La infancia más pobre del mundo podría volver a la escuela de forma segura si se invierten 370 dólares por estudiante

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Londres, 12 de enero de 2021. El temor ante una generación perdida en los países más pobres del mundo podría sofocarse invirtiendo 50.000 millones de dólares para garantizar que 136 millones de niños y niñas puedan regresar a la escuela de manera segura. Son cálculos de Save the Children en un análisis en el que la organización también recoge que costará una media de 370 dólares por estudiante abrir escuelas de nuevo de manera segura y volver a encarrilar el aprendizaje en 59 de los países más pobres del mundo.

Estos nuevos datos son una continuación de las estimaciones realizadas por Save the Children el año pasado, en las que se concluía que casi 10 millones de niños y niñas corren el riesgo de no regresar nunca a la escuela, unos datos que son una subestimación de la situación real.

“Sin educación, no tendríamos el éxito de las vacunas contra la Covid-19 y la perspectiva de un mundo más seguro. Los niños y las niñas que actualmente no van a la escuela son nuestros futuros médicos, científicos, camioneros y fontaneros”, explica Inger Ashing, directora general de Save the Children Internacional. "Si 2020 fue el año en que se encontró la vacuna, 2021 debe ser el año en que se invierta en el futuro de la infancia", añade.

Dado que muchos países no pueden asumir el gasto, especialmente porque los gobiernos dan prioridad a la atención médica para hacer frente al virus, Save the Children pide a los donantes internacionales que trabajen con los gobiernos nacionales para financiar por completo un plan que lleve a que todos los niños y las niñas vuelvan a la escuela de manera segura. La organización considera que se ha de priorizar a las personas más vulnerables, como las niñas, los niños y niñas refugiados y desplazados y los niños y las niñas con discapacidad.

La investigación de Save the Children ha encontrado que los niños y niñas refugiados están abandonando la escuela más que el resto debido a las dificultades económicas y porque están siendo excluidos de las respuestas educativas nacionales. En una encuesta reciente realizada por Save the Children en los campamentos de Al Hol, Roj y Areesha, en el noreste de Siria, donde al menos 5.500 niños y niñas dejaron de ir a la escuela, el 79% de los profesores y las profesoras aseguraron que esto se debía a la presión que sufren los niños y las niñas para trabajar con el fin de mantener a sus familias económicamente.

Además del abandono escolar, los niños y las niñas que no asisten a la escuela también son más vulnerables al trabajo infantil, al matrimonio forzoso y a otras formas de abuso. Como resultado de los impactos económicos de la crisis de la Covid-19, Save the Children ya advirtió sobre un aumento dramático en el matrimonio forzoso en niñas y el embarazo adolescente, con hasta 2,5 millones de niñas más en los próximos cinco años en riesgo de ser obligadas a casarse, así como se espera que los embarazos adolescentes aumenten hasta un millón en 2020.

En Uganda, a pesar de que se han reabierto algunas escuelas, más de 13 millones de estudiantes siguen sin ir a clase desde finales de marzo del año pasado, incluidos 600.000 niños y niñas refugiados. En el distrito de Nwoya, en el norte del país, las cifras de la policía y el Ministerio de Sanidad muestran que los casos de embarazos de adolescentes y matrimonio forzoso se duplicaron, y las tasas de trabajo infantil se triplicaron entre abril y junio de 2020, a la vez que los niños y las niñas no iban al colegio. Debido a las dificultades para informar sobre estos problemas, Save the Children cree que es probable que la situación real sea mucho peor.

Jonathan, un refugiado sursudanés de 15 años que vive en un campamento en el este de Uganda, cuenta que echa de menos ir a la escuela y teme por sus amigos: “Las cosas han cambiado mucho desde marzo del año pasado. Lo que ahora me preocupa es que algunas de nuestras amigas ahora se estén quedando embarazadas debido al cierre de la escuela. Algunas están abandonando la escuela porque ahora se han casado. Y algunos de los chicos van a trabajar para otras personas, en sus granjas o en el mercado. Algunos han estado haciendo un trabajo duro y no hay comida, por lo que al final del mes se dan cuenta de que están adelgazando mucho y tienen problemas de salud".

Save the Children insta a los gobiernos y donantes a tomar cinco pasos urgentes para garantizar que los niños y las niñas que estaban en la escuela antes del cierre por la pandemia puedan regresar de manera segura: apoyo financiero a las familias más pobres; clases de recuperación para los alumnos y alumnas que vuelven a ingresar al sistema educativo formal; instalaciones de agua, saneamiento e higiene en las escuelas; campañas nacionales de comunicación de vuelta a las aulas para informar a las comunidades que es seguro y capacitación para que el profesorado ayude a mantener las medidas de seguridad frente a la Covid-19.

La organización hace un llamamiento al Gobierno español para que lidere a nivel global la adopción de un plan mundial para la educación que ayude a dar respuesta a la crisis en las aulas provocada por la pandemia, destinando fondos de cooperación a programas educativos.

Sobre Save the Children

Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja desde hace más de 100 años para asegurar que todos los niños y niñas sobreviven, aprenden y están protegidos. Actualmente la organización opera en más de 120 países.

En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.