• El informe No a la guerra contra la infancia: ¿Seguridad para quién? (Stop the War on Children: Security for Whom?) muestra que en 2024 se registraron niveles récord tanto en la exposición a los conflictos como en las graves violaciones cometidas contra la infancia.
• Advierte que la violencia contra los niños y las niñas está aumentando mucho más rápidamente que la proliferación de los conflictos y que, aunque el gasto mundial en seguridad se está disparando, la infancia nunca ha estado tan insegura.
Informe completo (en inglés): aquí
Resumen ejecutivo (en español): aquí
Página web interactiva: https://data.stopwaronchildren.org/
Declaraciones en vídeo de Arantxa Osés, portavoz de Save the Children España: aquí
Recursos para medios (estudios de caso): Dieu Merci, República Democrática del Congo: aquí / Fabrice, República Democrática del Congo: aquí
Londres, 4 de noviembre de 2025. Las niñas y los niños están siendo asesinados, mutilados, agredidos sexualmente y secuestrados en cifras récord en las zonas de conflicto. Un nuevo informe de Save the Children revela un aumento del 30% en las violaciones graves verificadas contra la infancia en conflicto en 2024.
El informe muestra que el año pasado se produjeron 41.763 crímenes contra niños y niñas en conflictos, una cifra sin precedentes que supone un aumento del 30% con respecto a 2023 —el año con el mayor número de casos desde que se empezaron a registrar— y alrededor de un 70 % más que en 2022 [1].
Más de la mitad de las violaciones se produjeron en cuatro lugares: el Territorio Palestino Ocupado, la República Democrática del Congo, Nigeria y Somalia.
Este aumento de las violaciones se produce en un contexto de exposición sin precedentes a los conflictos, con una cifra récord de 520 millones de niños y niñas que vivían en zonas de conflicto activo en 2024 —más de uno de cada cinco en todo el mundo— y el mayor número de conflictos entre estados desde el final de la Segunda Guerra Mundial [3]. Si bien el número de niños y niñas que viven en zonas de conflicto ha aumentado en un 60% desde 2010, el número de violaciones graves verificadas se ha disparado en un 373%, lo que demuestra que los conflictos no solo son más frecuentes, sino que también son mucho más mortíferos y brutales para los niños y las niñas, según Save the Children.
Más gasto mundial en seguridad, pero infancia menos protegida
El informe cuestiona el enfoque mundial en materia de seguridad y destaca que menos del 2% del gasto mundial en seguridad se destina a la consolidación o el mantenimiento de la paz, a pesar de los presupuestos militares récord. Estas cifras condenatorias muestran que el enfoque mundial en la seguridad militar y estatal no ha logrado proteger a la infancia de las formas más graves de daño, según Save the Children.
Más del 11% de la superficie terrestre se encontraba en un radio de 50 km de un conflicto, la proporción más alta jamás registrada, y el número de conflictos registrados a nivel mundial aumentó de 24.000 en 2023 a casi 27.000 en 2024. África tiene ahora el mayor número y porcentaje de niños y niñas que viven en zonas de conflicto, con 218 millones de afectados, lo que representa el 32,6% de la población infantil de la región, superando por primera vez desde 2007 a Oriente Medio [2].
Por término medio, 78 niños al día en zonas de conflicto sufrieron violaciones graves —lo que equivale a más de siete equipos de fútbol— así como estuvieron expuestos a ataques contra escuelas y hospitales, así como al bloqueo de la ayuda humanitaria por parte de fuerzas y grupos armados [3].
El informe No a la guerra contra la infancia: ¿Seguridad para quién? analiza el número de violaciones graves verificadas contra niños y niñas en conflicto desde que se empezaron a registrar, entre las que se incluyen asesinatos y mutilaciones, secuestros, violencia sexual, reclutamiento en grupos armados, ataques a escuelas y hospitales y denegación de acceso humanitario a los niños y niñas. Desde que se empezaron a recopilar datos en 2005, se han verificado más de 400.000 violaciones graves contra niños y niñas en conflictos en 33 países de todo el mundo, con casi 160.000 niñas y niños asesinados o mutilados y más de 100.000 reclutados y utilizados por fuerzas y grupos armados.
Inger Ashing, directora ejecutiva de Save the Children International, afirma: “Este informe condenatorio es más que hechos y cifras. Trata sobre Ali, que tuvo que huir del norte de Gaza con sus siete hermanos y está tan gravemente desnutrido que ha desarrollado osteomalacia o ‘enfermedad de los huesos blandos’, lo que le impide moverse o caminar. Se trata de Bahati, de 12 años, cuya escuela en el este de la República Democrática del Congo fue atacada y se vio obligado a caminar durante dos días con las balas volando sobre su cabeza. Se trata de las niñas y los niños de todo el mundo que viven y respiran terror, dolor, pena, hambre y sufrimiento”.
