va mucho más allá de sus fronteras. El conflicto en Ucrania ha provocado el mayor aumento de los precios de los alimentos jamás registrado, haciendo que estos queden fuera del alcance de los bolsillos de millones de personas en países en vías de desarrollo. 

“En el Cuerno de África o el Sahel, la sequía, unida a los conflictos que han obligado a muchas personas a abandonar sus hogares y a la crisis económica provocada por la Covid-19, ha diezmado la capacidad de las personas para hacer frente a las crisis, siendo la guerra de Ucrania el último elemento en llegar para formar una dramática tormenta perfecta”, alerta Conde. 

NECESIDADES EN ESPAÑA

Dado que es difícil predecir cuánto va a durar la guerra y no hay ninguna garantía de que esta inclusión sea temporal, Save the Children considera que todos los niños, niñas y adolescentes refugiados de Ucrania deben estar plenamente escolarizados con el resto del alumnado del sistema educativo español en el curso 2022-2023, a partir de septiembre. Las clases online habilitadas por el gobierno ucraniano y que están siguiendo los niños y niñas refugiados en varias comunidades autónomas no pueden asegurar las garantías de calidad, la interacción social con sus pares y otros beneficios de la escuela presencial, según la organización. 

La legislación española, europea e internacional sobre educación y refugiados establece la obligación de escolarizar en el sistema educativo del país que acoge, que en España es obligatoria hasta los 16 años.  

Asimismo, Save the Children considera que el verano es un momento crítico a aprovechar e insta al Ministerio de Educación y a las consejerías de educación de las comunidades autónomas a que organicen clases preparatorias durante el verano para los niños y las niñas refugiados procedentes de Ucrania, tanto de lengua española como de refuerzo de competencias y apoyo psico-social. Con ello se lograría que estuvieran mejor preparados para escolarizarse de forma ordinaria en septiembre. Para ello, la organización pide que se aprovechen los fondos europeos del mecanismo CARE (Cohesion's Action for Refugees in Europe CARE).

RESPUESTA DE SAVE THE CHILDREN

En Ucrania, Save the Children está entregando kits educativos para que los niños y las niñas sigan aprendiendo allá dónde se encuentren, así como está distribuyendo juguetes y herramientas educativas a los niños y las niñas que se refugian en estaciones de tren y metro para mantenerse a salvo del conflicto. La organización también está trabajando con el Ministerio de Educación y Ciencia de Ucrania, las autoridades locales y sus socios en terreno para establecer Centros de Aprendizaje Digital en refugios en todo el país. Estos lugares ofrecen espacios seguros para que los niños y las niñas accedan a dispositivos o usen los suyos propios para continuar aprendiendo.

Con la ayuda de socios locales, Save the Children está proporcionando refugio, alimentos, dinero en efectivo, combustible, apoyo psicológico, kits de higiene y material para bebés a las familias desplazadas. 

Save the Children ha estado operando en Ucrania desde 2007 y desde 2014 en la zona del Donbás, entregando ayuda humanitaria a los niños, las niñas y sus familias. Ahora apoya a los ucranianos y las ucranianas refugiadas en toda diversos lugares de Europa, así como ayuda a los niños y las niñas a acceder a los servicios que necesitan, incluida la educación a través de plataformas digitales.

Desde el 24 de febrero de 2022, el conjunto de los equipos de Save the Children que están en Ucrania han llegado a 106.631 personas, incluidos 33.200 niñas y 28.487 niños (61.687 en total).