
Protección en
emergencias
Millones de niños y niñas viven en países afectados por los fenómenos climáticos extremos o conflictos armados. En su día a día sufren las consecuencias de un estado de emergencia que les hace especialmente vulnerables frente a riesgos tan graves como la separación de sus familias, la explotación o el abuso sexual, el reclutamiento por parte de grupos armados y la violencia física y psicológica.
Además de atender sus necesidades más esenciales, como la comida, el agua o la educación, en Save the Children ponemos en marcha todos los mecanismos que les permitan estar protegidos y no sufrir más daños que los ya provocados por la emergencia.
Una de nuestras prioridades cuando golpea una emergencia es reunificar lo antes posible a los niños y niñas con sus familias, trabajando codo con codo con los Gobiernos y con otras organizaciones y agencias humanitarias para que ningún niño y niña se quede solo.
Desarrollamos programas que ayudan a reestablecer el bienestar físico y psicológico de los niños y de sus familias; establecemos espacios seguros, tanto en las escuelas como en las comunidades, donde no solo los niños y niñas encuentran un lugar en el que jugar, estudiar y recuperar una sensación de normalidad sino, donde también los padres y madres pueden contar con personas formadas para escucharles y apoyarles psicológicamente. Es allí donde se identifican y se derivan los casos de niños y niñas que, por cualquier circunstancia, necesitan una ayuda especial para superar el trauma tras la emergencia.
Jugar para superar el trauma
Nadia perdió a su madre y a sus dos hermanas como consecuencia de un bombardeo de las fuerzas israelíes sobre su casa en Gaza. Sus otras dos hermanas resultaron graves y, cuando fue tomada la foto, todavía estaban en el hospital junto a su padre. Nuestras compañeras se ocupan de dar apoyo psicológico, jugar y acompañar a Nadia en el proceso de recuperación. Es imprescindible proteger a los niños y niñas de las consecuencias que un trauma puede dejar en sus vidas.