Save the Children denuncia el trato inhumano que recibe la infancia palestina en las cárceles israelíes

•    La organización revela que Israel detiene cada año a cientos de menores palestinos, quienes sufren violencia física y verbal, amenazas y aislamiento dentro de las prisiones.

Encuesta a niños y niñas palestinos: https://bit.ly/3moPEIA 
Dibujos de menores detenidos: https://bit.ly/2HDpV0k 

Ramala, 29 de octubre de 2020. Save the Children alerta del trato inhumano que reciben los niños y las niñas palestinos por parte del sistema de detención militar israelí. La organización ha entrevistado a más de 470 menores y jóvenes de toda Cisjordania que han sido detenidos durante los últimos diez años para conocer cómo se trata a la infancia dentro de las prisiones. Los resultados de esta investigación reflejan que 8 de cada 10 niños y niñas sufrieron palizas, agresiones verbales y cacheos desnudos y que casi 9 de cada 10 no recibieron una atención médica adecuada, incluso cuando lo solicitaron expresamente. El estudio también revela que al 47% de los niños y las niñas detenidos se les negó el contacto con un abogado y que a más de la mitad se les amenazó con agredir a sus familias.

Save the Children ha descubierto que la mayoría de los niños y las niñas detenidos fueron sacados de sus hogares por la noche, con los ojos vendados y las manos atadas a la espalda. Muchos de estos menores afirman que en ningún momento se les informó de por qué los arrestaban ni adónde iban y otros declaran que durante los interrogatorios sufrieron agresiones físicas y no tuvieron acceso a comida, a agua potable o a un aseo.

“Destrozaron la puerta de mi casa, entraron en mi habitación, me taparon la cara con una bolsa y me llevaron. Le dijeron a mi padre que regresaría al día siguiente, pero regresé después de 12 meses”, cuenta Abdullah a Save the Children. Este joven fue detenido hasta seis veces cuando era solo un niño. “No te sientes como un ser humano en ese lugar. Nos trataron como animales”, afirma Amina, detenida a los 15 años.

Save the Children destaca que, cada año, las autoridades israelíes detienen a cientos de menores palestinos y que estos niños y niñas describen la experiencia como "torturadora", "deshumanizante", "humillante" y "aterradora". La ONG incide en que la infancia palestina es la única en el mundo que es enjuiciada sistemáticamente a través de un procedimiento militar en lugar de civil y sostiene que el cargo más común que se les atribuye es tirar una piedra, delito por el que la pena máxima es de 20 años de prisión. 

“Me arrestaron cerca de un puesto de control militar. Registraron mi mochila y me hablaron en hebreo, un idioma que no entiendo. Al final me esposaron, me tiraron al suelo y me pisaron la espalda”, explica Fátima, detenida a los 14 años cuando iba camino de la escuela. A Issa también la detuvieron cuando era adolescente: “Mientras me interrogaban, me gritaron y me pusieron una pistola en la mesa, delante de mí, para asustarme”. “La prisión era un lugar horrible. Hacían sonar las alarmas a medianoche, a las tres y las seis de la madrugada para que nunca pudiéramos dormir mucho tiempo. Si no estabas despierto cuando sonaban, te golpeaban. Me golpearon varias veces con palos de madera y todavía tengo dolor de espalda por una de las palizas”, añade Issa.

La investigación de Save the Children también revela que la mitad de los niños y las niñas detenidos estuvieron solos en aislamiento, a veces durante varias semanas, y que muchos no pudieron ver a sus familias en todo el proceso. En algunos casos, incluso les hicieron creer que sus familias los habían abandonado, lo que despertó en ellos el miedo, la soledad y el rechazo.

Save the Children incide en el profundo impacto de la detención en la vida de la infancia: desde su liberación, muchos de los niños y las niñas encuestados sufren insomnio, pesadillas, trastornos alimentarios, cambios de comportamiento, ira o depresión, lo que les ha provocado graves problemas físicos como el entumecimiento o el dolor muscular crónico, los dolores de cabeza y los temblores incontrolables.

“Ningún niño o niña debería experimentar tanta crueldad a manos de aquellas personas que están destinadas a protegerles. La infancia debe ser tratada ante todo como lo que es, con todas las protecciones especiales que esto conlleva”, advierte Jeremy Stoner, director regional de Save the Children para el Medio Oriente.

La organización pide al gobierno de Israel que respete el derecho internacional y ponga fin a las detenciones y al maltrato de niños y niñas bajo la ley militar. Del mismo modo, Save the Children pide a España que condene públicamente el trato inhumano sobre la infancia palestina con la misma contundencia que cuando Israel ha intentado anexionarse territorios de Cisjordania. Concretamente, la ONG pide a España que inste a Israel a adoptar medidas urgentes para mejorar la situación de la infancia detenida; entre ellas, el cese de la violencia contra niños y niñas en las prisiones, establecer sistemas protección y poner en marcha un sistema de apoyo psicológico y de rehabilitación para los menores que han sido detenidos. Save the Children también considera fundamental que la Autoridad Palestina ofrezca servicios de apoyo destinados a reducir el estigma asociado a la detención para que los niños y las niñas se puedan reintegrar en sus comunidades y retomar su educación.

Sobre Save the Children

Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja desde hace más de 100 años para asegurar que todos los niños y niñas sobreviven, aprenden y están protegidos. Actualmente la organización opera en más de 120 países.

En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.