Día de la Madre: Criar a solas en Andalucía

•    En el Día de la Madre, Save the Children recuerda que las familias monomarentales son las que más dificultades afrontan a la hora de criar a sus hijos e hijas

Marcela es madre de un niño de 14 años. Sus ingresos, de unos 600€ al mes, no le permiten cubrir el coste total de la crianza de su hijo. © Pablo Martí – Diodo Media / Save the Children

© Pablo Martí – Diodo Media / Save the Children.

Sevilla, 5 de mayo de 2023 – Ser madre es, por lo general, una alegría, pero conlleva también esfuerzo y numerosos gastos, especialmente si lo eres sola. En el Día de la Madre, Save the Children quiere recordar que, en Andalucía y el resto de España, ser madre supone una dificultad adicional sin una pareja con la que compartir la maternidad y la crianza de los hijos e hijas.

En su informe El coste de la crianza, la organización ponía de manifiesto que criar a un hijo/a en 2022 en Andalucía era de 641€ al mes, algo inasumible para muchas familias monoparentales -la gran mayoría encabezadas por madres solas- que deben hacer malabares para poder sacar a sus hijos adelante. 
Este es el caso de Maricarmen, madre sevillana de mellizos de 14 años. Sus ingresos, de unos 800 euros al mes, no le permiten cubrir el coste total de la crianza de sus hijos, ya que no puede hacer frente a gastos necesarios como el dentista o actividades de ocio. “En la comida es donde se va más el dinero porque son…claro… son cuatro comidas al día y dos niños y… ahí es donde más se te va porque…Yo, por ejemplo, tengo la suerte de que ellos tienen primos mayores y van heredando ropa y calzado, entonces por ahí me salvo un poquito”, afirma esta madre que tiene que asumir ella sola los costes de la crianza de sus dos hijos.

Según los datos de la última Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicada recientemente, los hogares monomarentales son los más expuestos a la pobreza y exclusión social. Los niños y niñas andaluces que viven en ellos se enfrentan a una tasa de carencia material severa del 19,6% significativamente por encima de la media estatal del 15,9%. Esto es, carecen de los bienes y servicios básicos para mantener unas condiciones de vida dignas. Asimismo, mientras que la tasa de pobreza de los hogares con niños y niñas a cargo en Andalucía se sitúa en el 23,1%, en los hogares monomarentales alcanza el 43,3%. De ellos, el 21,8% se encuentran en situación de pobreza severa. 

Las mujeres se enfrentan a mayores niveles de precariedad y pobreza laboral, así como a mayores dificultades para conciliar crianza y empleo. Además, contar con una única fuente de ingresos incrementa enormemente el coste de la crianza en proporción a la renta del hogar. Así, la pérdida de poder adquisitivo causada por la inflación dificulta especialmente a estas familias el acceso a bienes y servicios básicos (alimentación, suministro energético, etc.) para garantizar unas condiciones de vida adecuadas en la infancia. 

El hogar en situación de pobreza tiene rostro de madre sola

El rostro de una familia que pasa dificultades para mantener su casa es el de una madre sin pareja con hijos a cargo. Si tenemos en cuenta las distintas tipologías de hogares que alquilan o poseen la vivienda en propiedad con hipoteca, las familias monomarentales son aquellas que sufren en mayor medida situaciones de sobrecarga de la vivienda. 

Así lo explicaba la ONG en su informe “Aquí no hay quien viva”, publicado hace pocas semanas y en el que analiza las dificultades de las familias para pagar la vivienda en nuestro país.

Pobreza energética y familias monomarentales

Save the Children denunciaba hace poco en su informe sobre pobreza energética en España que la falta de cobertura del bono social seguía siendo alarmante. 

En su análisis se evidencia que, a diferencia de los hogares constituidos sólo por personas adultas, las familias con hijos o hijas a cargo afrontan más situaciones de endeudamiento ya que priorizan su bienestar. Sin embargo, para el gasto desproporcionado en energía destacan los hogares monoparentales. Estas familias se encuentran en un grave riesgo de verse en una situación de pobreza energética. Cuando hay niños, niñas y adolescentes, el riesgo de impago –con la consecuente deuda– y el riesgo de interrupción de suministro son elevados. Además, al no ser un colectivo al que automáticamente se le concede el bono social, como sí sucede con las familias numerosas, muchas de ellas no pueden acceder a esta ayuda.

La Ley de Familias: una oportunidad para igualar las familias monomarentales con el resto

La inminente Ley de Familias, que se prevé sea aprobada antes de verano, introduce nuevos permisos por cuidados en un claro avance en materia de conciliación: un permiso de 5 días al año retribuidos para atender a un familiar hasta segundo grado; un permiso parental de 8 semanas, que podrán disfrutarse de manera continuada o discontinua, a tiempo parcial o completo, desde el nacimiento hasta que el hijo o hija cumpla 8 años; y un permiso por ausencia por fuerza mayor familiar de 4 días retribuidos al año. 

Estos permisos deben tener en cuenta las circunstancias especiales de las familias formadas por una madre sola y ajustarse en virtud de sus necesidades: si como Estado consideramos que un niño o una niña tiene derecho a ser cuidado 8 días en total al año por sus padres (4 uno, 4 otro), no podemos justificar que los hijos e hijas de madres solas tengan derecho a solo 4.

Estamos también ante una oportunidad para acabar con la desigualdad existente en los permisos de maternidad y paternidad: es esencial que las madres solas puedan disfrutar de ambos permisos, pudiendo disfrutar de un total de 26 semanas, pues es un derecho del niño o niña recién nacido el ser cuidado en sus primeros meses de vida por su persona de referencia.