Nuevo informe de Save the Children: violencia y abusos contra la infancia en la ruta de los Balcanes

 

Los niños y niñas constituyen aproximadamente un tercio de todas las personas refugiadas y migrantes que llegan a Europa, y un porcentaje importante lo hace a través de esta ruta. 

Una familia recibe material y productos de primera necesidad en un campo de personas refugiadas y migrantes de Bosnia y Herzegovina en 2018.
Aleksandra Babic-Golubovic / Save the Children

 

Informe (en inglés)https://bit.ly/Informe_ViolenciaRutaBalcanes

Resumen ejecutivo (en inglés): https://bit.ly/ResumenInforme_RutaBalcanes

Bruselas, 13 de septiembre de 2022 – Los niños, niñas y adolescentes migrantes están siendo sistemáticamente maltratados por la policía, los traficantes de personas y otras personas adultas mientras viajan hacia el norte de Europa por los Balcanes, y la mayoría son testigos o víctimas de abusos sexuales, según un nuevo informe publicado hoy por Save the Children.   

El informe (Wherever we go, someone does us harm) revela una falta crítica de protección para la infancia migrante en toda Europa. Los propios niños y niñas denuncian que la violencia es ahora una parte intrínseca y casi inevitable de su experiencia migratoria. Aproximadamente uno de cada tres cree que nadie puede ayudarles en su viaje, y algunos consideran que ya no son capaces ni de ayudarse a sí mismos. 

Este nuevo y novedoso análisis en profundidad realizado por la ONG revela, entre otras cosas, que una mayoría de los niños, niñas y adolescentes que emigran utilizando la ruta de los Balcanes para cruzar Europa son objeto de violencia que amenaza su supervivencia física o emocional. Según sus propios testimonios, los policías en las fronteras son quienes ejercen esta violencia más habitualmente, así como los contrabandistas en los que confían para cruzar las fronteras. En el informe, las chicas y chicos entrevistados denuncian que los traficantes a veces matan o dejan a niños y adultos en condiciones que no podrían sobrevivir por sí mismos, y los cadáveres quedan a la vista de otros que viajan por la misma ruta.  

Entre las causas de esta violencia se encuentran las políticas de disuasión y contención adoptadas por la Unión Europea y los países de la ruta de los Balcanes. Las condiciones de acogida inadecuadas, y a menudo inhumanas, en campamentos de tipo carcelario agravan el sufrimiento de la infancia, y la falta de apoyo adecuado en materia de salud mental aumenta el riesgo de sufrir daños psicológicos. 

Experiencias traumáticas para la infancia 

Los niños y niñas suponen aproximadamente un tercio de todas las personas refugiadas y migrantes que llegan a Europa. Un porcentaje importante de estos huyen de los conflictos y la inseguridad en los países del sur, centro y oeste de Asia, y alcanzan Europa a través de la ruta de los Balcanes. En esta investigación, Save the Children ha escuchado el testimonio de los niños y niñas que han sufrido esta violencia: 

Cuenta Basit, un chico de 16 años: “Nos detuvo la policía. Nos dijeron que nos sentáramos, y todos nos sentamos; luego seleccionaron a dos personas del grupo y las golpearon... Luego nos dijeron, venga, vamos, hacia alguna carretera. Empezamos a movernos, uno de ellos se puso a un lado con una vara, nos dijo que fuéramos en fila india, y a medida que la gente pasaba por delante de él, les pegaba”.  

Ahmad, otro chico de la misma edad, explicó a las personas encargadas de la investigación: "La policía me dijo: '¿Tienes realmente 15 años?' y luego me dio dos bofetadas. Luego me dijeron: 'Estás mintiendo, no tienes 15 años, tienes 20". 

Sarina, una joven de 19 años, contó: "Mientras viajábamos en un barco en la oscuridad, cuando la policía no debía vernos ni oírnos, uno de los niños empezó a llorar en los brazos de la madre. El contrabandista cogió al niño de los brazos de la madre y lo tiró por la borda para silenciarlo o para protegerse. La madre empezó a discutir con él, intentó gritar, y entonces el contrabandista la empujó también por la borda y nadie sabe dónde están ahora. Es una historia real que nadie conoce". 

Los niños, niñas y adolescentes que participaron en la investigación dijeron que tenían que viajar en coches sobrecargados, dormir en el bosque, donde corren el riesgo de sufrir ataques de animales salvajes, y permanecer en casas ocupadas donde se les amenaza con abusos. Entre las prioridades para mejorar su situación enumeraron el apoyo psicológico, el acceso a la educación, las actividades físicas y el entretenimiento

El informe revela que la infancia migrante corre un enorme riesgo de sufrir violencia sexual, puesto que los niños y niñas que viajan solos son especialmente vulnerables. Casi dos tercios de los niños entrevistados enumeraron uno o más incidentes en los que reconocieron o fueron testigos de abusos sexuales contra un niño o niña. A menudo, también son explotados laboralmente tanto durante el viaje como al llegar a su destino, e incluso son reclutados por traficantes de personas para trabajos delictivos y sexuales. 

Un número sorprendente de profesionales que participaron en la investigación y de niños y niñas, especialmente los que viajaban sin compañía, dieron ejemplos de autolesiones, intentos de suicidio y abuso de alcohol y otras drogas como estrategias pasivas para afrontar el estrés y las dificultades. Algunos buscaron protección involucrándose en actividades delictivas y sexuales con contrabandistas y otros adultos. 

Bogdan Krasic, director del Programa del Centro de Migración y Desplazamiento de los Balcanes, afirma: "Estos resultados son sorprendentes porque muestran que la violencia en la vida de estos niños y niñas está tan presente que se ha normalizado. Están expuestos a ella en sus países de origen, a lo largo del viaje y en los países de tránsito. Una exposición múltiple y prolongada a la violencia puede tener efectos nocivos en su desarrollo, y podría socavar su capacidad de integrarse, así como su capacidad de contribuir a la vida cultural, social y política de los países de destino”. 

Ylva Sperling, directora de Save the Children Europa, explica: "La falta de protección en las fronteras europeas tiene consecuencias terribles para la infancia. El abrumador énfasis de Europa en disuadir las llegadas significa que los niños y niñas son sometidos a una violencia espantosa por parte de la policía y los guardias fronterizos; violencia que se lleva a cabo con impunidad. Deben proporcionar a los niños refugiados y migrantes acceso a rutas migratorias seguras, regulares y legales para que no tengan que seguir enfrentándose a los calvarios documentados en este informe”. 

Sobre el informe 

El nuevo informe, Wherever we go, someone does us harm (Dondequiera que vayamos, alguien nos hace daño), es uno de los pocos estudios exhaustivos y en profundidad sobre la violencia contra la infancia migrante en Europa. La investigación cualitativa surgió de la colaboración entre el Centro de Migración y Desplazamiento de los Balcanes de Save the Children y la Universidad de Sarajevo.  La investigación se realizó en Bosnia y Herzegovina y Serbia. Se basa en entrevistas en profundidad con 48 niños de entre 13 y 19 años, incluidos 30 chicos no acompañados y 8 chicos y 10 chicas que viajaban con sus familias o parientes cercanos. Las entrevistas fueron realizadas por investigadores de campo, con el apoyo de intérpretes y mediadores culturales, según un protocolo ético que garantizaba que las voces de los niños se escucharan de forma segura y respetuosa. Este informe también se basa en discusiones de grupos focales con 27 profesionales, con amplia experiencia en el trabajo con infancia refugiada y migrante, y en una amplia revisión bibliográfica.