Londres, 24 de marzo de 2020. Ante la creciente pandemia del coronavirus, Save the Children pide unidad de acción a todos los países e instituciones internacionales para garantizar que millones de niños y niñas vulnerables no pierdan su educación mientras las escuelas tengan que permanecer cerradas.
Según la UNESCO, más de 120 países ya han decretado cierres de colegios, institutos y universidades en todo su territorio, algo que afecta a casi las tres cuartas partes de la población estudiantil del mundo, aproximadamente a 1.200 millones de estudiantes. Se espera que ese número aumente a medida que continúe la expansión del Covid-19.
Ante esta situación, Save the Children también hace un llamamiento a los gobiernos de todos los países para que garanticen no solo la atención sanitaria sino el derecho a la educación de los niños y las niñas, fomentando el aprendizaje a distancia de la forma más inclusiva posible para evitar que las situaciones de vulnerabilidad que sufre la infancia más pobre se incremente por el cierre de escuelas. Asimismo, la organización considera vital que los gobiernos apoyen a los profesores y las profesoras y les proporcionen –en la medida de lo posible– la capacitación necesaria para poder continuar la enseñanza a distancia.
Save the Children insiste en remarcar que el impacto del cierre de las escuelas tiene consecuencias más allá de la mera interrupción de la educación ya que también supone, entre otros aspectos, que los niños y las niñas más desfavorecidos dejen de recibir una alimentación saludable, la recibida a diario en el colegio.
Gabriella Waaijman, directora Humanitaria a nivel global de Save the Children, asegura que la humanidad se encuentra en una situación sin precedentes. “El número de niños y niñas que abandonan repentinamente la escuela o la universidad es equivalente a toda la población de la India. Cientos de millones de estudiantes no podrán volver a sus clases de manera ordinaria durante meses o incluso más tiempo”, explica.
“Sabemos por experiencia que cuanto más tiempo estén los niños y las niñas sin ir a clase más probable es que nunca regresen, especialmente las niñas y quienes proceden de los hogares con menos ingresos. Es por eso que los gobiernos deben implementar herramientas de aprendizaje a distancia fáciles de usar, asegurando que las tecnologías utilizadas no excluyan a los niños y las niñas pobres, en situación de vulnerabilidad, refugiados o con discapacidad. Necesitamos ser creativos. Por ejemplo, en comunidades con poco o ningún acceso a Internet, los programas de radio pueden permitir que los niños continúen aprendiendo”, añade Waaijman.
Save the Children pide un enfoque de infancia a la hora de afrontar la lucha global contra el coronavirus y que se prevean las consecuencias económicas en las familias. A medida que aumentan las dificultades sobre las familias de bajos ingresos aumentan las posibilidades de que los niños, niñas y adolescentes tenga la necesidad de trabajar para aumentar los ingresos familiares. Además, las niñas, especialmente, también pueden enfrentar una carga desproporcionada al tener que cuidar a los miembros de la familia que contraen el virus o bien a sus hermanos o hermanas pequeños. “Si las medidas económicas no tienen un enfoque de infancia y se se implementan con urgencia, algunos niños y niñas nunca volverán a la escuela”, concluye Waaijman.
Desde el inicio de la crisis en China a finales de 2019, Save the Children lleva monitoreando la situación para poder contribuir de la mejor manera en cada uno de los países donde tiene presencia. En la actualidad, la organización está volcada en combatir una emergencia global que está afectando especialmente a Europa, sobre todo a Italia y España. Por ello, la organización ha adaptado su intervención y puesto en marcha programas específicos para atender a la infancia más vulnerable, como el proyecto A tu lado, iniciado la pasada semana en España.
Sobre Save the Children
Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja desde hace más de 100 años para asegurar que todos los niños y niñas sobreviven, aprenden y están protegidos. Actualmente la organización opera en más de 120 países.
En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.