Madrid, 7 de octubre de 2016. Hasta 130.000 niños en todo el país no pueden ir al colegio por culpa de los efectos del huracán Matthew, según advierte Save the Children. Varias escuelas han quedado dañadas y muchas de ellas están siendo utilizadas como refugios temporales.
Save the Children va a desplegar un equipo médico de emergencia compuesto por especialistas de todo el mundo. El equipo inicial cuenta con médicos y expertos sanitarios que llega hoy a Haití. Su primera respuesta se centrará en la prevención del cólera y en proporcionar servicios sanitarios básicos.
El personal de Save the Children en terreno informa sobre los devastadores efectos de unos de los peores huracanes que ha vivido el país en la última década. Los deslizamientos de tierras y las inundaciones han provocado grandes daños en casas y edificios. Las carreteras están bloqueadas y las plantaciones de cultivos están destrozadas. Se han establecido 1.300 refugios temporales en todo el país para las familias afectadas.
El equipo de respuesta de emergencia de Save the Children, en coordinación con el gobierno y con otras organizaciones humanitarias, trabajará en terreno para evaluar las necesidades inmediatas y ayudar a las familias.
La ONG va a instalar espacios seguros para los niños que no pueden ir al colegio, un lugar donde se pueden sentir seguros y protegidos. En estos espacios los menores reciben el apoyo de especialistas y pueden jugar con otros niños.
“Nuestra prioridad es asegurar que los miles de niños y familias afectados por el huracán reciban ayuda inmediata. Queremos conseguir que vuelvan al colegio lo antes posible”, explica Kevin Novotny, director de Save the Children en Haití.
El alcance de los daños aún no ha sido evaluado, pero se estima que hay cinco millones de personas afectadas y 300.000 necesitan asistencia humanitaria. Al menos 335 personas han perdido la vida.
La posibilidad de que se propague rápidamente un brote de cólera por la escasez de agua es otra de las grandes preocupaciones. Además, la destrucción de las plantaciones de cultivos y la pérdida de ganado agravarán la inseguridad alimentaria.
Gran parte de la población de Haití se encuentra en situación de extrema vulnerabilidad y se suman a las 50.000 personas que siguen desplazadas desde el terremoto de 2010. El Gobierno ha declarado la alerta roja y ha pedido oficialmente ayuda de Naciones Unidas.