Gaza: El 93% de los niños y niñas corren riesgo de hambruna

Save the Children alerta de que las familias están mezclando harina caducada con arena para comer. Una madre gazatí asegura que "hemos saboreado la muerte. Nuestros hijos solo esperan su turno para morir”.

Gaza, 12 de mayo de 2025. Más del 93% de los niños y niñas de Gaza (unos 930.000) corren un riesgo crítico de hambruna, según Save the Children, ya que nuevos datos de la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC, en sus siglas en inglés), la principal autoridad internacional para medir las crisis de hambre, revelan una creciente catástrofe alimentaria. 

La guerra en Gaza y el asedio total de las autoridades israelíes a la entrada de ayuda y bienes han obligado a las familias a tomar medidas inimaginables para sobrevivir, según Save the Children. Si no se toman medidas urgentes para poner fin al asedio y permitir la entrada de alimentos y medicinas a Gaza, casi un millón de niños y niñas corren el riesgo de morir de hambre. 

El personal de Save the Children ha recibido información en los últimos días de familias en el norte de la Franja de Gaza que han recurrido a medidas desesperadas, como consumir pienso, harina caducada y harina mezclada con arena, en su desesperación por sobrevivir. 

Un padre de 30 años, residente en el norte de Gaza con su esposa embarazada y su hija de dos años, expresa no saber cómo alimentar a su familia: “No hay comida. No tengo más remedio que comer cosas que jamás imaginarías. Es injusto. (Mi hija) está débil, enferma constantemente y no puede levantarse. Tiene diarrea. Sufre de hambre. Y mi esposa va a perder a nuestro hijo nonato. Todo es desesperante, un caos. No sabemos qué nos espera. Nadie vive una vida digna. ¿Por qué nos pasa esto?”. 

Una madre de 25 años, residente en el norte de la Franja de Gaza, cuyos hijos recibían tratamiento por desnutrición en la clínica de Save the Children durante la breve pausa en los combates, asegura que saben lo que provoca el hambre: “Hemos saboreado la muerte. Nuestros hijos solo esperan su turno para morir”. 

No se ha permitido la entrada a Gaza de comida, agua, combustible o medicamentos desde que las autoridades israelíes impusieron un asedio total el 2 de marzo de 2025. Casi todas las personas en Gaza dependen de la ayuda humanitaria, pero con el suministro cortado se han visto obligadas a tomar medidas desesperadas para sobrevivir, mientras camiones cargados de comida se pudren en las fronteras. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU y los comedores comunitarios de la Franja se han quedado sin alimentos y se han visto obligados a suspender sus operaciones. 

Ahmad Alhendawi, director regional de Save the Children para Oriente Medio, Norte de África y Europa del Este, denuncia que estamos ante una catástrofe humanitaria deliberada: “Los niños y niñas están muriendo de hambre deliberadamente, bajo el asedio total de las autoridades israelíes. Tenemos la comida, tenemos la ayuda y sabemos cómo tratar la desnutrición infantil; lo que no tenemos es acceso. Hay comida, agua y ayuda médica listas para entregar, pero están bloqueadas en la frontera mientras las familias se ven obligadas a comer pienso y hojas, tomando medidas inimaginables y deshumanizantes para sobrevivir”. 

Alhendawi asegura que esta no es una crisis de suministro, sino de acceso: “En cualquier momento en Gaza, un niño o una niña, podría morir a causa de bombas y balas, hambre y enfermedades. La comunidad internacional debe actuar ya para abrir los cruces y entregar ayuda vital. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras una población entera muere de hambre a plena vista”. 

La inanición como método de guerra está estrictamente prohibida por el derecho internacional y está tipificada como crimen de guerra. La denegación de asistencia humanitaria también constituye una violación del Derecho Internacional Humanitario. 

Save the Children gestiona un centro de atención primaria en Deir Al-Balah que presta servicios esenciales a niños y niñas, madres y familias. El fin de la pausa el 18 de marzo ha dificultado enormemente la prestación de servicios de nutrición a niños y niñas y familias por parte de su personal, a pesar de los altos niveles de desnutrición entre los niños y niñas menores de cinco años. Durante el mes de abril, la organización solo pudo realizar pruebas de desnutrición aguda a 574 niños y niñas, en comparación con los más de 10.500 que se realizaron en enero, durante la pausa. De los niños y niñas menores de dos años examinados en abril, más de uno de cada cinco presentó desnutrición aguda moderada o grave, lo que requirió tratamiento urgente. 

A pesar de todo, la organización insiste en que ser capaces de movilizar la mayor cantidad de ayuda humanitaria es de vital importancia.