Afganistán: dos bebés nacen cada minuto a medida que el sistema de salud se acerca al colapso en los primeros cien días del Gobierno de los talibanes

 

Las mujeres afganas no tienen otra opción que dar a luz en casa sin medicamentos ni analgésicos

Londres, 23 de noviembre de 2021. Desde que los talibanes tomaron el control de Afganistán hace cien días, han nacido dos bebés cada minuto, según Save the Children. En un nuevo análisis de la organización, utilizando datos de las perspectivas de población de la ONU, se revela que aproximadamente 333.200 bebés han nacido en Afganistán desde el 15 de agosto. En este tiempo, el sistema de salud del país se ha dirigido hacia el colapso, limitando a cientos de miles de bebés, madres y mujeres embarazadas el acceso a la atención médica.

Save the Children alerta de que se ha recortado la financiación internacional que sufragaba la mayoría de las instalaciones sanitarias públicas en Afganistán, hecho que ha provocado una escasez de trabajadores y trabajadoras del ámbito sanitario, una reducción de los servicios y una disminución del suministro de medicamentos.

Semanas después de que los talibanes obtuvieran el control del país, solo el 17% de las más de 2.300 clínicas de salud estaban en funcionamiento, dejando a mujeres como Samira, de 25 años, teniendo que dar a luz de forma insegura en su casa. La escalada de violencia obligó a Samira y su familia a huir de su hogar y quedarse temporalmente con familiares. Cuando Samira se puso de parto, vivía en una zona rural donde la clínica de salud más cercana estaba a más de cinco horas a pie. Todos los demás hospitales estaban cerrados.
 
“Terminé dando a luz en casa”, explica Samira. “Tuve un parto muy difícil. No tuve ninguna comadrona conmigo. Los hospitales estaban cerrados y cuando di a luz, el niño no lloró ni respiró durante casi 15 minutos. Le masajeamos mucho la espalda y tras 15 minutos comenzó a llorar".

Medina, médica del equipo de salud de Save the Children en Afganistán, explica que en los últimos cien días ha visto un aumento en la cantidad de mujeres que no quieren dar a luz debido a los riesgos asociados con los partos en el hogar.

“Las mujeres que dan a luz en casa pueden enfrentar muchos riesgos, como sangrado, asma y otros problemas. Vemos a muchas mujeres que ahora tienen miedo de dar a luz”, asegura Medina. “Es muy bueno que los equipos de salud móviles vuelvan a estar activos y puedan apoyar a las familias”, añade.

Medina explica también que, debido a la crisis económica del país, muchas familias no cuentan con los recursos para realizar partos a en el hogar de forma segura.

“Como trabajadora de salud, la forma en que traemos al mundo a bebé no es la misma que la que hacen las madres en casa. Por ejemplo, un recién nacido necesita ropa limpia, una habitación cálida, leche materna, pero en Afganistán no se tiene lo que se necesita para los recién nacidos”, continúa Medina. 
Incluso para las mujeres que viven cerca de un centro de salud en pleno funcionamiento, la escasez de personal, los suministros médicos limitados y los frecuentes cortes de energía hacen que los embarazos de alto riesgo y las cesáreas de emergencia sean especialmente peligrosos. 

“Mis colegas sanitarios en zonas rurales me han contado que hay mujeres que dan a luz en la oscuridad total. A veces no hay electricidad [en el centro de salud] y el generador no tiene combustible para funcionar, así que tienen que dar a luz en penumbra”, explica Zuleika, partera del equipo de salud de Save the Children en Afganistán.

A medida que se acerca el invierno, los trabajadores y las trabajadoras del ámbito sanitario se enfrentan a nuevos desafíos para mantener en un estado saludable tanto a las mujeres como a los recién nacidos. 

“Necesitamos radiadores para que la sala de partos esté a una adecuada temperatura. Si un bebé nace con bajo peso, tenemos que asegurarnos de que la habitación esté lo suficientemente cálida para no perderlos, y lo mismo se aplica a las madres. Si ella sufre hemorragias y la habitación está fría, enfrentaremos grandes complejidades para un correcto tratamiento”, añade Zuleika.

Los recién nacidos y las madres lactantes en Afganistán también enfrentan un mayor riesgo de sucumbir a la desnutrición este invierno mientras el país lucha contra una de las mayores crisis alimentarias del mundo.

Save the Children insta a los donantes internacionales que aumenten urgentemente la financiación humanitaria y se aseguren de que llega a los recién nacidos, los niños, las niñas y las madres más vulnerables de Afganistán.

Thomas Howells, director interino de Save the Children en Afganistán, asegura que “incluso antes de la agitación política, Afganistán era uno de los lugares más peligrosos para dar a luz o ser niño o niña, pero la situación ahora es inimaginable”.  

“Aunque el acceso a medicamentos y servicios que salvan vidas está disminuyendo en todo el país, la cantidad de bebés que nacen no lo está. Nuestros equipos de salud nos dicen que los bebés nacidos en los últimos cien días están muy débiles. Ningún niño, niña o madre debería morir por causas prevenibles. Es imperativo que tengan acceso a una atención médica de calidad en los hospitales locales y regionales”, defiende Howells.

Los equipos de salud de Save the Children brindan servicios de salud primaria, neonatal y materna, así como intervenciones de salud mental y nutrición a los niños, las niñas y las madres embarazadas y lactantes más vulnerables. La organización también brinda asesoramiento sobre las prácticas de alimentación recomendadas para proteger, promover y apoyar la lactancia materna, la alimentación complementaria y para proporcionar a la infancia dietas diversas y nutritivas.

 

SOBRE SAVE THE CHILDREN

 

Save the Children es la organización independiente líder en la promoción y defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Trabaja en más de 120 países atendiendo situaciones de emergencia y programas de desarrollo. Ayuda a los niños y niñas a lograr una infancia saludable y segura.

En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.