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Sin presiones

El negocio de la leche de fórmula

Seis principales compañías que comercializan leche de fórmula (Nestlé, Danone, RB (Mead Johnson), Abbott, FrieslandCampina y Kraft Heinz) gastan 5.600 millones de euros cada año en publicidad, el equivalente a 40 euros por cada bebé nacido en el mundo. Una práctica publicitaria que, en su mayoría, viola el código de la Organización Mundial de la Salud (OMS) creado para frenar este tipo de promociones engañosas.

El código de la OMS afirma que no debe haber "promoción al público" de sustitutos de la leche materna debido a la evidencia indiscutible de que la lactancia materna brinda a los niños el mejor comienzo en la vida. En este sentido, la leche materna ofrece todos los anticuerpos que un bebé necesita para evitar enfermedades mortales como la neumonía, que mata a más niños menores de cinco años que cualquier otra enfermedad.

Entre otras violaciones del código de la OMS, Save the Children señala que, por ejemplo, en Bangladesh los médicos privados describieron visitas mensuales en su mayoría de representantes de Nestlé e informaron haber recibido regalos e invitaciones a formaciones al menos una vez al año. En Tailandia, Dumex, propiedad de Danone, envió mensajes de texto promocionales a las madres.

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Ejemplo real de los mensajes de texto enviados.

Como resultado, millones de familias, muchas de ellas con bajos ingresos, están alimentando a sus bebés con leche de fórmula que no necesitan y a menudo no pueden pagar, poniendo en peligro la vida de innumerables niños.

Se estima que 823.000 muertes de niños se evitarían cada año si casi todos los bebés fueran amamantados. Eso es prácticamente una de cada siete muertes de niños menores de cinco años a nivel mundial. Los bebés que no son amamantados tienen nueve veces más probabilidades de morir por neumonía que los que sí lo son.

Las compañías están usando deliberadamente un marketing muy agresivo para transmitir la idea engañosa de que la leche de fórmula es mejor que la práctica de la lactancia materna. Nunca antes la alimentación de bebés y niños pequeños ha cambiado tan dramáticamente y a tal escala. Es una cuestión de vida o muerte: muchos bebés de entornos de ingresos bajos y medios están muriendo como resultado de sustituir la lactancia materna por la leche de fórmula.

Las ventas de la fórmula artificial están en auge. En 1998 el negocio de la leche de fórmula alcanzó un valor de 12.500 millones de euros; en 2014 de 36.500 millones y está previsto que llegue a 57.000 millones de euros en 2019. Esto supone un incremento por cinco en poco más de dos décadas, tres veces más rápido que el crecimiento de la economía global.

El informe no niega que la leche de fórmula no desempeñe un papel positivo en las condiciones adecuadas. Existe una necesidad médica reconocida para que algunos bebés sean alimentados de esta manera, y por distintas razones es una elección que hacen padres de todo el mundo. En cambio, se muestra una clara evidencia de que estas seis compañías están llevando a cabo potentes campañas de publicidad que contrarrestan las pautas establecidas, a menudo al afirmar una supuesta 'equivalencia' entre la leche materna y la leche de fórmula. El resultado de esto es que madres sin la información correcta limitan o abandonan por completo la lactancia materna.

Los seis fabricantes también se han vuelto cada vez más sofisticados en el uso de las redes sociales. Facebook, Instagram y otros canales digitales han permitido a las empresas influir en los patrones de comportamiento del consumo de los productos de una manera nunca antes posible, y que cada vez son más difíciles de controlar y regular.

La inversión en lactancia materna no solo sería un beneficio para la salud de los bebés sino que también refuerza el rendimiento escolar y las oportunidades de futuro para estos niños.

Por eso en Save the Children pedimos:

  • Que los directores ejecutivos de estas empresas se comprometan de manera pública a mantener y cumplir el código de la OMS.
  • Que los inversores de estas compañías reconozcan que la publicidad agresiva perjudica a las familias, los bebés y los niños pequeños en todo el mundo y que utilicen su influencia para alentar a las empresas a cumplir con el código.
  • Que los gobiernos incorporen el código y las consiguientes resoluciones en sus leyes y reglamentos, e inviertan en su aplicación y seguimiento.

 

Descárgate el informe "Sin presiones" en PDF en inglés

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