Y añade: “El mundo se encuentra en una encrucijada crítica. Los conflictos armados están aumentando y las violaciones graves contra los niños y las niñas han alcanzado niveles récord. Al mismo tiempo, el sistema humanitario y las Naciones Unidas están desesperados. Si bien el futuro de estas instituciones sigue siendo incierto, hay un principio que debe guiar su transformación: la infancia debe estar en el centro. La verdadera seguridad no tiene que ver con las armas o los muros. Tiene que ver con que los niños y las niñas estén seguros, aprendan y vivan sin miedo.
“Los Estados deben actuar con decisión para prevenir los conflictos y promover la paz, proteger a la infancia, garantizar la rendición de cuentas y escuchar e involucrar de manera significativa a los niños y las niñas”, afirma Ashing.
Gudrun Østby, profesora investigadora del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo, afirma: “Nuestras estimaciones muestran que el número de niños y niñas que viven en zonas de conflicto alcanzó un récord el año pasado: 520 millones, más de uno de cada cinco en todo el mundo. Con un número sin precedentes de niños y niñas en situación de riesgo y los presupuestos de ayuda sometidos a una fuerte presión, la necesidad de proteger a la infancia atrapada en conflictos nunca ha sido tan urgente. Detrás de cada cifra hay un niño o niña cuya seguridad, educación y futuro están en peligro”.
“África es ahora el continente con el mayor número y la mayor proporción de niños y niñas que viven en zonas de conflicto. Debemos garantizar que los niños de todo el mundo, independientemente del lugar en el que hayan nacido, estén protegidos de los devastadores efectos de la guerra”, añade Østby.
Las peticiones de Save the Children
La organización hace un llamamiento a los Estados para que respeten el Derecho Internacional Humanitario, garanticen un acceso humanitario seguro, aumenten la financiación específica para la infancia en situaciones de emergencia y respalden y apliquen los tratados y declaraciones clave que protegen a los niños y las niñas y la educación en las zonas de guerra.
Deben desarrollar estrategias nacionales para la paz, integrar la educación para la paz y abordar las causas profundas de los conflictos. Además, deben garantizar urgentemente la rendición de cuentas por las violaciones contra la infancia, reforzando los mecanismos internacionales y nacionales de rendición de cuentas, apoyando la agenda de la ONU sobre los niños y los conflictos armados y abogando por la inclusión imparcial de los autores en las listas. Por último, las voces de los niños deben ser escuchadas en los foros mundiales, regionales y nacionales sobre cuestiones que determinan su futuro.
Notas para la edición:
• [1] Análisis del informe anual de 2025 del Secretario General de las Naciones Unidas sobre los niños y los conflictos armados (CAAC), basado en datos comunicados y verificados en 2024. El análisis también se basa en el mapeo previo de Save the Children del número de violaciones graves en los informes CAAC de 2005-24. El informe CAAC hace un seguimiento del uso militar de escuelas y hospitales, pero no los registra como violaciones graves. En este informe, el uso militar de escuelas y hospitales también se considera una violación grave. Por lo tanto, los incidentes verificados de uso se añaden a la categoría de violaciones graves “ataques a escuelas y hospitales”. Se ha elegido esta metodología para ofrecer una visión más completa del daño sufrido por los niños y las niñas en el contexto de cada país.
• [2] Análisis actualizado sobre el número y la proporción de niños y niñas que viven en zonas de conflicto, realizado por el Instituto de Investigación para la Paz de Oslo (PRIO). El conjunto de datos básicos utilizado para trazar los patrones de conflicto en este informe es el Conjunto de Datos de Eventos Georreferenciados (UCDP GED) del Programa de Datos sobre Conflictos de Uppsala hasta 2024. Para estimar el número de niños que viven en zonas de conflicto y, de manera más general, la población, el PRIO cotejó los datos sobre conflictos con los datos demográficos de la Red Poblacional Mundial (GPW) y de las Perspectivas de la Población Mundial de las Naciones Unidas. El PRIO utiliza la definición de conflicto armado del UCDP: “fuerza armada utilizada por un actor organizado contra otro actor organizado, o contra civiles, que provoca al menos 25 muertes relacionadas con la batalla en un año natural”. Una “zona de conflicto” se define como un área dentro de un radio de 50 km en la que se producen uno o más incidentes de conflicto en un año determinado, dentro de las fronteras de un país.
• [3] El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha identificado seis violaciones graves contra los niños y las niñas en situaciones de conflicto armado: el asesinato y la mutilación de niños; el reclutamiento y la utilización de niños por fuerzas y grupos armados; la violencia sexual contra la infancia; el secuestro de niños; los ataques contra escuelas y hospitales; y la denegación del acceso humanitario a los niños. Estas violaciones graves se definieron en función de su naturaleza atroz y su grave repercusión en el bienestar de la infancia. Además de las seis violaciones, el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los niños y los conflictos armados ha verificado casos de detención de niños desde 2012 y los ha presentado en su informe anual.