La salud mental de los niños de Gaza, al límite tras casi un mes de asedio y bombardeos

  • Jason Lee, director de Save the Children para los Territorios Palestinos Ocupados: “Nos estamos quedando sin palabras para alertar sobre la magnitud del sufrimiento de los niños y las niñas en Gaza”.  
  • Yousef*, miembro del personal de Save the Children en Gaza, y padre de tres hijos menores de 10 años: “La muerte está en todas partes. Mis hijos me miran a los ojos todos los días, buscan respuestas, pero no tengo respuestas para ellos”.
Gaza

 Bisan Owda / Save the Children

Ramala, 7 de noviembre - Un mes de incesantes bombardeos sobre zonas civiles densamente pobladas ha exacerbado la ya crítica crisis de salud mental de los niños y niñas de Gaza. Algo que tendrá consecuencias a largo plazo, ya que los espacios seguros han sido destruidos y los servicios de salud mental están suspendidos, afirma Save the Children.

En el último mes, 4.008 niños y niñas han muerto en Gaza, y otros 1.270 están desaparecidos, presuntamente sepultados bajo los escombros. Otros 43 niños han muerto en la Cisjordania ocupada y 31 en Israel, mientras que los medios de comunicación informan de que unos 30 menores permanecen secuestrados. La organización humanitaria está preocupada por el bienestar físico y emocional de la infancia de toda la región y advierte de que la salud mental de aquellos que viven en Gaza ha llegado al límite.

El Ministerio de Sanidad de Gaza informa de que 444 familias han perdido de dos a cinco miembros a causa de la violencia en las últimas cuatro semanas, de las cuales 192 han perdido a 10 o más miembros, lo que deja a muchos niños sin apoyo familiar, un mecanismo de supervivencia fundamental para aquellos que sufren traumas. Los profesionales médicos de Gaza, entre ellos Médicos Sin Fronteras, han compartido que el número de niños y niñas sin familiares supervivientes que llegan para recibir atención médica es tan elevado que se ha acuñado un nuevo acrónimo para identificarlos: "WCNSF" (Wounded Child No Surviving Family, niño herido sin familia superviviente).  

Los expertos en salud mental de Save the Children advierten de que las hostilidades en Gaza están exponiendo a los niños a episodios extremadamente traumáticos, al tiempo que les quita opciones para ayudarles a sobrellevarlos. No hay lugar seguro, ni rutina, con miles de desplazados de sus hogares. Los cuidadores, que sufren su propio estrés, se esfuerzan por ayudar a los más pequeños a hacer frente a las abrumadoras reacciones emocionales típicas de los jóvenes traumatizados por la violencia. En las condiciones actuales de Gaza, los niños y niñas experimentan toda una serie de signos y síntomas de trauma, como ansiedad, miedo, preocupación por su seguridad y la de sus familias, pesadillas y recuerdos perturbadores, insomnio, represión de las emociones y aislamiento de sus seres queridos. 

El trauma que da lugar a estos síntomas es continuo, implacable y se agrava día a día. Yousef*, miembro del personal de Save the Children en Gaza, y padre de tres hijos menores de 10 años, cuenta: "Hay muchas pérdidas y mucho dolor. Tenemos miedo de lo que nos depararán las próximas horas, de lo que nos deparará el mañana. La muerte está en todas partes. Mis hijos me miran a los ojos todos los días, buscan respuestas, pero no tengo respuestas para ellos. Es muy duro, sobre todo para los niños. Intentamos unirnos para apoyarles y protegerles. Las necesidades son enormes". 

Desde que se impuso el bloqueo terrestre, aéreo y marítimo en 2007, la vida de los niños y niñas de Gaza ha estado sumida en graves privaciones, ciclos de violencia y restricciones a su libertad. Un informe publicado por Save the Children en junio de 2022 mostraba que la salud mental de los niños estaba ya en un punto crítico. El 80% de los encuestados declararon sentirse en un estado perpetuo de miedo, preocupación, tristeza y dolor. Tres cuartas partes de los niños y niñas se orinaban en la cama por miedo y un número cada vez mayor mostraba mutismo reactivo. 

Jason Lee, director de Save the Children para los Territorios Palestinos Ocupados, declara: "En tiempos de guerra, la gente suele buscar refugio en lugares seguros, pero ahora mismo no hay lugares seguros en Gaza y no hay forma de conseguirlos. Con una sensación de seguridad, la constante presencia tranquilizadora de la familia, algún tipo de rutina y un tratamiento adecuado, los niños y niñas pueden recuperarse. Pero muchos ya han perdido a miembros de su familia, algunos lo han perdido todo, y la violencia y el desplazamiento persisten”. 

"Una y otra vez, hemos advertido de que el peaje del conflicto y el bloqueo en la salud mental de los niños es demasiado grande. Incluso antes de esta escalada, más de la mitad de los padres y madres con los que hablamos informaron de que sus hijos se autolesionaban o tenían pensamientos suicidas.  Nos estamos quedando sin palabras para alertar sobre la magnitud del sufrimiento de los niños y las niñas en Gaza”.  

“Debe haber un alto el fuego. Sin él, los niños que no son asesinados verán completamente destruidas sus últimas reservas de esperanza y la confianza en que serán protegidos. Cada día de violencia significa más cicatrices mentales y físicas que durarán toda la vida. Sin un alto el fuego inmediato, existe un riesgo muy real de que la salud mental de los niños y niñas llegue a un punto sin retorno".

Todos los niños y niñas de la región tienen derecho a ser protegidos. Save the Children hace un llamamiento a la comunidad internacional para que apoye un alto el fuego sin más demora y garantice que todas las partes en conflicto respetan el Derecho Internacional Humanitario, como es su obligación.
 

NOTAS PARA LOS EDITORES:
Según OCHA, entre las infraestructuras civiles afectadas por los ataques aéreos israelíes de este mes figuran al menos 253 centros educativos, 101 centros sanitarios, 58 lugares de culto, tres campos de refugiados y más de 40.000 viviendas. 

Las cifras de víctimas infantiles indicadas proceden de la OCHA, citando a los Ministerios de Sanidad de Gaza, Cisjordania e Israel, respectivamente. Debido a la situación actual, la información y las cifras facilitadas por estas autoridades no pueden verificarse de forma independiente.