Las nuevas políticas de retorno de la Unión Europea ponen a los niños en peligro

3 de marzo de 2017. La Comisión Europea aprobó ayer una Recomendación y un nuevo plan de acción dirigido a los Estados miembros de la UE sobre los procedimientos de devolución o expulsión de hombres, mujeres y niños que se encuentran de forma irregular en la Unión Europea, a sus países de origen o tránsito. En ellos se anima a los Estados miembros a efectuar retornos rápidos que limitan las garantías básicas y los derechos que todos los migrantes deberían tener garantizados. Estos procesos rápidos se aplican, incluso, en los casos que afectan a niños.

Las agencias de Naciones Unidas y las organizaciones en defensa de los derechos de los niños temen que estas medidas animen a los Estados miembros a llevar a cabo “devoluciones rápidas” de personas, incluyendo niños, lo que conlleva menos garantías procesales y que se recurra con mayor frecuencia a la detención. El nuevo enfoque pondría en peligro la vida de los niños y violaría la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, ratificada por todos los Estados miembros de la UE.

Acogemos favorablemente que el documento se refiera a la necesidad de evaluar el  interés superior del niño en aquellas decisiones que tengan que ver con el retorno de menores no acompañados. Es esencial que se adopten procedimientos sólidos para determinar el interés superior antes de emitir ninguna decisión sobre el retorno de niños, incluidos aquellos que están acompañados de sus familias. A la hora de valorar si el retorno de un niño se está decidiendo de acuerdo a su interés superior, es imprescindible que sus opiniones hayan sido tenidas en cuenta. Las expulsiones forzosas y las detenciones son extremadamente perjudiciales para los niños y sus familias. Los niños nunca deben ser detenidos por causas relacionadas con la migración, ni siquiera como último recurso.

A principios de este año, tres niños afganos no acompañados se suicidaron en Suecia. Las personas encargadas del caso explicaron que los pequeños se sentían solos y eran incapaces de afrontar la ansiedad del proceso y la perspectiva de ser deportados a un lugar donde no se sentían seguros.

Los niños y familias retornados corren el riesgo de ser rechazados por sus familiares o comunidades en sus países de origen, así como de ver violados sus derechos. A menudo enfrentan graves discriminaciones y son vulnerables a la explotación, a ser reclutados por grupos armados o a ser empujados a realizar trabajos forzosos.

En lugar de enmendar los daños que las políticas de retorno de la UE y sus estados miembros ya han causado a los niños, el documento de la Comisión recomienda medidas que no harán sino agravarlos. Promueve menos garantías, devoluciones automáticas y más rápidas, más expulsiones forzosas y más detenciones.

Lejos de abordar los verdaderos desafíos migratorios que existen en toda la UE, estas propuestas sólo empeorarán la situación. Además, no hay evidencia de que la expulsión forzosa disuada a las personas de migrar. Obligarles a volver a situaciones insostenibles sólo aumenta el riesgo de nuevos ciclos de migración precaria e insegura.

Por encima de las decisiones políticas y del objetivo de hacer cumplir las normativas de retorno están las vidas de los niños y sus familias. La UE y sus estados miembros han liderado durante mucho tiempo la defensa de los derechos de los niños. Ahora les pedimos que respeten sus compromisos con ellos, independientemente de su situación migratoria.