Save the Children alerta de que el número de niños y niñas palestinos desplazados alcanza su nivel más alto en los últimos cuatro años

. La organización solicita al gobierno israelí que anule todas las órdenes de demolición de escuelas, viviendas e infraestructuras vitales, de acuerdo con sus obligaciones internacionales.

Ramala, 3 de febrero de 2020- Durante el pasado año, más de 840 edificios han sido derribados o incautados en Cisjordania por parte de las autoridades israelíes, obligando a al menos 518 niños, niñas y a sus familias a abandonar sus hogares. Se trata del peor dato desde 2016 en cuanto a niños y niñas palestinos desplazados en Cisjordania.

Las demoliciones en todos los territorios ocupados han afectado a más de 2.600 niños y niñas. Las familias afectadas han perdido sus hogares, sus medios de vida y se han visto obligadas a buscar refugio en casa de amigos o familiares y nuevos ingresos para intentar rehacer sus vidas. Además, su situación se ha visto agravada por el impacto económico de la COVID-19. Los niños y niñas se enfrentan no solo a la destrucción de sus casas, sino también de infraestructuras vitales de agua y saneamiento, así como sus colegios.

"No podemos salir de nuestras casas por las tardes y por las mañanas debemos permanecer siempre cerca de casa. Hay un asentamiento cerca y en la carretera principal, el ejército y los colonos siempre van y vienen. Han dado muchos avisos de derribo a mucha de la gente que vive aquí. Me siento mal y estoy cansado, temiendo que yo también me puedo quedar sin casa" cuenta Fareed, que vive en una comunidad dedicada a la agricultura en Cisjordania y estudia 4º de primaria.

A pesar de la promesa de las autoridades israelíes de detener la demolición de viviendas durante el brote de COVID-19, la destrucción ha continuado. Sólo en noviembre, 73 personas, entre ellas 41 niños y niñas, fueron desplazadas tras el incidente más grave de demolición de los últimos cuatro años. Tampoco se ha cumplido la suspensión de derribar viviendas habitadas en Jerusalén Este, anunciada el 1 de octubre de 2020 por parte de las autoridades israelíes.

Además de perder sus hogares, hay 53 escuelas que corren el riesgo de ser destruidas en Cisjordania y Jerusalén Este, algo que afectaría a unos 5.250 niños y niñas según las estimaciones de Save the Children. Diala estudia sexto de primaria y teme no poder volver a la escuela debido a la presencia militar en su pueblo: "todos los días viene el ejército israelí al pueblo. El otro día vinieron porque querían destruir nuestra escuela y empecé a tener miedo. Mi esperanza es convertirme en maestra, pero no hay muchos maestros aquí…".

Según la ONU, los desalojos forzosos como consecuencia de las demoliciones son un factor clave en la creación de un entorno coercitivo y tienen un impacto negativo en los derechos humanos. “Las demoliciones que se están produciendo en Cisjordania están dejando a los niños, las niñas y a sus familias sin hogar y sin infraestructuras vitales. Derribar una casa, una escuela u otra infraestructura vital, especialmente durante una pandemia, destruye su derecho a la educación y a tener un hogar. Ataca su futuro, su salud, su seguridad y su bienestar”, señala Jason Lee, responsable de Save the Children en los territorios palestinos ocupados.

"Israel tiene el deber de proteger los derechos de los niños y niñas. Instamos al gobierno de Israel a que anule todas las órdenes de demolición existentes de escuelas, viviendas e infraestructuras vitales, de acuerdo con sus obligaciones internacionales. Si no lo hace, dejará a más niños y niñas sin hogar ni educación, lo que se sumará al impacto que la pandemia ya está teniendo en sus vidas. En cuanto a los colegios, son un salvavidas para los niños y niñas, especialmente en las zonas más vulnerables de Cisjordania, y nunca deberían ser un objetivo", concluye Lee.

Sobre Save the Children

Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja desde hace más de 100 años para asegurar que todos los niños y niñas sobreviven, aprenden y están protegidos. Actualmente la organización opera en más de 120 países.

En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.