Los niños y las niñas en las zonas de conflicto de Ucrania pierden más días de escuela que durante los cierres escolares más largos en el mundo por Covid-19

Kiev, 1 de septiembre de 2025 – Los niños y las niñas que viven en las zonas del frente en Ucrania han perdido un 25% más de días de aprendizaje debido a la guerra que los cierres escolares más prolongados por la pandemia de Covid-19, ya que la falta de refugios antiaéreos hace que aún sea demasiado peligroso asistir a clases, según denuncia Save the Children.

Este nuevo análisis se difunde mientras uno de cada tres niños y niñas en edad escolar —entre 6 y 17 años—, es decir, 1,2 millones de niños en Ucrania comienzan su cuarto año académico consecutivo con interrupciones en su educación.

Desde el inicio de la guerra a gran escala en Ucrania en febrero de 2022, unos 400.000 niños y niñas han pasado aproximadamente 580 días sin pisar un aula, lo que representa un 25% más que los 440 días de clases perdidos durante la pandemia en Filipinas, el país que más tardó en reabrir sus escuelas desde marzo de 2020.

Otros 780.000 niños y niñas en Ucrania alternan, por grupos, entre una semana de aprendizaje remoto y una semana de clases presenciales.

Aunque el número de niños y niñas que aprenden de forma presencial ha aumentado gradualmente desde 2022, el peligro persistente de bombardeos y ataques aéreos hace que cualquier edificio escolar sin refugios adecuados sea considerado inseguro.

El cierre de escuelas tiene un impacto duradero en la educación. Las investigaciones realizadas después de la pandemia demostraron que los países que mantuvieron sus escuelas cerradas por más tiempo sufrieron las mayores pérdidas de aprendizaje.

Con el recrudecimiento del conflicto en Ucrania, apenas un año después de la reapertura escolar tras la pandemia, el coste en términos de aprendizaje perdido ha sido inmenso. Las escuelas en Ucrania estuvieron completamente cerradas durante 125 días lectivos durante la pandemia y parcialmente cerradas durante otros 95.

A principios de este año, Save the Children destacó los desafíos que enfrentan la infancia y la adolescencia en Ucrania cuando no pueden asistir a la escuela en persona, como tener que estudiar desde casa usando teléfonos con pantallas rotas, conexiones de internet deficientes, falta de dispositivos electrónicos para el aprendizaje y cortes de electricidad.

Maryna [nombre ficticio], de 36 años, vive con sus siete hijos en la región de Járkov, donde las escuelas están cerradas por la falta de refugios antiaéreos y la cercanía al frente de combate. Su familia solo tenía acceso a un dispositivo para conectarse a las clases y los hijos mayores, que tenían exámenes, tenían prioridad, lo que dejó a los más pequeños rezagados. Save the Children ha proporcionado a Maryna y a su familia dos ordenadores portátiles para ayudarles a seguir estudiando a distancia.

“Las dificultades son enormes: veo en los niños que han perdido las habilidades escolares que tenían antes del Covid. Ya no leen tan bien como antes, ni escriben igual. También les cuesta más recordar la información. Las dificultades causadas por la guerra han tenido un impacto muy fuerte en la calidad de la educación”, lamenta Maryna. “El aprendizaje online ha tenido un efecto negativo en su desarrollo. Se niegan a leer; ya no les interesa. Aunque antes, cuando iban a la escuela, estaban interesados en todo, ahora su nivel de conocimiento es muy bajo.”

Tres años y medio de guerra a gran escala en Ucrania han obligado a más de una cuarta parte de los 38 millones de habitantes del país a abandonar sus hogares y han devastado el sector educativo. Cerca de 1.800 escuelas han sido dañadas, 226 de ellas completamente destruidas, según el Ministerio de Educación ucraniano; mientras que las frecuentes alarmas de ataques aéreos han obligado a los niños y las niñas a perder, de media, una de cada cinco clases durante el último curso académico.

Sonia Khush, directora de Save the Children en Ucrania, alerta sobre la gravedad de la situación: “En más de tres años de guerra, cientos de miles de niños y niñas en Ucrania no han pisado un aula, mientras que un tercio de toda la población infantil comienza este nuevo año académico con su aprendizaje interrumpido de alguna manera. Asistir a la escuela no se trata solo de aprender y obtener resultados en los exámenes: también está en juego el desarrollo social y el bienestar mental de los niños y las niñas. Veremos el impacto de esto durante generaciones”.

Save the Children reitera a las partes en conflicto en Ucrania que pongan fin a los ataques atroces contra escuelas y otras infraestructuras civiles, y cesen de inmediato las graves violaciones contra la infancia. Asimismo, la organización también pide que se mantenga el apoyo financiero continuo de gobiernos, donantes y la comunidad internacional para mitigar el impacto de esta guerra en la educación, el desarrollo, el bienestar y el futuro de los niños y niñas.

Save the Children trabaja en Ucrania desde 2014 y ha ampliado sus operaciones desde que la guerra se intensificó en febrero de 2022. Para ayudar a los niños y las niñas en todo el país a acceder a la educación, Save the Children y sus socios locales han establecido unos 90 Centros de Aprendizaje Digital, espacios con todas las herramientas y dispositivos digitales necesarios y con facilitadores capacitados para brindar apoyo educativo y emocional.

También ha financiado obras de rehabilitación, incluyendo la renovación de refugios, en unas 70 escuelas en todo el país, y ha suministrado ordenadores portátiles y tabletas en regiones donde las escuelas siguen cerradas, para que niñas y niños sin dispositivos esenciales puedan continuar su aprendizaje de forma online.