Materiales: Videos (imágenes de un refugio tras un bombardeo + niños explicando su situación) y fotografías: https://storycentral.savethechildren.org.uk/pages/search.php?search=%21collection54437&k=4097009b33
Madrid, 27 de febrero de 2018. Save the Children exige que el alto el fuego de 30 días en la sitiada Ghouta Oriental, en Siria, acordado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debe implementarse de forma inmediata ya que la propuesta del presidente ruso de implementar un cese al fuego diario de cinco horas no es suficiente.
La ONG ha hecho público un video (adjunto en esta nota de prensa) que muestra los momentos vividos tras un bombardeo en una oficina de una organización humanitaria siria horas antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara un alto el fuego de 30 días. Las imágenes del vídeo transmiten el terrible caos que se vivió en el sótano de la oficina donde 46 familias se habían refugiado. Tres personas resultaron heridas en el ataque, incluidas dos chicas jóvenes. Las familias que salen en el video siguen refugiadas en el mismo sótano.

Pese a la resolución adoptada por el Consejo de Seguridad el pasado fin de semana, organizaciones humanitarias que trabajan con Save the Children en Siria han informado de que los bombardeos han continuado hasta el día de hoy y el número de personas asesinadas no para de crecer, incluidos 10 miembros de una misma familia. Miles de familias siguen refugiadas en sótanos sin poder enterrar a sus seres queridos debido al continuo bombardeo.
Los trabajadores humanitarios locales informan de que unas 4.100 familias están viviendo en sótanos y refugios, la mitad de ellos sin agua ni sistemas de saneamiento o ventilación. Ahora mismo más de 350.000 personas están atrapadas en toda la región.
Las mujeres están dando a luz a sus hijos en circunstancias terribles, como Amal y Tamer, dos niños que nacieron el jueves pasado en la oscuridad de un refugio subterráneo repleto de gente.
Ese mismo día, Ahmed, un niño de la zona, se quedó atrapado durante cuatro días en uno de los refugios por culpa de los intensos bombardeos. “No hemos podido ir al colegio. Bombardearon mi escuela y mi profesora fue asesinada. No tenemos comida y no podemos salir. Las tiendas están cerradas y los aviones no paran de bombardear”, explica Ahmed.
Mona es la hermana de Ahmed y hace poco fue herida en uno de los ataques: “Me lesioné y me quedé un mes en el hospital. No hay comida ni agua. Todavía no me encuentro bien, siento mis huesos débiles”.
“El alto el fuego diario de cinco horas y la puesta en marcha de un corredor humanitario propuesto por el presidente ruso no es suficiente. El Consejo de Seguridad de la ONU ya acordó por unanimidad emprender acciones más fuertes este fin de semana, incluido el cese de las hostilidades durante al menos 30 días y la entrega inmediata de la ayuda humanitaria y evacuaciones médicas. Los niños y sus familias están viviendo un infierno mientras tratan desesperadamente de protegerse de esta interminable violencia”, alerta Sonia Khush, directora de la respuesta de Save the Children en Siria.
“El conflicto está llegando ya a su octavo año y está claro que está de lejos de resolverse. Todas las partes involucradas continúan mostrando un profundo desprecio por la vida y el bienestar de los niños. La lucha debe cesar y se debe permitir que la entrada de las organizaciones humanitarias para que puedan salvar vidas o seguirán muriendo más niños”, concluye Khush.
Sobre Save the Children
Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja en más de 120 países salvando vidas, proporcionando seguridad y protección a los niños y las niñas y defendiendo sus derechos en el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas.
En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.